Ráfagas: Tatiana Ángeles, cuentas pendientes
Lamento profundamente, la muerte de mi amigo Toño Zúñiga, cuyo padre, del mismo nombre, apenas falleció antier. Mi más sentido pésame para su familia y un abrazo solidario.
Fue en un día normal, una mañana después del lunes. El empleado llegó, a cumplir su jornada.
Cumplido, como se presume debe ser, y salió de su oficina a realizar su tarea, en tiempos de pandemia.
Y precisamente salió a hacer cumplir a raja tabla con las recomendaciones institucionales de prevención del Covid-19, y más en tratándose de un establecimiento donde el contacto con la gente es cotidiano y cercano.
Se trata de una estación despachadora de gasolina, hasta donde el diligente empleado de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), llegó para hacer una exhaustiva y celosa revisión de que se cumplieran todas las recomendaciones, para no poner en riesgo a los clientes de la gasolinera.
“¿Tienen caretas?”, preguntó de entrada. ¿Cubre bocas? La respuesta fue afirmativa.
Uhhh, no tienes marcados tus espacios con cruces para la sana distancia entre una persona y otra.
“¿Tienes gel antibacterial?”.
El acomedido empleado, fue inspeccionando cada detalle y poco a poco fue acorralando a quien tuvo la mala suerte de atenderlo.
UUhhhh, esto amerita clausura. Cierre del negocio. ¿Sabes?
Con nerviosismo, quien atendió al empleado Sergio Medina Ruíz, no atinaba a responder al bombardeo psicológico, que llevaba una firme intención, de amedrentar, amenazar con clausura del expendio de gasolina.
Y al final, una luz en el camino.
“Bueno, podemos resolverlo de una manera, para evitar que te cierren el lugar”, lanzó el representante de la STPSH, que forma parte de ese grupo que se encarga de hacer cumplir con las recomendaciones, ahora exigencias, para evitar que la pandemia derivada del Covi-19, tenga un mayor impacto negativo en la ciudadanía.
“Podemos arreglarlo. Dame 20 mil pesos”, lanzó de pronto el “honrado” empleado del gobierno estatal.
Pero, hay que reconocer, fue acomedido y considerado con su propuesta, pues luego la acomodó:
“Quince para mí y cinco para ti”.
Esa fue la propuesta para evitar el cierre de la gasolinera, pero luego el empleado se marchó, dejó su número telefónico y más tarde llamó al negocio, en espera de una respuesta a su demanda, pero no la encontró.
No se sabe si el caballeroso representante de la STPSH, reanudó la acometida que sólo en ese negocio le redituaría un ingreso, fuera de nómina, de 15 mil pesos, libres de polvo y paja.
Esto nos demuestra que, a pesar de la pretensión gubernamental de acabar con la corrupción, hay quienes no respetan las indicaciones de sus superiores.
Además, eso de que los “aviadores” han desaparecido, es una falacia, pues se sabe de personas que siguen cobrando en oficinas gubernamentales sin trabajar.
El colmo ocurrió hace unos días, cuando un “influyente aviador”, reclamó aumento a sus “ingresos”, porque lo que percibe mensualmente, ya no le alcanza.
Ver para creer.
Las opiniones y conclusiones expresadas en el artículo son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente reflejan la posición de Quadratín.