Ráfagas: ¿Malos manejos en la Comisión de Búsqueda de Personas?
No todo el mundo sabe discutir sin hacer daño, y esto se vuelve un problema porque se evita tocar temas indispensables en las relaciones optando por evadirlos, ignorarlos, ocultarlos y llegar a estos cuando ya se está en crisis o porque se exceden los límites de la asertividad y el respeto, cayendo en la violencia, ocasionando el rompimiento de la relación o lastimando verbalmente a quienes se ama, por ejemplo a los hijos.
Y es que la idea que asociamos con discutir es la de “pelear”, de tal forma, que partiendo de esta creencia se pierde la visión de que discutir puede ser (si se discute correctamente) una forma de intercambiar opiniones respetuosamente, negociar, establecer acuerdos, depurar o debatir con el objetivo principal de solucionar o de prevenir un conflicto.
Se cree que en una discusión obligatoriamente debe haber un ganador y un perdedor, alguien a quien derrotar… cuando la realidad es que en las relaciones sanas las discusiones forman parte de la convivencia cotidiana e incluso pueden llegar a ser una muestra de que la pareja tiene la capacidad de permanecer bien si los conflictos se superan, se resuelven y si se solucionan pacíficamente con la participación de ambos.
Y en la relación entre padres e hijos es muy similar, que sean tus hijos no les obliga a pensar igual que tú ni a tener los mismos intereses, o bien, para establecer los límites en la conducta y los permisos, es probable que se discuta un poco, no que se ponga en duda la autoridad paterna, eso es distinto y no es conveniente cuando los hijos son menores o adolescentes, pero tampoco se trata de imponerse evitando que los hijos desarrollen y utilicen un pensamiento crítico y menos que anulen su derecho a ser asertivos.
Ni ser padres tan permisivos que se terminen sometiendo a la voluntad de hijos tiranos… ¡Punto medio es la clave! Y ese punto medio en este tema es saber discutir sin herir, sin fracturar la relación, sin romperla.
Discutir sin herir es posible cuando se distinguen las prioridades, y sobre todo, el valor del vínculo que se tiene y se desea conservar en buen estado.
Al discutir se puede tener la preocupación o incluso el miedo de herir o ser herido, por eso un punto clave en toda relación significativa (pareja, padres e hijos, amigos) es que se cuide y se fortalezca un sentimiento de seguridad, determinando que aún molestos o pensando distinto el respeto no se transgrede, es así cómo es posible discutir sin que aparezca la necesidad de protegerse o ganarle al otro.
7 puntos para saber discutir sin herir
Una gran cantidad de gente cree que no puede lograr discutir si herir, pero si se coloca como base el cariño y el respeto si es posible.
Lo que se quiere se cuida, lo que se quiere no se lastima, así que si soy responsable de mí y de lo que me corresponde para no herir a la gente que amo ya estoy en el primer paso para entablar una discusión cuando esta sea realmente necesaria… porque tampoco es la intención vivir discutiendo.
Atender los temas en el momento correcto puede evitar problemas mayores en la familia o la pareja, y es también un derecho, que ante lo que no parece justo, lo que no es aceptable o sencillamente cuando existen diferencias de opinión todos los integrantes de la familia o ambos miembros de la pareja ejerzan su derecho a ser asertivos y discutir si es necesario, discutir sin herir y sin permitirse ser lastimado.
@Lorepatchen
Psicoterapia
7711785074
Las opiniones y conclusiones expresadas en el artículo son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente reflejan la posición de Quadratín.