
Ráfagas: Licona el impresentable, se aferra al SUTSPEEH
Son los propios morenistas quienes con sus acciones se han encargado de colocar a ese partido en una situación difícil, para ganar el mayor número de alcaldías en los comicios del próximo 18 de octubre y el más reciente capítulo lo escribió en sus redes el delegado del gobierno federal, encargado de los programas de Bienestar en Hidalgo, Abraham Mendoza Zenteno, quien crispó el ánimo de los periodistas al calificarlos (salvo sus honrosas excepciones), en “chayoteros”.
Ya varios periodistas han reaccionado y han retado al funcionario del gobierno federal a que pruebe sus dichos. Incluso, Alberto Witvrun, desde sus espacios de opinión lo ha retado a un debate público, para que pruebe sus dichos el originario de Tula de Allende, quien ante los reclamos ha hecho mutis.
No es Morena, el partido desprestigiado por sí, sino sus representantes en diversas instancias de poder, quienes le han generado el desprestigio que hoy permite a otras fuerzas políticas, ver un panorama más cómodo de cara a las elecciones municipales, pues saben que los pleitos internos, los actos cuestionables de algunos de sus representantes, colocan a Morena en una situación impensada apenas hace un año.
Un representante ante el Instituto Estatal Electoral de Hidalgo (IEEH), cuestionado por maniobrar para impedir que Morena presentara candidatos en los 84 municipios; un candidato a regidor preso por atentar contra la vida de su esposa; una diputada local, defendiendo a su hermano de ser privado de la libertad, por golpear a su mujer e intentar asesinarla.
Municipios, donde los propios morenistas han anticipado voto de castigo, que como medida de castigo por las imposiciones de candidatos y por privilegiar a personas ajenas al partido y desdeñar a los fundadores del partido.
Eso, sin contar, el golpe severo que le dio a la imagen de Morena, el Grupo Universidad, cuyo líder hoy enfrenta a la justicia, por haber dispuesto durante muchos años de dinero de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), para hacer negocios personales y familiares, hoy ampliamente difundidos a nivel nacional.
No hay que olvidar que una parte de la fracción de Morena en el Congreso local, obedece a los intereses de Sosa Castelán y han maniobrado a su favor, como la autorización de alrededor de 350 millones de pesos, para la compra de unos terrenos en Baja California; un negocio que beneficiaría a Sosa Castelán, sus familiares y al ex rector de la UAEH, Humberto Veras Godoy.
Por todo eso y más, Morena necesita urgentemente una asepsia.
Las opiniones y conclusiones expresadas en el artículo son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente reflejan la posición de Quadratín.