Ráfagas: Voracidad panalista
Los resabios de las elecciones municipales del pasado 18 de octubre, tienen aún efectos negativos en quienes se encargarán de capacitar a los ciudadanos insaculados para convertirse en funcionarios de casilla el próximo 6 de junio, cuando en Hidalgo votaremos diputados federales y locales.
Resulta que, en Tulancingo, vecinos de varias colonias han cerrado la puerta a los representantes del Instituto Nacional Electoral (INE), cuya tarea es visitar los domicilios de los más de 200 mil ciudadanos cuyo apellido comienza con la letra A y fueron insaculados en un proceso realizado por los funcionarios y conejeros del INE, para ser los encargados de vigilar el día de las elecciones que todo camine en orden y, lo más importante, contar los votos.
La reportera de la revista Vía Libre en Tulancingo, Catalina Martínez Duarte, detalló lo que ocurrió el primer día en que los representantes del INE comenzaron sus visitas domiciliarias para notificar a las personas insaculadas y explicarles en qué consiste la capacitación para ser funcionario de casilla.
Reclamos y rechazo, en suma, fue lo que encontraron, pues para muchos ciudadanos de Tulancingo, las autoridades electorales, federales y estatales, fueron responsables de lo que ocurrió el día de los comicios y los días posteriores, cuando primero se dio como ganador al candidato de Morena, Damián Sosa Castelán y días después resultó triunfador en candidato del PRI, Jorge Márquez Alvarado.
No hay pruebas, eso debe quedar claro, de que las autoridades electorales hayan incidido de algún modo en revertir el triunfo de uno para dárselo al otro. El caso llegó hasta los tribunales electorales, que finalmente revocaron el triunfo cantado primero en favor del abanderado de Morena y cuando el priista Jorge Márquez se daba por derrotado, vino la decisión de los tribunales electorales que le dieron finamente en triunfo.
Ese manoseo de los resultados electorales, generó en un amplio segmento de la ciudadanía, dudas con relación al desempeño de las autoridades encargadas de arbitrar el proceso para la renovación de los 84 ayuntamientos.
Y como reacción, decidieron no aceptar la invitación a capacitarse para poder ser funcionarios de casilla para las elecciones del próximo 6 d junio, cuando se renovarán en Hidalgo, el poder legislativo local y se votarán siete diputados federales.
Las autoridades electorales, especialmente las locales, respondieron en su oportunidad no haber maniobrado en favor de uno u otro partido y o candidato a alcalde, y que su actuación estuvo apegada a la norma electoral, como estableció en su momento la consejera presidenta del Instituto Estatal Electoral de Hidalgo (IEEH), Guillermina Vázquez Benítez.
El IEEH se encarga desde el año pasado de conducir el proceso para la elección de 30 diputados locales (18 de mayoría relativa y 12 de representación proporcional), en la que participan una docena de partidos políticos.
Es e esperarse que lo ocurrido el fin de semana pasado en Tulancingo, no sea una constante en ese municipio y otros más, donde hubo enojo e inconformidad de votantes, candidatos y partidos, que llevaron sus quejas hasta las instancias electorales federales.