Subestimando a la presidenta
<<Rusia no es Irán, Rusia está interconectada>>
Ian Bremmer. Presidente y fundador de la consultora Eurasia Group (1998).
Del 20 de noviembre de 1945 al 1ro de octubre de 1946 se llevaron a cabo los Juicios de Núremberg, procesos judiciales donde las naciones aliadas vencedoras (Estados Unidos, Gran Bretaña y la URSS) determinaron la responsabilidades de dirigentes, colaboradores y funcionarios del régimen nazi de Adolf Hitler por crímenes de lesa humanidad cometidos durante la guerra por el Tercer Reich Alemán. En ese entonces la opinión pública occidental se volcó ante los escalofriantes relatos con los que algunos de los enjuiciados se referían al exterminio de judíos. Meses antes de que se iniciaran este proceso, el presidente Harry S. Truman autorizó los bombardeos de las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagazaki el 6 y 9 de agosto de 1945. Ambos acontecimientos marcaron el fin de la guerra y el inicio de la carrera armamentista entre oriente y occidente, la Guerra Fría.
Se dice que la “historia la hacen los vencedores”, pero también existe esa historia de los vencidos, la historia suprimida por las dudas y omisiones que a la larga pudieran costar el cuestionamiento de un sistema o la caída de un régimen. En su momento se suprimió a los medios públicos información del departamento de inteligencia estadounidense en el que desde años antes de iniciada la guerra se tenía la sospecha de lo que el régimen nazi podía originar. Pero confiaban que al solaparlo bloquearían la expansión militar de la Unión Soviética y solo serían espectadores entre un conflicto bélico entre la Rusia soviética y la Alemania de Hitler; está por demás decir que las circunstancias fueron otras.
Comúnmente se condena al holocausto judío, los gulags soviéticos y los campos de exterminio nipones, pero poco se dice sobre mujeres violadas y la sociedad maltratada por los soldados aliados liberó Italia, Alemania, Francia y Japón. Tampoco se ha dicho públicamente que México rompió su neutralidad en el conflicto debido al hundimiento de los barcos petroleros Potrero del Llano y Faja de Oro por parte de fuerzas norteamericanas las cuales inculparon a submarinos alemanes con el objetivo de que al hacerlo, el gobierno mexicano dejaría de vender petróleo al régimen nazi.
Hechos en la historia como estos nos recuerdan en el presente la situación complicada que vivimos hoy. El incisivo tono del Parlamento Europeo, conformado en su mayoría por políticos de derecha quienes en sus “demandas” exigen al presidente Andrés Manuel una postura firme a favor de Ucrania es inconcebible. Para nada es extraño que el tono y las exigencias de esta comitiva estén respaldados por la derecha mexicana representada por el Partido Acción Nacional (PAN), el cual en su intentona de conformar una oposición digna ha dejado mucho que desear.
Con esta postura la derecha mexicana lejos de emerger se hunde cada vez más, pues al desconocer la historia diplomática de no intervención y neutralidad de México e instar a terceros en discordia, quienes también tienen intereses de por medio (¿Repsol e Iberdrola les dice algo?), no solo demuestran su cinismo y rapacidad sino que reafirman su objetivo; seguir con la agenda de golpe blando en contra de este régimen y en perjuicio de la sociedad en general.
Resulta por demás ridículo e indignante que la carta en respuesta al Parlamento Europeo escrita por el presidente levante más burla e indignación debido a la forma y no por el fondo. Si bien es cierto la redacción no es la ideal, la respuesta enfática tiene un doble propósito; número uno generar un lenguaje directo para la sociedad mexicana, y dos alzar la voz en relación a que las regla del juego han cambiado. Se trata de ejercer la soberanía mexicana de manera plena y no de manera sumisa y adornada como era costumbre en los sexenios anteriores.
Por otra parte, la misiva enviada por el presidente argentino, Alberto Fernández a nuestro afamado Huey Tlatoani a propósito de la visita que la Sra. Beatriz Gutiérrez Müller hizo a tierras albicelestes la semana pasada tiene varios puntos interesantes a comentar. El primero la necesidad de formar un bloque común en pro de la lucha contra la desigualdad. Segundo, generar un acompañamiento importante con el ex presidente brasileño Luis Inácio Lula Da Silva, ahora que nuevamente se postulará a la presidencia de su país. Ambas cosas en el marco del complicado contexto que se vive directa e indirectamente por el conflicto entre Rusia y Ucrania.
Los señalamientos del presidente argentino en la misiva no deberían tomarse a la ligera puesto que la inflación y crisis que comienzan a resentir países de la Unión Europea y Estados Unidos, principalmente porque el alza del precio de la gasolina generarán un golpe duro en la economía de los países latinoamericanos. Pese a que PEMEX y Petrobras pudieran amortiguar el golpe de los precios, no será suficiente. A ello se suma la posible alza de precios del trigo e insumos relacionados pues tanto Rusia como Ucrania son los exportadores más grandes a nivel mundial lo que sin duda también traerá un descalabro en la canasta básica del consumidor.
Finalmente un hecho sin precedente es la comitiva de negociaciones del gobierno de EE.UU. que fue enviada la semana pasada a Venezuela para “negociar” con Nicolás Maduro el desbloqueo comercial y la posible compra de petróleo para solventar parte del consumo del mercado norteamericano. Si bien esto representa una oportunidad de oro para el gobierno chavista surge la interrogante ¿Por qué Biden no entabló este diálogo con Guaidó, supuesto presidente legítimo apoyado por ellos y la Unión Europea? Nicolás Maduro tendrá que pensárselo dos veces, pues esto significaría una grave traición para la Federación Rusa quien ha implicado un notable apoyo industrial, político y económico para sobrellevar el bloqueo. No hay que olvidar también que Rusia es uno de los principales productores de gas licuado y petróleo, y que para contrarrestar los efectos en su economía por el bloqueo europeo está canalizando gran parte de su producción hacia China; algunos países como Alemania no se han decidido al 100% dar marcha adelante con el bloqueo de Rusia, debido a que dependen significativamente de dicho abasto.
Mientras tanto Estados Unidos sigue controlando maniqueamente parte de la situación, aunque la esencial, la económica se les esté yendo de las manos. La victimización del régimen neo nazi ucraniano y la censura a medios rusos va viento en popa. En tanto que China aun es espectador de la situación, pero es probable que con el ascenso de Yoon Suk-yeol, presidente electo de Corea del Sur (fracción conservadora), el conflicto escale también hacia lejano oriente. No estamos ante una lucha ideológica, estamos ante una guerra neo capitalista entre potencias emergentes e imperios decadentes.
Las opiniones y conclusiones expresadas en el artículo son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente reflejan la posición de Quadratín.