(W) Ecos Sindicales: Operación Panal
En nuestro país, ocho de cada 10 personas que trabajan en la microempresa, carecen de seguridad social, casi 9 de cada 10 no tienen un contrato laboral estable, siete de cada 10 no cuentan con un salario suficiente para cubrir la canasta básica de una familia ¡de dos personas! Y todo esto acentúa los índices de pobreza en que vive un gran porcentaje de los más de 120 millones de mexicanos.
Si precisamos que los micronegocios representan más del 90 % de las unidades económicas en nuestro país y emplean a un 30 % del personal en edad productiva, entenderemos la dimensión de la precariedad laboral y su impacto en los niveles de pobreza de un gran número de mexicanos.
El XI reporte del Observatorio de Trabajo Digno (frentealapobreza.mx) presenta datos preocupantes con respecto de la situación laboral de la mayoría de los mexicanos, que en suma no alcanzan a cubrir sus necesidades básica y no tienen recursos para cubrir si quiera la canasta básica para una familia de dos integrantes, el que trabaja y uno más.
Dice el reporte que seis de cada 10 no ganan lo suficiente para sostener a su familia; cuatro de cada 10 carecen de seguridad social (42 %); nueve de cada 10 no tienen medios de organización para la negociación colectiva de sus condiciones laborales (86 %).
Todo ello, contraviene lo establecido en el articulo 105 Constitucional e incide en los bajos niveles de pobreza de la mayoría de los mexicanos.
En la industria manufacturera, que es el principal sector empleador (60 % del total de la fuerza laboral) alrededor de tres millones 700 mil trabajadores no tienen un salario suficiente para sacar adelante a una familia de dos personas, por encima del umbral de la pobreza.
Y, el sector comercial, está peor, porque el 70 % de su fuerza laboral no cubre sus necesidades salariales para comprar la canasta básica y el 51 % carece de un contrato laboral estable.
Grave también es que, el 46 % de las personas que laboran en empresas con más de 150 empleados, ganan menos del costo de la canasta básica y su salario no supera el umbral de pobreza para dos personas.
Con este panorama podría sugerirse que nuestros gobernantes y representantes populares debieran enfocarse en atacar este severo problema, para elevar los niveles de bienestar de la mayoría de los mexicanos.
Pero no, hoy estamos enfrascados en una “pausa”.
Las opiniones y conclusiones expresadas en el artículo son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente reflejan la posición de Quadratín.