Así no, presidenta
PACHUCA, Hgo., 18 de junio de 2018.- Una de las manifestaciones más hostiles a la libertad de expresión en México, es la polarización que se vive en los procesos electorales, son cada día más comunes las amenazas abiertas o veladas contra los periodistas. La polarización que estamos viviendo de cara a la elección del próximo domingo 1º de julio, entre quienes apoyan al candidato de MORENA, Andrés Lopez Obrador y el priista José Antonio Meade, donde las campañas negras o de contraste en las redes sociales son ya pan de todos los días.
Dicha polarización ha alcanzado también a los periodistas y a los medios de comunicación, y lamentablemente Hidalgo no podía ser la excepción.
La opinión critica de un periodista reconocido en nuestro estado, con una trayectoria de 26 años ininterrumpidos trabajando en diarios, revistas, semanarios, radio y televisión, se gano no solo el repudio de los seguidores Lopezobradoristas en el estado, si no también de quienes mueven los hilos de ese partido en Hidalgo.
Michel Foucault decía que no basta con poseer libertad de palabra para poder decirlo todo. Sino que también se necesita honor y reputación para ser escuchado y luego creído. Andrés Torres Aguirre hoy es víctima de esa guerra sucia que se expande del escenario de los partidos políticos a los medios.
Es lamentable que existan generaciones de comunicadores que no entienden el concepto de objetividad ni el del periodismo militante. La paciencia para buscar las palabras idóneas para generar controversia y la publicación de un desplegado ayer domingo en un diario es un intento por intimidar y coartar la la libertad de expresión a una figura destacada del universo informativo estatal.
En la vorágine de las campañas, la información abunda, y el mal periodismo también. Es un honor ser creído, y la reputación que da el coraje de decir la verdad, son tesoros muy preciados.
Tomar a pie juntillas lo dicho al aire por el comunicador y utilizarlo para buscar sancionarlo por supuestamente fomentar o normalizar la violencia de género, es un dislate. Se busca “meter miedo” para frenar los futuros comentarios políticos, y restarle credibilidad a las palabras del influyente analista de cara al día de la elección.
Twitter: @David_Tenorio