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Libros de ayer y hoy
Sin duda la emergencia sanitaria, provocada por la presencia del Covid-19, inhibirá la participación ciudadana el próximo domingo cuando dos millones 300 mil hidalguenses, estén llamados a acudir a las urnas para decidir con su voto quién será su presidente municipal, por los próximos cuatro años.
Lo deseable es que acuda a las casillas el mayor número de ciudadanos en condiciones de votar, pero el temor al contagio hará que una parte de la ciudadanía, se abstenga de ejercer su derecho de sufragar por sus autoridades.
Ese fenómeno seguramente está considerado por partidos políticos y candidatos en los 854 municipios a renovar, pues en algunos casos podría ser el factor que incline la balanza a favor de unos y en contra de otros candidatos.
Dependerá de los partidos y sus respectivas estructuras. Aquel instituto político o candidato que tenga mayor capacidad de organización, que cuente con equipos de apoyo en la mayor parte del territorio que aspira a gobernar, podría aprovecharse del abstencionismo y ganar las elecciones simplemente con su voto duro.
Quizá el único partido con esas características sea el Revolucionario Institucional (PRI), que es el único con estructura en todos los municipios, con representación en cada demarcación y si bien no goza del prestigio de hace años, puede movilizar a sus estructuras para que acudan a las urnas sus fieles seguidores y eso podría ser suficiente para ganar la elección.
PAN y PRD, partidos con historia, no gozan de la simpatía mayoritaria de la gente y sus posibilidades de triunfo se reducen, además de no contar con estructura en todo el territorio hidalguense Quizá el partido del sol azteca tenga esa infraestructura, pero muchos de sus militantes han emigrado a otros partidos, como Morena y eso mina sus posibilidades de triunfo.
El PAN, que tuvo en Pachuca y Mineral de la Reforma, las dos más grandes oportunidades de mostrase como un gobierno eficaz, que le valiera el refrendo y se replicara en otros municipios, desperdició la gran oportunidad y lejos de eso, ha desprestigiado enormemente al blanquiazul, lo que le prefigura un escenario complicado, siquiera para refrendarse en los más de 15 municipios que gobernaba hasta el 5 de septiembre.
Los partidos que se recompusieron a partir de haber perdido su registro nacional, como Nueva Alianza y Encuentro Social, no tienen la misma fuerza que tenían hasta antes del 2018 y sus posibilidades de triunfo se focalizan en no menos de una decena de municipios, especialmente en Huejutla, para el caso de Encuentro Social, pero enfrente tiene al PAN y al PRI, que buscan arrebatarle el poder al PES en esa demarcación.
Los otros dos partidos nuevos, Podemos y Más por Hidalgo, buscarán a toda costa alcanzar el tres por ciento de la votación total, para poder salvar su registro, aunque.
En suma, de la participación ciudadana dependerá cómo se reconfigure el mapa político en la entidad, que no concluye un proceso electoral y ya comenzó otro para renovar el poder legislativo, hoy con mayoría dividida de Morena.
Las opiniones y conclusiones expresadas en el artículo son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente reflejan la posición de Quadratín.