
Ráfagas: Fernández Hasbun, prueba de fuego
Es el Instituto Nacional Electoral (INE) el encargado de organizar la consulta popular del próximo domingo, pero el resultado se le cargará al gobierno de Andrés Manuel López Obrador, pues se ha considerado este ejercicio como un ejercicio de evaluación de su mandato y para ello desde mucho tiempo atrás sus adversarios se han encargado de promover que la gente ni siquiera se acerque a las urnas para así provocar el fracaso de esta acción singular, mediante la cual se pretende preguntar, de manera poco clara, si el ciudadano está de acuerdo en que se enjuicie a nuestros ex gobernantes.
Por un lado, los servidores de la nación y militantes del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) se han dado a la tarea de invadir de propaganda el mayor número de espacios públicos para llamar a la gente a las urnas el primero de agosto.
Del INE, de su lado, sigue invitando a “participar con seguridad y de manera informada” en dicha consulta.
Será un ejercicio semejante al de una jornada electoral constitucional: se instalarán urnas en miles de espacios en todo el país, los espacios serán sanitizados, se respetará la sana distancia, se dará gel antibacterial a los asistentes, toallas sanitizantes.
El participante deberá presentar su credencial de elector, recibirá la papeleta correspondiente y en un cancel sin cortinilla podrá emitir su voto en libertad y en secreto, para depositarlo en la urna y recibir tinta indeleble que se le colocará en el pulgar.
Las urnas estarán abiertas de las 8 de la mañana a las 6 de la tarde y podrán seguir abiertas si hay personas formadas, después de esa hora.
En Hidalgo, se instalarán mil 362 casillas, de ellas 174 en Huejutla, 190 en Ixmiquilpan, 196 en Actopan, 190 en Tulancingo, 199 en Tula, 222 en Pachuca y 191 en Tepeapulco. Todas estas ciudades son las cabeceras de los siete distritos federales electorales.
Para que la consulta tenga el efecto que busca el gobierno mexicano, deberán participar más de 37 millones de mexicanos y hay quienes apuestan a que no acudirán más de cinco millones, con lo que se lograría el fracaso pretendido por los adversarios de AMLO.
Es, sin duda, otro ejemplo de la polarización ciudadana, que confrontará de nuevo a quienes están con el proyecto de la Cuarta Transformación que promueve Andrés Manuel López Obrador, y de quienes consideran que está llevando al país al fracaso como nación.