Ráfagas: Tatiana Ángeles, cuentas pendientes
Llegó a la presidencia estatal del Partido Revolucionario Institucional (PRI), con el reto de entregar buenas cuentas en las elecciones del 2020, en momentos en que su partido carga con un pesado desprestigio que hacía pensar que al final del proceso para renovar los 84 ayuntamientos en Hidalgo, cargaría con una pesada derrota, que podría, incluso, acabar con su carrera política, pero, a la luz de los resultados presentados el domingo por la noche y confirmados la mañana del lunes, el PRI pasó de 23 a 32 municipios a gobernar, creció su porcentaje de votación y todo eso mantiene eufóricos a sus correligionarios.
Erika Rodríguez Hernández, quien hoy pelea férreamente contra el Covid-19, desapareció de la escena desde el fin de semana pasado, para cumplir con el obligado confinamiento, por lo que no estuvo presente en la conferencia-celebración que encabezó el secretario general y diputado local con licencia, Julio Valera Piedras, quien en ese momento cantó triunfos de más, producto de la emoción que les provocada haber recuperado Pachuca y Mineral de la Reforma, que estuvieron los pasados cuatro años en manos del Partido Acción Nacional (PAN).
De Erika Rodríguez, se decía que, dada la mala reputación del PRI y el crecimiento exponencial de Morena, el tricolor se encaminaba a su sepultura y que e los 23 municipios que gobernaba, si obtenía triunfos en una decena sería demasiado, obviando derrotas en las ciudades más importantes, como el primer paso para la alternancia en el poder dentro de dos años.
En una entrevista, hace aproximadamente tres meses, la propia Erika Rodríguez, reconocía que tenía un reto impresionante, luego que en el 2018 el PRI prácticamente fue borrado del mapa electoral, pues de todos los espacios en juego, únicamente ganó la diputación local en Huejutla, con Adela Pérez. De ahí, perdió 17 diputaciones locales, las siete diputaciones federales y las dos senadurías.
Más como para darse ánimo a sí misma que con la convicción de que sí se podría, reconocía que para el 18 de octubre iría el PRI “por los 23 municipios que gobernamos…y un poco más”.
Ese poco más, le alcanzó para sumar nueve municipios más, al margen de los que peleará en la mesa, como es el caso de Tulancingo, donde el margen entre el primero y segundo lugar no supera los 900 votos, entre el morenista Damián sosa y el priista Jorge Márquez.
Es cierto que está en riesgo Pachuca, pues el margen de su candidato, Sergio Baños, con respecto del abanderado de Morena, Pablo Vargas González, ronda los 300 sufragios y que el candidato morenista anticipó que luchará en los tribunales para revertir el resultado.
Pero, en suma y al calor de los fríos números, las cuentas de Erika Rodríguez, no son las que se presagiaban y hoy el PRI revive en el ánimo de sus seguidores, se reanima y se dispone a ir por más en las elecciones ya en curso, para la renovación del poder legislativo local y las siete diputaciones federales que se jugarán en junio del 2021.
Veremos si ese ánimo, alcanza para refrendar el poder ejecutivo en el 2022. Pero esa será otra historia.
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