Radar Político: Penchyna, de moda
Por el subsuelo del territorio hidalguense, cruzan alrededor de 380 kilómetros de ductos de Petróleos Mexicanos (PEMEX), que son vigilados por más de tres mil elementos de las fuerzas armadas, policías estatales, municipales y personal de la propia paraestatal, con el propósito de impedir que los delincuentes roben el combustible que por esas tuberías corre diariamente.
Pero, al parecer la tarea no ha tenido el efecto esperado por las autoridades, pues el robo continúa y la acción de las fuerzas del orden no han inhibido en lo más mínimo esta actividad, que coloca a nuestra entidad en el primer lugar de robo de combustibles, por encima de entidades como Puebla, Estado de México.
Apenas ayer ocurrieron dos hechos violentos vinculados a esta actividad. El primero fue un tiroteo en pleno centro del municipio de Cuautepec, donde un grupo armado disparó contra tres personas que viajaban a bordo de una camioneta, entre ellos un jovencito de 14 años de edad. Los pasajeros resultaron heridos y trasladados a la clínica del IMSS en Tulancingo. Los agresores huyeron y no han sido capturados aún.
En un segundo hecho, en Tula de Allende, fue ejecutado un delincuente dedicado al robo de combustible, apodado El Zetilla. La agresión, se presume, forma parte de la lucha entre grupos delictivos por el control de las plazas tanto en el Valle de Tulancingo como en la región Tula-Tepeji.
Recientemente, hubo una reunión en el C5i, a la que acudieron autoridades federales de seguridad, del gobierno estatal y los incrementado de manera preocupante.
Extraoficialmente se dijo que en el encuentro los representantes de las fuerzas castrenses plantearon el riesgo que corre Hidalgo de dejar de ser uno de los siete estados más seguros del país, si no se contiene a los ladrones de hidrocarburo, una tarea nada fácil, pues los ladrones son, en muchos casos, vecinos de los mismos lugares donde cometen los ilícitos.
Se han expuesto planes de acción para contener el robo de hidrocarburo y evitar que otros delitos “alternos” sean la vía de acción de los huachicoleros, como ya ocurre con delitos como el robo, secuestro, venta de drogas.
Lamentablemente, hasta ahora, las propuestas se han quedado en la mesa y la acción de los ladrones de combustible no cesa, los enfrentamientos tampoco y el peligro de que Hidalgo deje de ser uno de los pocos estados seguros, también están en riesgo en la misma proporción del desdén de las autoridades locales para frenar este flagelo a la ciudadanía hidalguense.