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La Tercer Columna
Con motivo del “Día del Niño” en México, es importante reflexionar sobre la alarmante problemática del trabajo infantil en el país y en el mundo entero que afecta a millones de niños y niñas. El trabajo infantil es una forma de explotación y violación de los derechos humanos de los niños y niñas, que les priva de su infancia, su educación y su salud, y les expone a situaciones peligrosas y nocivas para su desarrollo físico y emocional. La problemática del trabajo infantil se debe a una serie de factores, como la pobreza, la falta de acceso a la educación, la discriminación así como la falta de protección social. Los niños que trabajan están expuestos a riesgos como accidentes laborales, enfermedades y explotación. Además, el trabajo les impide asistir a la escuela y limita su capacidad para desarrollar habilidades y perspectivas a largo plazo.
El trabajo infantil es una problemática que afecta a millones de niños en todo el mundo; indudablemente es una violación de sus derechos humanos fundamentales. En este sentido, la erradicación del trabajo infantil es uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) establecidos por las Naciones Unidas en la Agenda 2030. El trabajo infantil está relacionado con otros ODS, como la erradicación de la pobreza, el acceso a la educación de calidad, la igualdad de género y la protección de los derechos humanos. Por ejemplo, los niños que trabajan suelen ser los más pobres y vulnerables, por lo que la erradicación del trabajo infantil es clave para avanzar hacia la erradicación de la pobreza.
En cuanto al avance en la erradicación del trabajo infantil según los ODS, se han registrado avances significativos en algunos de los indicadores clave. Por ejemplo, el ODS 8.7, que busca erradicar el trabajo infantil en todas sus formas para 2025, ha llevado a una mayor conciencia y acción en la lucha contra el trabajo infantil. Asimismo, el ODS 1, que busca erradicar la pobreza en todas sus formas, está relacionado con el trabajo infantil, ya que, los niños que viven en situaciones de pobreza tienen más probabilidades de trabajar en edades tempranas. En este sentido, se han registrado avances significativos en la reducción de la pobreza extrema en todo el mundo.
El ODS 4, que busca garantizar una educación de calidad, también está relacionado con la erradicación del trabajo infantil, ya que, los niños que trabajan suelen abandonar la escuela para contribuir al ingreso familiar. En este sentido, se han registrado avances significativos en el acceso a la educación primaria en todo el mundo, aunque aún existen desafíos en cuanto a la calidad y el acceso a la educación secundaria y superior.
Como vemos el trabajo infantil es un asunto de atención prioritaria a nivel global que afecta a millones de niños en todo el mundo. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el trabajo infantil se define como cualquier trabajo que priva a los niños de su infancia, su potencial y su dignidad, y que es perjudicial para su desarrollo físico y mental. El trabajo infantil es una consecuencia de la pobreza, la desigualdad y la falta de oportunidades para las familias, y a menudo es tolerado y normalizado en algunas comunidades. Es una práctica inhumana y contraria a los derechos humanos de los niños y niñas, y no puede ser justificada bajo ninguna circunstancia.
Es inaceptable que en pleno siglo XXI, millones de niños y niñas sigan siendo víctimas de esta forma de explotación. Es responsabilidad de los gobiernos, de las empresas, de la sociedad civil y de cada uno de nosotros tomar medidas efectivas para erradicar el trabajo infantil y proteger los derechos de los niños y niñas.
Veamos algunas cifras a nivel global, regional y nacional que muestran lo impactante de este fenómeno social. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), se estima que hay alrededor de 152 millones de niños entre 5 y 17 años trabajando en todo el mundo. De estos, el 71 por ciento trabaja en la agricultura, el 17 por ciento en servicios y el 12 por ciento en la industria. La mayoría de los niños trabajadores se encuentran en Asia y África, aunque también hay un número significativo en América Latina y el Caribe.
