Ráfagas: ¿Malos manejos en la Comisión de Búsqueda de Personas?
En el PRI hacen cuentas (y en Morena, también) para ver cuántos votos necesita ese partido para refrendarse en el poder otros seis años y evitar que su principal adversario concrete lo que se teme: la alternancia en el poder ejecutivo estatal, después de casi nueve décadas.
Al margen de quién sea la persona que abandera al tricolor en las elecciones del próximo 5 de junio, el PRI necesitará de una base de 400 mil votos para aspirar al triunfo en la jornada de ese primer domingo de junio. Sólo que, por ahora, sus números sólo le alcanzan para 272 mil sufragios, como potencial base de votantes fieles que acudirán a las urnas a apoyar al candidato del PRI.
Pero, Morena cuenta con una base de 391 mil sufragios, sin considerar los votos que eventualmente le aportarán sus aliados del Partido del Trabajo, del Verde Ecologista de México y de Nueva Alianza. Juntos suman 479 mil sufragios.
En cambio, el PRI y sus aliados del PRD y PAN alcanzarían 374 mil sufragios, cifra aún inferior que lo que suman sus adversarios de la coalición “Juntos Haremos Historia”.
No obstante, en la dirigencia estatal del tricolor hay optimismo en revertir el panorama actual que le es adverso, de cara a la sucesión gubernamental y para ello, desde el siguiente día de las más recientes elecciones de este año, comenzó a operar para afianzar su acuerdo con PRD y PAN, de tal modo que se mantengan en la alianza con miras a la contienda más importante que viviremos en Hidalgo el próximo año.
Juntos, PRD y PAN, suman alrededor de 110 mil votos y para alcanzar la meta de los 400 mil, el PRI opera ya para hacerse de los votos que obtuvieron los partidos que perdieron su registro en las elecciones recientes (Podemos y Más por Hidalgo), además de buscar que los votos del Partido Encuentro Social de Hidalgo (PESH) también se sumen al proyecto del PRI.
Movimiento Ciudadano, que en la elección pasada obtuvo 34 mil 470 es una incógnita y pareciera que jugará por su cuenta, con candidato propio, animado por el triunfo de ese partido en Nuevo León, uno de los estados más ricos del país.
De ese modo es como en el PRI consideran que faltan muchas historias por escribirse y Morena no puede cantar victoria de manera anticipada, a pesar de que hoy vaya arriba del PRI con más de 10 puntos de ventaja, pues (según la lectura del PRI), a diferencia del 2018, esta vez no irá en la boleta Andrés Manuel López Obrador; tampoco será igual que en el 2020, cuando el gobierno federal y en concreto, el presidente Andrés Manuel López Obrador, tenía un interés particular por ganar la mayoría de espacios en la Cámara de Diputados.
A nivel nacional, el escenario pinta para que Morena gane cinco de seis gubernaturas en juego y si acaso perdería en Aguascalientes, donde la presencia del PAN es muy importante, aunque las declaraciones del presidente panista Marko Cortés, quién pintó un panorama desastroso para su partido, podrían ayudar a que ni siquiera ese estado gane el blanquiazul.
Mario Delgado Carrillo, en respuesta a la filtración de las declaraciones de Marko Cortés, aventuró que Morena irá en junio próximo por las seis gubernaturas en juego (Tamaulipas, Durango, Oaxaca, Aguascalientes, Quintana Roo e Hidalgo).
Por lo pronto, en Hidalgo el PRI tiene el reto de al menos lograr la votación que alcanzó en el 2016 el actual gobernador, Omar Fayad Meneses, que fue de alrededor de 500 mil votos, eso sí con la ayuda del Verde Ecologista de México y Nueva Alianza, que juntos le aportaron alrededor de 100 mil votos. El PRI y su candidato Omar Fayad juntaron 400 mil sufragios.
Francisco Xavier Berganza, quien contendió con la bandera del PAN, alcanzó 315 mil votos.