Radar Político: Penchyna, de moda
La semana pasada fue una jornada de estires y afloje entre la derecha e izquierda mexicana en el Poder Legislativo; los conflictos suscitados entre el PT en su afán por querer abanderar la mesa directiva para el siguiente período puso en evidencia la fragilidad de las alianzas entre esta facción y MORENA, las maniobras ejercidas por este último nos recordaron las antiguas prácticas de las tribus del partido del Sol Azteca (PRD) en sus épocas de gloria. Esta vez no fue la excepción, puesto que por unas horas los reductos del PRD cambiaron de estandarte para favorecer al tradicional y ex institucional partido tricolor, toda vez de refugiarse en el discurso ralo de la institucionalidad.
A este respecto, MORENA lejos de salir fortalecido en el proceso de la elección del presidente(a) de la Mesa Directiva para el próximo período Legislativo, demostró que al interior existen dos corrientes de pensamiento; los menos, los que actúan por convicción y principios, y los más, los que actúan a modo y maniqueamente con base en un discurso a modo y apelando a la institucionalidad. En el trasfondo de todo esto, se liberaron las sospechas de que efectivamente sigue latente lo que a todas luces sus detractores decían que existió desde el principio, el PRIMOR (Concubinato político PRI-MORENA).
Lo anterior, lejos de abonar a la unidad de los partidos de izquierda, demostró una vez más que no solo no existen izquierdas, sino claro oscuros intereses que intentan tomarle el pelo a aquellos votantes que apostaron su apoyo a favor de la Cuarta Trasformación en los comicios de pasado 2018 esperando un “cambio verdadero”, algo que al día de hoy se ve lejano, considerando la serie de pretextos que el presidente pone en cada mañanera, así como de las condiciones contextuales por las que atraviesa su gobierno y el mundo (crisis económica y contingencia sanitaria).
En este sentido la derrota del PT en torno a la búsqueda de liderazgo como líder de la mesa directiva no solo evidenció la fractura dentro del partido predominante y el latente surgimiento del PRIMOR, sino el posible empoderamiento del líder moral petista, el diputado Gerardo Fernández Noroña quien bajo el argumento de un posible “lulazo” y en pro de proteger el interés y estabilidad de la nación quedo exhibido ante la opinión pública con dos tintes totalmente opuestos; el del político intransigente, berrinchudo e impulsivo resentido con Andrés Manuel López Obrador, y el del potencial líder, de cara hacia el próximo proceso presidencial como el sucesor del actual líder el ejecutivo.
Además del potencial resurgimiento del PT como la “verdadera fuerza” de la izquierda, y el incendiado debate entre morenistas, petistas e izquierdistas en redes sociales; este proceso dio cuenta de un punto medio entre una u otra facción de los partidos de izquierda, la paz, concordia y unidad a favor un obradorismo como el ideal político a defender por encima de los errores y desaciertos de MORENA y los desacuerdos del PT, lo cual nos da pauta para cuestionarnos ¿Será acaso que en los próximos años seamos testigos del surgimiento de otro partido político de izquierda como punto de apoyo y unidad de todas las izquierdas? ¿El partido Obradorista tal vez?
Sea como fuere o mejor dicho “aiga sido como aiga sido” -Citando las célebres palabras del ex presidente panista Felipe Calderón. Esta dimisión y parcial fractura entre las izquierdas en el legislativo no le sienta nada bien al partido dominante, sobre todo si a ello le sumamos la maniobra del INE que restringe en condiciones a los potenciales candidatos a dirigir dicho partido a nivel nacional, lo que augura más pronto que tarde una inconformidad y potenciales conflictos al interior de esa cúpula.
Por otra parte, como cereza de este pastel MORENA llega débil y dividida de cara a los comicios electorales para ayuntamientos en el estado de Hidalgo, ello debido a la detención de su líder estatal, Gerardo Sosa Castelán acusado entre otras cosas de fraude y delincuencia organizada, lo que es un claro ejemplo de que Inteligencia Financiera va en serio y sin excepción en su combate contra la corrupción, pero que a su vez pone en un serio brete la unidad y victoria de dicho partido en la mayoría de los municipios hidalguenses los cuales entraron a la campaña de manera incierta, en medio de candidaturas impuestas e inconformidades.
Finalmente y propósito del “aiga sido” de los párrafos anteriores, la negación del INE de registro a México Libre, partido de la pareja ex panista Calderón-Zavala, representa solo una victoria parcial para los simpatizantes de la 4T pues aún falta la decisión definitiva del Tribunal Electoral. Con lo anterior, lejos de que los procesos y acontecimientos de la semana pasada signifiquen un aliciente para el gobierno federal, tristemente reflejan (por enésima vez), los vicios e inconsistencias de las fracciones políticas mexicanas que sin importar el color o tendencia ideológica siguen llevando en su accionar las viejas prácticas del antiguo régimen.
Las opiniones y conclusiones expresadas en el artículo son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente reflejan la posición de Quadratín.