(W) Ecos Sindicales: Operación Panal
PACHUCA, Hgo., 18 de agosto de 2016.- ¿Qué pasa por nuestra mente mientras estamos al volante?, ¿Estamos atentos a prevenir cualquier incidente?… ¿Qué va haciendo la gente mientras conduce un automóvil?… ¿Basta con un “lo siento” (cuando lo hay) para subsanar los daños que se pueden llegar a provocar? Más allá de los materiales, que por supuesto, también nos importan, pero que son sustituibles y que comparados con la salud y la vida nada valen.
Es claro que hablando de creencias y conductas de la gente es un error serio generalizar, sin duda, por ello es preferible abstenerse de hacerlo, sin embargo, cuando un hecho puede ser contado también puede ser reflexionado, pareciera que regularmente estamos dispuestos a pagar el precio (aunque no siempre y lo sabemos) del resultado de lo que hacemos o dejamos de hacer y no a prevenir que este no sea el más conveniente.
En pocas palabras, solemos lamentar más de lo que prevenimos, cuando en la realidad sería exageradamente más alto el beneficio de actuar (en este caso conducir) con precaución.
¿No se pueden prevenir los accidentes?, ¿no ocurre que después de estos inevitablemente existe un “si yo hubiera”?… ¡Por supuesto que se pueden prevenir! Respetando el reglamento de tránsito, las señales viales, concentrándose en lo que se está haciendo en ese momento, estar pendiente del conductor y del automóvil más cercano, respetar el límite de velocidad y obviamente no conducir cansado o en un estado alterado.
La prisa al conducir no es más que un manejo inapropiado del tiempo, recordando igualmente que la carretera y las calles no son pistas de carrera, ni se es el único automóvil transitando.
Hay que estar atento de lo que puede ocurrir: un automóvil que se descompone, una llanta sin aire, una persona que no utiliza el puente peatonal (lo que no debería ser) y hasta un problema de salud en algún conductor que le hace detenerse abruptamente.
No está por demás mencionar, porque sucede, que no debería conducirse un automóvil e ir hablando por teléfono, ni platicando sin atención al exterior o escuchando música a un volumen demasiado alto, mucho menos con audífonos.
¿Qué tipo de conductor somos?… Tal como esperamos que sean los otros deberíamos serlo. No respetar un alto puede ocasionar y ocasionarnos un daño irremediable.
Uno de los comentarios de las personas que supieron del incidente automovilístico en el que otro auto chocó contra el mío fue: “afortunadamente puedes contarlo”, es cierto, totalmente, y justo por eso lo comparto, no fue aparatoso, ni terriblemente lamentable, y tampoco creo que eso debería ser necesario para que amerite reflexión… Es precisamente cuando no lo es que es buen tiempo para generar conciencia… ¿Verdad que vale la pena prevenir más que lamentar? Es necesario tomar conciencia de la extrema responsabilidad que implica conducir un automóvil, que no se trata de tomarlo a la ligera y creer que nunca pasara nada lamentable, que justo para que no suceda es que hay que conducir con precaución… Porque ¿saben qué está en juego? La vida y la salud, la propia y la de los otros. Así que no es aceptable ir jugando, ser inconsciente ni hacer nada que no pueda remediarse con un “disculpe”… Así que de cuando en cuando nos vendría bien pensar que el primer lugar en el que tiene que estar nuestra mente mientras conducimos un auto es ahí, dentro de ese automóvil… Y claro totalmente alertas de lo que ocurre en el exterior.
@Lorepatchen