Subestimando a la presidenta
El pasado miércoles 3 de noviembre en la madrugada murió la maestra Marina Patricia Jiménez Ramírez, nació en la Ciudad de México, el 18 de julio de 1964, Estudió la licenciatura en Sociología en la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM, con una Maestría en Antropología en la UNACH (Universidad Autonoma de Chiapas), la conocí en el año 2018 en la CNDH (Comisión Nacional de Derechos Humanos) para la realización del primer encuentro latinoamericano de artistas artesanas, tejedoras, alfareras, carpinteras, trabajadoras de lana, un foro en donde se compartió conocimiento; donde intercambiaron impresiones de este arduo y reconocido trabajo en San Cristobal de las Casas de las Chiapas el 8 y 9 de septiembre del 2018.
En ese fin de semana pude ver lo querida admirada, aceptada, incluida y apapachada que era Marinita, venia saliendo de la convalecencia por una lucha tu a tu contra el cancer, nunca en ese periodo escuché de ella lamentaciones, quejas, con una cosmogonía, sabiduría ancestral aceptaba ese reto ante lo que su cuerpo expresaba.
En algún momento cuando supe que ella nuevamente enfrentaba una metastasis por esta adversidad, le dije que era la enfermedad de los luchadores sociales, de los grandes maestros defenseros de los derechos humanos, de las guerreras de las causas que parecen vencidas ante los gobiernos, empresas, e incluso los mismos servidores públicos con los que hacia equipo.
Marina desde muy joven persiguió su vocación como defensora de los Derechos Humanos en el estado de Chiapas, cercana de “Tatic”, Samuel Ruiz, obispo de San Cristóbal, quien celebraría justo el 3 de noviembre su cumpleaños, la misma madrugada en que Marina abandono su cuerpo, en 1994 “Tatic” fundó el Centro de Derechos Humanos “Fray Bartolomé de Las Casas”, Marina fue directora del FRAYBA de 1998 al 2003, en la etapa más cruda, difícil de la guerra que se vivió, se persiguió en Chiapas en contra de lideres de movimientos sociales, defensores y defensoras de derechos humanos y periodistas.
Con congruencia a lo largo de toda su trayectoria siempre se caracterizó de actuar por el bien común, la defensa de la dignidad, los derechos humanos, apoyando siempre a colectivos de los pueblos originarios, mujeres indígenas, comunidades desplazadas por el tipo de conflicto que fuese, político, religioso, cultural, migratorio, miembros de la diversidad, personas en situación de vulnerabilidad de Chiapas y de Oaxaca, recorrió todo el país siempre sensible, humana de una sola pieza, dispuesta a escuchar, ayudar, empatia absoluta, reconocida por organismos internacionales.
La trayectoria de Marina es imposible de lograr, deja una lucha que seguro estoy su cuerpo absorbió, se tragó las injusticias, vejaciones, porquerías, miserias políticas de funcionarios, gobernantes y legisladores, los maltratos sociales, las desgracias ajenas, es la muerte de los que no saben drenar la desgracia social ocasionada por la desigualdad, falta de acceso a la justicia, a la dignidad humana y las garantías básicas.
Marina deja en horfandad a muchos miembros de comunidades indígenas, de cooperativas, de colectivos, de pares, camino por la búsqueda de la dignidad, la justicia accesible para todes, una vida plena absoluta, mi amor a Yola, Kinal Antzetik, Recosur, su familia, estén en paz que ella está descansando pues su misión fue cumplida, gracias Marinita por la coincidencia.
Carlos Arturo Martínez Negrete es productor musical, investigador sobre la preservación del patrimonio cultural, derechos humanos y culturales, conocido también como Carlos Lima @charlylima
Las opiniones y conclusiones expresadas en el artículo son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente reflejan la posición de Quadratín.