(W) Ecos Sindicales: Razonamiento Matemático
A su llegada al poder, el 5 de septiembre del 2016, el gobernador Omar Fayad Meneses, anunció una reingeniería en el poder ejecutivo estatal, que se extendería a su partido, el Revolucionario Institucional (PRI), pues asumía que en ambos casos había personas desleales que poco o nada hacían para fortalecer ambas instancias, salvo cobrar y muchos de ellos sin desquitar sus ingresos.
Esa determinación vino aparejada con la creación de un nuevo grupo político, integrado en su mayoría por jóvenes, que serían quienes acompañarían en su trayecto al gobernador Fayad Meneses.
Esas decisiones trajeron consecuentes reacciones de enojo y desencanto, que derivó en que varios personajes de la política hidalguense, se sintieron agraviados, pues a varios de sus colaboradores se les hizo a un lado, lo que se consideró como una afrenta a su poder político.
Colaboradores cercanos del gobernador, dijeron entonces que la decisión era desprenderse de viejos compromisos. Ni Murillos, ni Osorios ni Olveras, cabrían en el nuevo equipo de gobierno.
En el PRI, también se sintió la sacudida y políticos de rancia trayectoria se sintieron agraviados por la decisión de hacerlos a un lado del proyecto de Fayad Meneses.
Así caminó el gobierno y el PRI desde entonces, hasta que este año se comenzaron a lanzar señales de reunificación, de sanar heridas, de incorporar a aquellos que se sintieron desplazados, para atender al llamado del ex gobernador y hoy senador, Miguel Ángel Osorio Chong, quien en un encuentro al principio de la semana pasada, advirtió que de no ir unidos, corren el riesgo de verse desplazados en la contienda del 2022, cuando se renovará el poder ejecutivo estatal.
Días después, Julio Valera Piedras, diputado local y presidente estatal del PRI, convocó a varios personajes que se habían alejado de la escena política, incluso criticando las acciones de gobierno de Omar Fayad, para señalar que “aquí cabemos todos” e hizo un llamado a cerrar filas.
Sobresale la presencia del ex gobernador Francisco Olvera Ruiz, quien consideró que a pesar de haberse hecho a un lado para no estorbar al gobierno de su sucesor, seguía siendo víctima de ataques mediáticos, que cuestionaban su labor como gobernante, así como la de varios de sus ex colaboradores.
Los priistas, encabezados por su líder, Omar Fayad Meneses, saben que divididos corren el riesgo del poder que han mantenido las últimas nueve décadas y que sólo unidos pueden enfrentar los retos que representan pelear contra un gobierno federal adverso y en Hidalgo contra grupos que ya no son afines al PRI; como el Grupo Universidad, hoy sumado a Morena, del que han logrado importantes espacios.
Precisamente, en su mensaje, Osorio Chong, advirtió que es importante que el PRI recupere el control del Poder Legislativo, hoy en manos de Morena, partido al que acusó de ser un freno para concretar el proyecto de gobierno de Omar Fayad.
El jueves pasado, un grupo de priistas que en su momento lideró don Darío Pérez González (qepd) participó en un desayuno con el candidato a diputado federal por el distrito de Pachuca, Benjamín Rico Moreno, a quien le reiteraron su apoyo y se asumieron como “priistas de toda la vida”.
Estos eventos, tienen un común denominador: el llamado a la unidad de los priistas. Algo que parecía que no ocurriría más, pero sucedió.