Así no, presidenta
Enséñalos a amarse
¿Sabias que fomentar el amor propio en tus hijos e hijas les puede salvar la vida?
El amor propio es quererse a sí mismo, y por supuesto, la persona que se respeta y sabe que es valiosa se siente digna de que los demás también le traten con respeto.
Sentir amor por uno mismo nos permite construir una relación sana con nosotros y con los demás.
Enseñar a tus hijos e hijas a construir un autoconcepto positivo, en el que se reconozcan con sus áreas de oportunidad y virtudes, es una gran herramienta para su vida, presente y futura.
Cuando los padres lastiman a sus hijos, estos no dejan de sentir amor por sus padres, no piensan negativamente respecto a estos, pero, si dejan de pensar bien de sí mismos, se “etiquetan” incorrectamente y se devalúa la imagen que tienen de sí, lo que da como resultado que no establezcan aprobación y amor propio.
¿Es incorrecto reprenderlos y establecer límites? -No, si el regaño no incluye actos u omisiones que los devalúen de ninguna manera.
¿Enojarte con tus hijos destruye su autoconcepto? -No, si hay una razón justa, pero, sobre todo, si gestionas tu enojo y la manifestación de este no los confunde ni los agrede.
¿Cómo se fractura el amor propio de tus hijos?
Cuando utilizas adjetivos calificativos en tus regaños.
Si se les ignora, invisibilizándolos, esto es más violento de lo que solemos imaginar: puedes aplicar “tiempo fuera” para no discutir en el momento y tranquilizarte, pero si les dejas de hablar como castigo, si les aplicas la terrible “ley del hielo” o manipulaciones como “ya no te voy a querer”, “ya no voy a ser tu papá o tu mamá”, los confundes y haces ver que no solo estás reprochando su conducta sino también a ellos, además de que tú cariño parecerá “no seguro”, y todo esto causa daño emocional que no desparecerá solo porque tú estado de animo cambia.
Al no validar sus emociones, prohibiéndoles que sientan enojo, tristeza, miedo… en lugar de enseñarles que tienen derecho a cada una de sus emociones, pero que lo adecuado es expresarlas sin lastimar ni lastimarse.
Abandono emocional, económico, físico.
Realizando comparaciones, que aunque intenten invitarlos a mejorar ocasionan que se vivan subestimados e insuficientes.
Estas son algunas de las acciones que pueden hacerle daño a tu hijo minando su autoestima, y por supuesto, todo tipo de abuso y violencia. Lo que no solo los pone en riesgo durante su infancia sino que igualmente forma adultos inseguros y/o resentidos.
Y claro, es posible que como adultos elijan sanar las heridas de su infancia, sin embargo, si está en ti como padre o madre prevenir estas heridas e influir en que las etapas de su crecimiento verdaderamente lo preparen para una vida digna y plena, es mil veces mejor tomar conciencia y criar niños sanos, facilitándoles una infancia y una adolescencia armoniosa, gentil, generosa y amorosa.
La seguridad de que pueden contar contigo, sentir tu presencia física y emocional, la comunicación efectiva, el respeto, el reconocimiento ante sus logros, el acompañamiento cuando se equivocan, todo ello va construyendo una imagen positiva sobre sí mismos, en la que es indispensable enseñarles a mirar a otras personas tan valiosas como ellos, favoreciendo que establezcan relaciones libres de violencia.
Quienes se aman, son capaces de reconocer el maltrato y alejarse, no permiten que nadie los dañe ni lastiman a otros.
Aunado a esto, el amor propio da pie al auticuidado, se toman decisiones más favorables para el bienestar personal, se asumen hábitos saludables, se construyen actividades orientadas a la creatividad y al desarrollo del potencial humano.
Durante la infancia y toda la vida es importante no solo saberse querido, sino también sentirse querido, y este es un legado que nos acompañará permanentemente.
Si en casa, en torno a las personas más cercanas se aprende a sentirse cuidado, acompañado, aceptado y respetado, es más factible, mucho más, aprender a validarse, cuidarse y protegerse.
Seguramente deseas darle a tus hijos lo mejor, que desees que tus hijas sean felices, que tengan éxito en la vida, que coincidan con gente que les ame, que su futuro esté repleto de satisfacciones, y que les provees de lo necesario para su bienestar y para educarlos: una casa, una familia, estudios, juegos, etc.
Y es excelente que así sea, y que entre todo lo que les ofreces destaque el amor que les tienes y el que necesitan aprender a sentir hacia ellos… Te aseguro que nada les fortalecerá tanto y los arropará cómo crecer pensando y sintiendo un profundo amor propio.
Los padres y las madres no viviremos por siempre, pero, el amor y la seguridad emocional que les manifestemos cotidianamente si les acompañarán toda su vida.
¿Deseas una vida digna y plena para tus hijos? – Enséñalos a amarse y a respetar a los demás.
Un abrazo
@Lorepatchen
Psicoterapia individual, familiar y parejas.
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