Ráfagas: Denuncian corrupción en Tribunal de Arbitraje Laboral
Los agoreros del fracaso festinarán el resultado de la consulta ciudadana, primera en su tipo en nuestro país, que con sus bemoles, fue una forma de abrir a la opinión pública, la posibilidad de castigar a aquellos gobernantes que cometieron alguna acción ilícita durante su gestión.
Efectivamente, de los 93 millones de mexicanos llamados el domingo pasado a las mesas receptoras de su opinión, apenas acudieron alrededor de 7 millones de los 40 millones que se esperaban para que entonces el ejercicio tuviera un efecto legal, con el que se pretendía sancionar a los ex presidentes de México, por sus presuntos actos de corrupción.
Fue la primera vez que se pidió a los ciudadanos opinar sobre un tema del que siempre hablan pero su opinión no es tomada en cuenta y eso abona a la corrupción y la impunidad con la que se han movido nuestros gobernantes.
Aunque la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) modificó sustancialmente la pregunta inicial por considerarla anti constitucional, la mayoría de mexicanos entendió el sentido de la consulta que era llevar a juicio o no a los ex presidentes de México, desde Carlos Salinas de Gortari hasta Enrique Pena Nieto, pasando por Vicente Fox Quesada y Felipe Calderón Hinojosa.
Los adversarios del presidente Andrés Manuel López Obrador, comenzaron una recia campaña para llamar a la ciudadanía a no participar en la consulta y desde ayer festinan que su cometido se logró y echaron abajo lo que calificaron como una vacilada en el entendido de que la ley se aplica, no se pregunta.
No obstante, habría que insistir en que lo positivo de este ejercicio es que siete millones de mexicanos consideraron “muy importante” salir a opinar sobre temas tan importantes que inciden en la vida cotidiana de todos los mexicanos, pues para nadie es desconocido que la corrupción y la impunidad siguen siendo los principales flagelos de nuestra nación.
Si fueron pocos o no, es el tema de quienes están confrontados con el gobierno, para descalificar con cualquier oportunidad al gobierno en turno, lo relevante es que es el primer ejercicio de este tipo que permite salir de manera pacífica y civilizada a opinar sobre nuestros gobernantes y no con protestas o manifestaciones violentas, que a nada bueno conducen.
Continuar con este tipo de ejercicios permitiría a la promoción de la participación ciudadana que, sabemos en elecciones constitucionales no superan el 60 por ciento de participación, y ahora la presencia de participantes fue mucho más reducida, pero no menos relevante, si entendemos que hay millones de mexicanos que demandan desde hace tiempo, democracia, justicia y gobernantes honestos.