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No alcanza
Israel Félix Soto ha subido un peldaño más en su meteórica carrera política que, se presume, tendría como objetivo final la gobernatura de Hidalgo en el 2022. Aunque, en ese camino, se ha encontrado con sus aduladores y sus malquerientes, unos resaltando sus calidades y otros colocándolo, incluso, en el terreno de actos impropios para una persona de bien, que busca el beneficio de sus semejantes.
El domingo pasado, el programa “Preliminares 2020”, le anticipaba la victoria con 16 mil 925 votos a favor, pero el miércoles, día del cómputo final, la cifra se elevó a 21 mil un votos, cantidad difícilmente de protestar por los demás contendientes. La más cercana fue la candidata de Morena, Hilda Miranda, quien sumó 13 mil 771 votos. El resto ni superó siquiera los cuatro mil sufragios, con lo que se concretó una victoria irrebatible para el joven político.
Para para llegar hasta aquí, ha sorteado una serie de obstáculos y ha intentado cambiar la imagen que se forjó como secretario de la Política Pública del gobierno estatal, dependencia inexistente hasta antes del 2016 y creada ex profeso por su hacedor político, Omar Fayad Meneses, quien le tiene afecto y más que eso, le permite andar por caminos antes recorridos por el propio Fayad Meneses, hasta llegar al sitio que hoy ocupa.
A Félix Soto le tocó como funcionario del gobierno actual, la nada grata tarea de adelgazar el aparato burocrático del poder ejecutivo, lo que le valió la crítica ácida de quienes se vieron afectados por esta decisión, con o sin razón.
También se le atribuye dureza en sus decisiones, contra el efecto negativo que éstas tengan en quienes se vieron tocados por las mismas. Se habló entonces de una política de austeridad, de combate frontal a la corrupción y transparencia en el manejo de los recursos.
Fue, para decirlo pronto, el hombre más cercano del gobernador en su entorno y en consecuencia el principal pararrayos y receptor de parabienes y también las críticas a las políticas emprendidas por el ejecutivo estatal desde el 5 de septiembre del 2016 a la fecha.
En marzo del 2019, y en medio de un mar de especulaciones, Félix Soto, decidió buscar su propio camino político y dejó la “comodidad” de su encargo como hombre más cercano al titular del poder ejecutivo estatal, para fortalecer su imagen propia, primero a través de la Fundación “Tu y YO Creciendo Juntos”, para luego postularse como candidato del PRI a la alcaldía de Mineral de la Reforma.
Antes de eso, se especuló sobre su pretensión de ser candidato de Morena y abandonar las filas del PRI; sus mensajes en redes, su propaganda hacía pensar en esa posibilidad que, luego, en una plática informal, confirmó como la pretensión de Morena por perfilarlo como su candidato a presidente municipal.
Finalmente, fue postulado por el PRI, pero desde el mismo día de su registro, apareció en la foto, al lado de los dirigentes priistas, con un chaleco verde, color que siguió usando en su vestimenta de campaña y que aparece en las grandes mantas colocadas en el edificio de la sede estatal del PRI. Es el único, por cierto, cuya fotografía luce en el edificio del bulevar Luis Donaldo Colosio.
Por eso, muchos consideran que más que los otros candidatos de su partido, el juega un rol especial en el proyecto del mismo partido y del gobernador Omar Fayad, en el rejuego sucesorio, que comenzará en septiembre del próximo año.
Si el estilo, el modo de hacer política, su imagen, serán suficientes para lograr más metas políticas, eso lo dirá el tiempo. Por lo pronto, la contienda constitucional del pasado 18 de octubre la ganó inobjetablemente y eso cuenta.