Ráfagas: Tatiana Ángeles, cuentas pendientes
En la imagen se aprecia a un grupo de personas, palos en ristre, que camina hacia uno de los accesos a la sede nacional del PRI. De pronto se escuchan detonaciones y aparece un hombre vestido de jeans y chamarra guinda que yace en el suelo. Otro más, declara a una cámara que de pronto escuchó un “petardazo” que le pegó en el cuerpo y, a pregunta de quien lo cuestiona responsabiliza a “la gente de Naillely Gutiérrez y a Ulises Ruíz, ex gobernador de Oaxaca, del intento de toma de las instalaciones del tricolor, para exigir la renuncia de su presidente, Alejandro Moreno Cárdenas.
Los resultados de las pasadas elecciones federales, han generado reacciones diversas, unas que indican que el PRI “avanzó” y otras que “retrocedió”, pues por un lado, con sus aliados del PRD y PAN logró contener las pretensiones presidenciales de ganar la mayoría calificada en la Cámara de Diputados, pero por otro lado, exaltan la derrota en ocho estados de la República.
Cada priista tiene su propia lectura, pero al parecer las huestes de Ulises Ruíz, van en el sentido de exigir la salida del ex gobernador de Campeche, para hacerse de la dirigencia nacional.
Las reacciones vinieron en cascada y en Hidalgo, el gobernador Omar Fayad Meneses, a través de su cuenta de twitter dijo que “nuestro partido merece que las diferencias se resuelvan a través del diálogo, la concertación, en el marco de la ley y la civilidad política”.
Luego agregó: “espero que la dirigencia nacional convoque a todos los priistas a reflexionar sobre el pasado, lo ocurrido, el presente y el futuro del partido”.
A su vez, el presidente estatal del tricolor, Julio Valera Piedras, demandó “privilegiar el diálogo y no la violencia. Calificó como “reprobables” los hechos ocurridos ayer en la sede nacional del PRI y recordó que en el PRI “nunca nos ha definido la violencia”.
Ya antes, luego del 6 de junio, el senador y ex gobernador priista, Miguel Angel Osorio Chong, también se refirió a la necesidad de hacer un análisis de lo ocurrido en los comicios en los que el PRI, además, perdió 17 congresos locales y, para el caso de Hidalgo, también la mayoría de diputaciones federales (seis de siete) y diputaciones locales de mayoría (14 de 18).
Pero, en las mismas redes también le tupieron al coordinador de la bancada tricolor en el Senado, al recordarle lo que consideran que hizo por ejemplo al impulsar al Partido Encuentro Social (PES) para abrirle paso en la región huasteca, en detrimento de su propio partido.
Registrar a leales suyos como candidatos del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), cuando no los pudo colocar en el PRI, como ocurrió, según las acusaciones, en los municipios de Omitlán, Tecozautla y Alfajayucan.
Lo cierto es que el PRI vive una nueva crisis generada por los malos resultados del domingo 6 de junio y que hoy lo colocan, incluso, por abajo del PAN en las preferencias electorales y en Hidalgo, ya se habla del riesgo de que se concrete la alternancia en el poder ejecutivo estatal, si no enmiendan el camino.