Balcón político: Mal comienzo del 2022

Dos noticias negativas de inicio de año, nos receta el INEGI: “la inversión productiva en México no repunta” y “el consumo interno se mantiene reprimido”.

En Pachuca, el presidente municipal Sergio Baños Rubio, un exitoso empresario de la comunicación y la propaganda, confiesa que las finanzas locales están tronadas y no hay para pagar bonos ni el resto del aguinaldo a sindicalizados y trabajadores de confianza.

La diputada local del PRI, Citlali Jaramillo, reconoce que en el presupuesto 2022 aprobado en diciembre pasado para el estado de Hidalgo, no se consideraron los 600 millones de pesos que pidió la Dirección de Planeación y Prospectiva del gobierno del estado (esa que hasta hace seis años era la Secretaría de Planeación), que se necesitan para seguir impulsando el Sicrotron, que vendría a reforzar diversas tareas de tecnología de punta e investigación que se hace en países de primer mundo.

Ayer, en las redes sociales, como coro de escuela primaria o ensayo de poesía coral en las escuelas formadoras de maestros, un grupo debidamente uniformado a nombre del SNTE, reclamó al gobierno estatal el pago de bono de fin de año para alrededor de mil 700 profesores jubilados, así como el pago del aguinaldo para los homologados.

La Copriseh, área que depende de la Secretaría de Salud del gobierno estatal, decidió clausurar el salón de eventos donde el domingo registró su aspiración como candidata al gobierno de Hidalgo, dentro de la coalición “Va por Hidalgo”, la priista Carolina Viggiano Austria, debido al sobrecupo y a que no se respetaron los protocolos anticovid.

La noche del 5 de enero, no hubo plazas públicas abiertas para que los Reyes Magos adquirieran los juguetes que los niños pidieron con anhelo en sus respectivas cartitas. En las tiendas departamentales, el acceso fue “una persona por familia”.

Cada vez nos enteramos de personas cercanas a nuestro entorno contagiadas de la variante Omicron y la cifra de afectados aumenta y el temor también, por lo que la vuelta a la normalidad, como se esperaba desde noviembre pasado, se sigue postergando, con el efecto negativo en todos los sentidos, particularmente en el que el delegado de bienestar, Abraham Mendoza define como el “estrés social” y que pedía a quien esto escribe no abonarle a su incremento.

Pero, la realidad se impone y seguimos entrampados en una realidad que rebasa nuestras expectativas y nuestro optimismo, en espera de que los niños vuelvan a clases presenciales y con ese hecho, activen la economía nacional que, por lo pronto, no camina.

Las opiniones y conclusiones expresadas en el artículo son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente reflejan la posición de Quadratín.