(W) Ecos Sindicales: Operación Panal
PACHUCA, Hgo., 30 de julio de 2018 .- El gran tema pendiente de la agenda política nacional es la Reforma del Estado, con la nueva composición de las fuerzas políticas a nivel nacional y regional, ahora es posible llevarla acabo y es quizá la de mayor prioridad para el próximo gobierno. El quid no radica en cambiar per se, sino en qué cambiar.
El próximo gobierno aún no da inicio, y se encuentra sometido a la necesidad de resolver demandas coyunturales que ellos mismos se han fijado.
El escenario que rodea a los actores políticos se encuentra demasiado contaminado. Es en el ambiente mediático y en el de las influyentes redes sociales, donde se ha impregnado la idea del ajuste de cuentas entre el nuevo régimen y el anterior. Incluso la mafia italiana tiene una regla no escrita: “La vendetta personale non debe rientrare in quello che noi dobbiamo fare qui”, “No mezcle la venganza personal con lo que tenemos entre manos”.
Los cambios que necesita urgentemente el país, requieren de la aprobación mayoritaria de todas las fuerzas políticas representadas en la Cámara de Diputados y en el Senado de la República, la bancada de MORENA es mayoría, y podrían hacerlo solos, pero no se puede correr el riesgo de que se genere un rechazo social hacia el próximo partido en el gobierno, y este a su vez se endose al ejecutivo. Nadie en su sano juicio querrá asumir los costos de entablar una discusión que obligadamente llegue a decisiones y consecuencias, que generen negativos al nasciturus (concebido pero no nacido), nuevo gobierno.
La mayoría obtenida por López Obrador, ha propiciado entre las huestes morenistas, la generación de supuestos erróneos sobre el régimen del poder ejecutivo en los estados y la división de poderes. La mayoría legislativa obtenida no es para acotar las facultades a los gobernadores, cuando de acuerdo con la Constitución y ya sin las facultades metaconstitucionales, el ejecutivo ya se encuentra limitado. La función primigenia de los Congresos Estatales es la de elaborar leyes, y no la de controlar y vigilar el ejercicio de gobierno.
Ante la tentación de desequilibrar las fuerzas activas de gobierno, el papel del Poder Judicial en la resolución de conflictos entre las leyes y los otros dos poderes, será vital. Recordemos que los fallos de la SCJN son definitivos e inapelables, la corte es garante de los limites y de los puentes entre el poder ejecutivo y legislativo, en esta nueva coyuntura histórica, donde después de muchos años existe una mayoría dominante. De excepcional importancia para garantizar el equilibrio de poderes es la Suprema Corte de Justicia de la Nación, al ser también la única autoridad que interpreta la Constitución.
Twitter: @David_Tenorio