Ráfagas: Tatiana Ángeles, cuentas pendientes
PACHUCA, Hgo., 18 de diciembre de 2018.- El PRI se desvió de sus ideales y a lo largo de sus casi 90 años se convirtió en una eficiente maquinaria electoral. Fue agencia de colocaciones que dio abrigo a su clase política; fungió como trampolín para cargos de elección y también de posiciones en el gobierno en turno.
El revolucionario institucional no solo desvío su camino al interior, también hacia afuera, le fallo una y otra vez a la ciudadanía que demandaba enarbolar a la defensa de las causas populares, además de que por lo menos se condenara el enriquecimiento de muchos de sus militantes, quienes hicieron de las arcas públicas su cornucopia. Como sal en la herida, calaba la absurda y falsa honorabilidad.
El revolucionario institucional comenzó a perder su identidad desde que impulso estrafalarios perfiles, como el que los empresarios se hicieran políticos y los políticos empresarios.
Dice Borges que el futuro no es lo que va a pasar, sino lo que vamos a hacer. Si bien el futuro mucho tiene de azar, también se construye; se imagina y se prepara.
Ayer el primer priista de Hidalgo, Omar Fayad dejo en claro en la presentación de los resultados y análisis de la Consulta PRI 2018, que el revolucionario institucional no está muerto.
Y marco el rumbo de la transformación que habrá de tener el tricolor en Hidalgo. Pero en esta ocasión en Hidalgo, la transmutación del tricolor reiniciara de cero, al impulsarse nuevos liderazgos de mujeres y hombres jóvenes, se recompensara la trayectoria a la militancia. Y se evaluara su desempeño.
El hombre, el político de peso completo que con una carrera portentosa por el servicio público mantiene viva la apuesta del PRI para recuperar terreno y mantenerse en Hidalgo, fue claro al definir a quienes han abandonado las filas de ese instituto político.
Humildad, y voluntad de servicio, de ello depende la permanencia del revolucionario institucional, y la inercia para darle vuelta a la hoja en la próxima elección. El tricolor tiene grandes posibilidades de volverle a hablar a una enorme mayoría.
Omar Fayad ha puesto el ejemplo, ha sabido acortar la distancia con la ciudadanía, no solo al escuchar atentamente, también al darle salida rápidamente a las inquietudes más sentidas de la población.
El PRI de Omar Fayad tiene todo para iniciar una nueva etapa con el reto y la oportunidad de fortalecerse y volver a servir a la gente. El domingo fue notoria la ausencia de varios cuadros priistas, entre la militancia nadie los extraño.
La vocación por servir que distingue al primer priista, será justamente su bandera.