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PACHUCA, Hgo., 21 de abril de 2025.-Gustavo Cortés Bravo intentó llegar a dirigir la sección XV del SNTE en dos ocasiones. Sería el destino, las circunstancias o quienes lo debían haber apoyado lo dejaron solo a última hora. Su aspiración terminó por diluirse, a pesar de contar con simpatía entre las bases.
La primera vez fue cuando Sergio Hernández Hernández terminó su gestión, la lucha por el poder en ese entonces era con la participación directa de delegados. Era el sexenio de Jesús Murillo Karám. De manera paralela Moisés Jiménez Sánchez buscaba de igual forma ser el dirigente.
El pleno de ese Congreso Extraordinario no sería fácil, hubo de prolongarse. El gallo de Sergio Hernández era Cosme Hernández, sin embargo, ante Moisés Jiménez y ante cualquier otro, Cosme era un desconocido -aunque formaba parte del comité-
Al hacer los sondeos preliminares, Gustavo Cortés atraía la preferencia de los delegados. Por lo que si hubiese sido ungido como candidato su triunfo hubiese sido incuestionable.
Quienes presidian el congreso, enviados por el C.E.N del SNTE hablaron con Sergio Hernández, Cosme y Gustavo. Pidieron entonces definir al candidato “Institucional” Sergio habló y pidió que el candidato fuese Cosme, “Hay un proyecto y hemos venido trabajando para fortalecerlo; él debe de ser el candidato”.
Y así fue. Cosme resultó electo por un margen estrecho, mientras Moisés denunció la injerencia del aparato estatal y hasta la presencia de “damiselas” como estrategia de seducción política, según lo consignó en un medio nacional.
Tras ese episodio, Gustavo formó parte del comité seccional y comenzó a trazar con mayor claridad su ruta hacia la dirigencia, pensando en competir al término del periodo de Cosme. No obstante, el escenario nacional volvía a girar: Elba Esther Gordillo recuperaba el control total del SNTE, mientras que Cosme se puso a las órdenes de Humberto Dávila.
Aquí en Hidalgo, los priístas también se peleaban el poder. Tanto Manuel Ángel Núñez Soto como José Guadarrama Márquez hacían consultas para ser los sucesores de Murillo.
Mientras Moisés, tras su derrota, fue comisionado en otros estados y reforzó su cercanía con Gordillo, apoyó abiertamente a favor de Manuel Ángel Núñez Soto.
En tanto Gustavo Cortés enfrentaba una campaña de desprestigio. A pesar de su trayectoria institucional y su postura apartidista, se le pretendió vincular con Guadarrama, fue una guerra sucia para debilitar su imagen.
Él trató de muchas formas quitarse el estigma, no lo consiguió. En una entrevista que le realizó Nacho González de la publicación “La Espina” Gustavo Cortés se deslinda, pero la entrevista no fructificó pues en vez de ponerle Gustavo, le ponen “Gregorio”
Desde meses antes del Congreso -finales de 1999- se decía que la disputa sería entre Gustavo Cortés y Moisés Jiménez.
Cosme Hernández no pudo hacer brillar su liderazgo y en cada oportunidad el equipo de Moisés le desmentía o le corregía la plana.
Al llegarse la fecha del Congreso Extraordinario que habría que relevar a Cosme, Gustavo llegó con muchos delegados. Por parte de Moisés se pretendía que hubiese una planilla de “Unidad” el congreso se prolongó, Gustavo estaba dispuesto a medir su trayectoria y popularidad en las urnas. Más no fue posible.
Después de extensas negociaciones sin ceder, Gustavo recibió una llamada de Elba Esther Gordillo, quien con un lenguaje soez y autoritario y bajo la amenaza de suspender el congreso por falta de garantías, de enviar una comisión ejecutiva para nueva elección y reubicar a todos sus seguidores se vio obligado a aceptar.
Así fue la historia la planilla “UNIDAD”
Retazo con Hueso:
Puntos clave
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