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Balcón político
Baja más la actividad laboral
Por Carlos Camacho
En la medida que pasan los días y la curva de contagios por coronavirus no cede, lo que sigue aumentando es el deterioro económico en miles de familias, sobre todo las que viven en condiciones de precariedad y no tienen posibilidades de enfrentar la falta de trabajo en menores condiciones, debido a que fueron obligados por la pandemia a permanecer en confinamiento sin oportunidad de generar los recursos necesarios para el gasto diario familiar.
A nivel nacional se mantiene la alerta roja en todo el país y la vuelta a la “nueva normalidad” se v cada día más distante y en Hidalgo, las autoridades han dicho que, por lo menos, debemos esperar a que concluya este mes y mantenernos en casa, en espera de que la curva ascendente toque su cresta a mediados del mes. Al menos esa es la proyección.
Pero, en algunos sectores de la sociedad siguen las manifestaciones en demanda de ayuda para poder enfrentar la pandemia.
Diversas organizaciones campesinas han movilizado a sus huestes para plantarse en plazas públicas, frente a las sedes de los gobiernos estatal y algunos municipales, en demanda de ayuda urgente. Especialmente piden despensas para poder subsistir.
El gobierno, de su lado, ha difundido profusamente las acciones que ha implementado para atender a la ciudadanía en tiempos de pandemia, con la dotación de despensas, la apertura de créditos y otro tipo de medidas que ayuden a disminuir el negativo impacto que la pandemia ha tenido en la economía familiar.
Para reforzar nuestro pesimismo, apenas el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI), informó sobre la baja en los niveles de productividad laboral, sólo en el primer trimestre de este año; falta conocer la encuesta respectiva del segundo trimestre, que es en el que se registró el mayor número de casos de coronavirus y la caída de la economía y de la actividad laboral.
El INEGI dice que la actividad primaria tuvo un incremento del 1.7 por ciento, pero la actividad secundaria se redujo en un 0.6 por ciento y la terciaria en un 0.3 por ciento.
Se refleja, eso sí, un aumento del 3.9 por ciento en la industria de la construcción, pero una baja del 0.2 por ciento en la actividad manufacturera y de menos 13 por ciento en los servicios privados no financieros.
En ese contexto, también hay datos que provee el Consejo Supremo Hñahñu, encargado de la defensa de los derechos de los grupos indígenas, que sostiene que las remesas que envían nuestro connacionales que laboran en los Estados Unidos a México, han sufrido una caída del 29 por ciento de un mes al otro.
Es decir, que mientras en marzo llegaron por esa vía 4 mil 007 millones de dólares, para el mes siguiente la cifra se redujo a dos mil 861 millones de dólares, lo que para el CSH es un asunto inherente a los efectos que ha dejado la pandemia del SARS-CoV-2.
Este mismo problema sanitario también se ha reflejado en el regreso de muchos mexicanos que radican en Estados Unidos y que se han visto obligados a retornar, por la falta de oportunidades y por el endurecimiento de las leyes en su contra.
De tal suerte que de 2010 a 2018 cerca de un millón de paisanos ha decidido regresar a su lugar de origen y entre 2009 y 2014 son más los mexicanos que regresan que los que se van en busca del famoso “sueño americano”.
Con estos datos, no podemos sino lamentar que el panorama para millones de mexicanos sigue siendo sombrío y la incertidumbre afecta más a miles de familias, pues no sabemos bien a bien hasta cuando comenzaremos a volver a nuestra “nueva normalidad”, mientras miles de hidalguenses siguen clamando por ayuda.