Ráfagas: Intolerancia en la sección 15 del SNTE
En el ámbito periodístico, así como en muchos otros, debe prevalecer la presunción de inocencia. Este principio es un derecho inalienable de las personas…
A lo largo de la vida sindical del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), han ocurrido eventos desafortunados que, directa o indirectamente, han colocado a los docentes bajo el escrutinio público. Un ejemplo paradigmático es el caso que expongo a continuación:
En 2003, una tragedia sacudió a la sociedad en el municipio de Ecatepec. Un jardín de niños de esa localidad no contaba con el terreno suficiente para realizar ceremonias cívicas y actividades festivas. Por ello, cada lunes, la directora del plantel sacaba a los alumnos a la calle para llevar a cabo el homenaje a la bandera. Sin embargo, esta práctica obstruía la vía pública, lo que generaba molestias entre los vecinos que necesitaban transitar en sus vehículos.
Uno de los afectados era un mecánico del área, quien, cansado de los bloqueos semanales, discutió en varias ocasiones con la directora, reclamándole que no podía impedir el paso. La directora ignoró estas quejas, lo que exacerbó la tensión entre ambos.
Finalmente, el mecánico formalizó una denuncia en el ayuntamiento. Las autoridades respondieron delimitando un carril de circulación con una línea que debía permanecer libre durante las ceremonias. Se solicitó a la directora respetar esta medida, pero ella hizo caso omiso. La relación entre ambos continuó deteriorándose, y el mecánico, frustrado, llegó a lanzar amenazas directas.
El 6 de mayo de aquel año, durante el homenaje cívico, ocurrió la tragedia. Según testigos, el mecánico descendió de su camioneta para exigir que liberaran el paso. Al no ser tomado en serio, subió nuevamente al vehículo y decidió avanzar entre la multitud de niños. El saldo fue devastador: dos menores fallecieron y veintidós más resultaron heridos.
El responsable fue detenido de inmediato y, posteriormente, recibió una sentencia de más de 140 años de prisión.
La noticia tuvo una fuerte repercusión mediática. Incluso Elba Esther Gordillo, en aquel entonces líder sindical, fue cuestionada por reporteros y defendió enfáticamente a la directora, exculpándola de cualquier responsabilidad.
Este caso deja abiertas varias reflexiones:
¿Debería la directora haber enfrentado alguna sanción, aunque fuese mínima, considerando que:
– Ignoró el acuerdo de no invadir totalmente la calle.
– Desestimó las amenazas de una persona claramente alterada, poniendo en riesgo a los niños bajo su cuidado.
– Al parecer, no denunció las amenazas a las autoridades competentes.
Este lamentable suceso subraya la importancia de no minimizar las señales de peligro, especialmente cuando las posibles consecuencias afectan a terceros, y nos invita a reflexionar sobre la responsabilidad que recae en quienes tienen a su cargo la seguridad de los demás.
Videos en las redes sociales dan testimonio ante bloqueos o peregrinaciones que muchos conductores toman una actitud hostil y criminal arremetiendo ante los actores sin medir consecuencias.
Retazo con Hueso