Así no, presidenta
Según cifras del Banco Mundial, el 74% del Producto Interno Bruto de nuestro país, corresponde al comercio exterior. Lo que posiciona a México como una de las economías hispanas más fuertes del mundo. Los analistas prospectan que habrá de posicionarse en un lustro, entre las primeras diez economías del orbe.
Sin embargo México requiere de una infraestructura adecuada que atienda las necesidades de los investigadores y de la industria, ambos rubros dependen, de la innovación para su trascendencia en los mercados globales.
Ejemplo de ello, son las políticas emprendidas por India, Corea del Sur, Brasil, Singapur o China, encaminadas ha acelerar la economía basada en el conocimiento.
La búsqueda de la cura de diversas enfermedades, el crecimiento de la producción agropecuaria y el impulso a las energías renovables son solo algunas de las áreas prioritarias para estos países.
De ahí, la importancia mayúscula de la construcción del sincrotrón en Hidalgo, el cual estará al servicio de científicos nacionales y extranjeros. Y que permitirá hablarnos de tú a tú con la comunidad científica internacional.
El sincrotrón, es un generador de luz de alta intensidad, varios millones de veces más intensa que la luz del sol, que recibe el nombre de “luz de sincrotón”.
Esta luz es refinada y compactada en pequeños haces, miles de veces más angostos que un cabello, y que por su alta intensidad son capaces de penetrar la materia en la misma forma que lo hacen los rayos X pero con alta resolución, por lo que es posible vislumbrar no sólo moléculas, sino átomos invisibles con la luz natural.
Actualmente hay más de 50 sincrotrones en operación alrededor del mundo. El Gobernador del Estado, Omar Fayad, fue preciso al manifestar, que la construcción del sincrotrón en Hidalgo, coloca a México en el camino de dejar de ser un observador, ha ser un gran protagonista en el mercado de la innovación, la ciencia y la tecnología.
La semilla esta puesta, para el cambio estructural que busca México hacia el futuro.