(W) Ecos Sindicales: Roberto Zerón Sánchez
Twitter: @OswaldoRamirezG
<<Quiero morir siendo esclavo de los principios, no de los hombres>>
Emiliano Zapata Salazar. Revolucionario agrario (1879-1919).
Esta semana dieron inicio las vacaciones de Semana Santa también conocidas como Pascua. Pese a que todos los estados de la República mexicana están en un “aparente” semáforo verde epidemiológico no se descarta que como consecuencia de esta temporada, la afluencia en los principales centros turísticos del país al finalizar estas semanas de asueto se tenga otro rebrote. Algo así como la enésima ola (la quinta si más no me equivoco) de Covid-19. Sin embargo, se espera que con las medidas sanitarias mínimas aunadas al relativo índice alto de vacunación y refuerzo, la mortalidad sea mínima. Si bien es una responsabilidad del gobierno en sus diferentes niveles mantener las mayores precauciones, estamos ciertos que tampoco es nuestra niñera patria y que la responsabilidad de cuidarnos es de todos(as).
El cierre híbrido de actividades escolares nos trae momentos interesantes a recordar:
Un 1ro de abril pero de 2005 un subcomité legislativo permitió que se realizara en el pleno de la cámara de la diputación el voto de desafuero al Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Andrés Manuel López Obrador, lo que abría de acontecer seis días después el de abril fecha en la que se desarrollaron los alegatos de la procuraduría y el inculpado. La causa, el predio El Encino, pese a litigios y amparos por parte de los dueños particulares. El gobierno había logrado recuperar para poder hacer uso de dicha propiedad en función a facilitar una vía alterna de comunicación con acceso hacia el Hospital ABC, institución privada de atención médica.
La denuncia y sesgo de este juicio se politizó mediática y jurídicamente, esto último muchas veces con vacíos legales poco claros. No cabía duda que se trataba de poner un freno político a la carrera del ahora presidente de México. El impacto social y linchamiento por parte del gobierno panista del entonces presidente Vicente Fox Quezada fue más que obvio. Las marchas de varios sectores de la sociedad capitalina escalaron a un descontento social y empatía que tuvo eco más allá de la capital mexicana. El falló a favor del gobierno de la Ciudad de México, sentó el precedente de este movimiento, el cual por su tenacidad y constancia le valió llegara la presidencia de la República en 2018…
Nadie se imaginaba que diecisiete años después, un domingo diez de abril, aniversario luctuoso del caudillo revolucionario Emiliano Zapata (1879-1919), su movimiento político ahora hecho partido, el Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), marcaría otro hito como el precedente en la historia política mexicana, la votación para la revocación de mandato.
Para no quedarme corto en mis apreciaciones diré que no hay mejor síntesis del proceso que la que hizo Epigmenio Ibarra el día de ayer en la rueda de prensa que emitió parte de su bancada partidista de voz de su líder Mario Delgado. En síntesis Ibarra denunció obstrucción, desinformación y el secuestro institucional en la que yace el Instituto Nacional Electoral (INE) a manos de Lorenzo Córdova y Ciro Murayama.
Pese al sentido crítico de algunos y la renuencia de otros, este ejercicio de sufragio no fue una total tomadura de pelo, al contrario. Cierto es que en el ensayo-error la victoria en las urnas ya estaba ganada de facto, aun pese a las fallas presentadas durante el proceso. El objetivo esencial era sentar el precedente para que dicho acto se lleve a cabo cada mitad de sexenio con la finalidad de generar mayor consciencia política de la sociedad y por ende mayor compromiso por parte del gobierno.
Infortunadamente para la oposición, la apatía y negativa de votar fue nuevamente una manera de tirarse un balazo en el pie. Puesto que al negarse este derecho independientemente de no ser mayoría, sí hubiese mostrado un poco el “musculo” que dicen tener enredes y medios de comunicación tradicional sobre el “supuesto hartazgo de la sociedad”.
Del mismo modo era lógico que el voto emitido por el presidente no pudiera ser de otra manera. Un “Viva Zapata” alusivo a la fecha tiene la siguiente explicación:
Si hubiese votado a favor de su revocación sería tanto como aceptar y darle la razón a los grupos opositores, con lo que tiraría por la borda el apoyo de su bancada y la fracción amplia de la ciudadanía. Por otra parte, si el voto del presidente hubiese sido “que siga”, ello le daría el motivo suficiente a esta misma fracción derechista para asumir que en el afanoso carácter de este sufragio la soberbia le pondría en una posición cómoda de aceptar y promover una posible reelección. Por tanto el fantasma del “dictador” que aquellos dicen ya no sería más que una realidad.
Al final, algunos podrán ver como una maniobra por demás demagógica de su mensaje al filo de media noche ayer. No obstante el mensaje es claro; celebra el ejercicio en las urnas, exhorta a la propia derecha hacer valer su opinión por este medio también y concluye con un saludo respetuoso, un abrazo y así como no queriendo la cosa un “los quiero desaforadamente”.
Las opiniones y conclusiones expresadas en el artículo son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente reflejan la posición de Quadratín.