(W) Ecos Sindicales: Operación Panal
El jueves por la mañana, a las 11:30 horas, doña María Solís, recibió la primera dosis de su vacuna contra el Covid-19, en el centro de vacunación acondicionado en el municipio de Metepec, 40 minutos después de esperar si había alguna reacción, se puso de pie, dejó la silla y caminó hacia la salida del recinto. De pronto, se desvaneció y perdió la vida.
El caso, alarmó a las autoridades de salud no sólo de ese municipio de la región Otomí-Tepehua, ni de Hidalgo, sino del país entero, pues en primera instancia se convertía en el primer caso de una persona adulta mayor que falleció luego de haber sido vacunada contra el Covid.
De inmediato se movilizaron las autoridades sanitarias, las municipales, aunque la información era mínima y no se determinaba cuál había sido la causa del fallecimiento de doña María Solís, por lo que era imperante frenar cualquier especulación que pusiera en riesgo la credibilidad de la eficacia de las vacunas que se aplican en todo el país y específicamente en nuestra entidad.
En todos los municipios donde se ha aplicado ya la primera dosis de la vacuna, ha habido desorganización en principio, falta de coordinación entre autoridades federales y estatales, pero a medida que pasó el tiempo, se mejoró la coordinación y esas opiniones en contra de los aplicadores del programa de vacunación, se tornaron de malas a positivas. Incluso hubo felicitaciones hacia los Servidores de la Nación por su disponibilidad para atender a quienes acudieron toda esta semana a los centros de vacunación.
Pero, el foco rojo estaba en Metepec, pues no se sabía en primera instancia qué ocasionó la muerte de doña María Solís.
Hugo López Gatell, el subsecretario y vocero del programa de lucha contra el Covid, del gobierno federal, salió al paso y explicó que en primera instancia y luego de la necropsia de ley, se pudo establecer que la fallecida padecía una enfermedad cardíaca crónica, aunque un equipo d médicos especializados estudiará el caso, para determinar con precisión las causas de la muerte de la vecina de Metepec.
López Gatell, señaló que se hará un estudio con todo el rigor del caso que es “de extraordinaria importancia”, para alejar cualquier teoría conspirativa, de distorsión y que ponga en riesgo la credibilidad de la importancia de las vacunas.
En Pachuca, desde el lunes al viernes, se dieron varios fenómenos dignos de resaltar. Primero, la mayoría de quienes a acudieron a aplicarse la vacuna, respetaron su turno, no quisieron meterse en la fila y cuando lo intentaban, quienes ya habían llegado horas antes, se los impedía; personas de todos los estratos sociales, de filias partidistas diversas, hicieron fila, como cualquier ciudadano normal.
No hubo privilegios ni agandalles, los vecinos del fraccionamiento Geo Villas, dieron muestra de algo que parecía perdido: solidaridad con sus semejantes. Abrieron las puertas de sus hogares, para brindar a quienes llegaron incluso de madrugada a hacer fila, un café, un vaso de agua, sus sanitarios, un banco o una silla, para hacer menos pesada la espera.
En términos generales, todo funcionó correctamente. Lo lamentable fue la muerte de doña María Solís, quien en primera instancia, se dijo, no murió por la reacción a la vacuna, sino por un problema cardíaco.