Subestimando a la presidenta
PACHUCA, Hgo., 22 de agosto de 2016.- ¿Vives una relación complicada? ¿Tú y tu pareja no terminan de estar de acuerdo en su relación?… Hace poco subí una publicación en una red social y alguien me comentaba que “las relaciones no son nada sencillas, que quien opine lo contrario está en un error”, ¿realmente son tan difíciles las relaciones o nosotros hacemos que lo sean?… Para empezar habrá que definirlas, y aquí va una pregunta indispensable: ¿qué somos y qué significa para cada uno la relación? Si sentamos las bases de lo que implica relacionarnos estaremos dando un gran paso para saber cómo hacer de la relación un éxito y no un tormento.
Hombres y mujeres vivimos y construimos expectativas distintas cuando estamos en pareja, sin embargo, comprendiendo las diferencias y fortaleciendo las coincidencias las relaciones marchan mejor. Es inevitable que aparezcan las sombras de cada uno, pero, es responsabilidad de cada quien hacerse cargo de estas y no cargarlas en los hombros de la pareja. ¿Cuánto y de qué hablas con él o con ella? ¿Adivinas o colocas en la mesa tus preguntas?, por mucho que creas conocer a quien amas no hay mejor opción que establecer un diálogo claro, amoroso y puntual, tú y tu pareja son dos personas distintas, dos mundos que no necesariamente tienen que fusionarse por completo para amarse.
Es cierto que el amor no basta, para comprendernos y continuar juntos se requiere ser generoso y empatico, no esperar que las relaciones funcionen por arte de magia ni cargar con toda la responsabilidad de lo que ocurre en ella… Las relaciones sanas son de ida y vuelta, amar es un acto de fe, de confianza, es una complicidad que surge del reconocimiento y la admiración. Las relaciones de pareja se vuelven complicadas cuando no se está dispuesto a participar, cuando el ego y la desconfianza levantan una barrera en donde debería haber un puente.
Desmitifiquemos las relaciones… Las complicamos nosotros al esperar que sean perfectas o al no admitir que han dejado de ser lo que eran o que nunca lo fueron.
Sufrir por amor es el resultado de una decisión que puede modificarse, es la causa de una definición poco conveniente sobre relacionarse… ¿Y si nos comprendemos y aceptamos más en pareja?… Entonces ¿dónde estaría la dificultad de las relaciones?
Por supuesto, el límite de aceptar a tu pareja tal y como es, está en no olvidarte de ti mismo ni de tu bienestar físico y mental… Se trata de que ambos sean felices, no del dolor o la dicha de uno solo.
@Lorepatchen
Psicoterapia y Coaching
Entre Géneros, jueves 8 PM por 98.1 FM