Así no, presidenta
Mañana comienza una de las etapas más complicadas del accidentado proceso para la renovación de los 84 ayuntamientos hidalguenses, con el inicio de campañas electorales, en las que más de tres mil candidatos a alcaldes, síndicos y regidores, saldrán (es un decir) a promover el voto a su favor y a llamar a los dos millones 191 mil 121 ciudadanos incluidos en el listado nominal a que el 18 de octubre acudan a las urnas para cumplir con su deber cívico.
Pero, esos más de dos millones de ciudadanos llamados a votar dentro de 43 días, ¿estarán en condiciones de salir de sus domicilios y emitir su voto? Particularmente cuando la pandemia provocada por la presencia del coronavirus, que en Hidalgo ya se cobró la vida de mil 658 personas, hasta el día de ayer.
Candidatos y partidos políticos, el mismo Instituto Estatal electoral de Hidalgo, deberán ingeniársela para cumplir con el objetivo central que es del de llevar al mayor número de ciudadanos a las urnas, para que, en ese ejercicio democrático y unipersonal, decidan quién quiere que los gobierne por los próximos cuatro años.
El retraso en los tiempos del proceso, también ha enfriado a la ciudadanía que todavía en enero estaba interesada en el proceso, en conocer quiénes serían los candidatos de los diferentes partidos políticos.
Incluso, quienes se han lanzado a la aventura de ir como candidatos independientes, que son alrededor de 40 aspirantes a alcaldes en todo el estado, también contaban con que el hartazgo ciudadano en contra de los partidos políticos tradicionales, serían un factor que jugara a su favor a la hora de que el ciudadano sufrague.
Las disputas internas en los partidos con mayor presencia y posibilidades de triunfo en el mayor número de municipios también harán mella en la participación ciudadana, pues se espera que muchos que quedaron desencantados en los procesos internos de sus partidos, simplemente bajen las manos y no participen en la promoción del voto y llamen a sus allegados a no votar o, si acaso salen a las urnas, lo hagan en contra del partido que los desencantó.
Todo esto jugará a la hora de la decisión final y de la forma en que convenzan los candidatos y sus partidos a los ciudadanos, es como se levantará un poco el ánimo de participación en el proceso, lo que se reflejaría favorablemente el día de las votaciones.
Por lo pronto, a la luz del proceso que se ha venido postergando una y otra vez y a las experiencias de procesos anteriores, el fantasma del abstencionismo ronda ya en los 84 municipios, cosa que, hay que decirlo, también podría ser la apuesta de partidos y candidatos que saben que su voto duro cuenta y con ese sería suficiente para alzarse con la victoria, si acaso la participación el 18 de octubre es raquítica.