Según la OIT, el trabajo infantil está disminuyendo, pero aún hay mucho por hacer. En la última década, la tasa de trabajo infantil ha disminuido en un 38 por ciento, pero todavía hay muchos niños que están siendo explotados y privados de sus derechos. Si bien esta cifra es menor que la registrada en años anteriores, la pandemia de COVID-19 ha generado una situación de crisis que podría revertir los avances alcanzados en la erradicación del trabajo infantil.
En el sector agrícola, se estima que hay alrededor de 108 millones de niños trabajando. Muchos de ellos realizan tareas peligrosas, como el uso de maquinaria pesada o la exposición a productos químicos. El trabajo infantil también está presente en la minería, donde se estima que hay alrededor de 1 millón de niños trabajando en minas de todo el mundo.
La OIT estima que alrededor del 60 por ciento de los niños trabajadores están involucrados en la economía informal, lo que significa que no están protegidos por leyes laborales y pueden ser explotados. El trabajo infantil también está presente en la cadena de suministro de muchos productos, como la ropa, los productos electrónicos y los juguetes. Según la OIT, alrededor del 16 por ciento de los niños trabajadores se encuentran en la cadena de suministro global.
En relación con lo que sucede en América Latina y el Caribe, la OIT estima que hay alrededor de 10 millones de niños trabajando. De estos, el 56 por ciento trabaja en la agricultura, el 25 por ciento en el sector servicios y el 19 por ciento en la industria. Brasil, México y Perú son los países con el mayor número de niños trabajadores en la región. La mayoría de los niños trabajadores en América Latina y el Caribe están en situación de trabajo informal, lo que significa que no tienen acceso a protección social, derechos laborales y condiciones de trabajo decentes. Se estima que alrededor del 30 por ciento de los niños trabajadores en América Latina y el Caribe tienen entre 5 y 14 años. En la región, los trabajos más peligrosos para los niños incluyen la minería, la construcción, la pesca y la recolección de desechos.
En México, según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) de 2020, se registró que aproximadamente 3.3 millones de niños y niñas de 5 a 17 años se encontraban trabajando. De estos, el 73.9 por ciento realizaba trabajos no permitidos para su edad y cerca del 56 por ciento realizan actividades que pueden ser peligrosas para su salud y desarrollo, como la agricultura, la construcción, la minería, la pesca y el trabajo doméstico. La Encuesta Nacional de Trabajo Infantil (ENTI) del 2017 muestra que el trabajo infantil afecta principalmente a los niños que viven en zonas rurales y en condiciones de pobreza. Cerca del 42 por ciento trabaja en la agricultura, el 25 por ciento en el comercio y servicios, el 18 por ciento en la industria y el 15 por ciento en otros sectores.
Es importante tener en cuenta que el trabajo infantil no se limita a las actividades económicas formales, sino que también se da en actividades domésticas no remuneradas, en la agricultura familiar, en la calle y en el sector informal. Además, muchas veces los niños y niñas trabajan en condiciones peligrosas y nocivas para su salud y su desarrollo.
Estas cifras muestran la magnitud de la problemática del trabajo infantil y la importancia de tomar medidas para proteger a los niños y garantizar que tengan acceso a la educación y a oportunidades de desarrollo. Los números son contundentes y reflejan que el trabajo infantil sigue siendo una problemática importante en todo el mundo y es necesario tomar medidas urgentemente. Por ello, es fundamental que se pongan en marcha mecanismos para erradicar el trabajo infantil en todas sus formas. Se requiere de un compromiso conjunto de las familias, el gobierno, la sociedad civil y las empresas para proteger los derechos de los niños y niñas y garantizar su bienestar.
El gobierno debe crear políticas y programas que permitan el acceso a la educación, a la salud y a la protección social para los niños y niñas, y a la vez sancionar y erradicar el trabajo infantil. Las empresas también tienen una responsabilidad importante en la prevención y eliminación del trabajo infantil, garantizando que sus cadenas de suministro sean libres de trabajo infantil y promoviendo prácticas empresariales socialmente responsables. Como sociedad, también debemos tomar conciencia de la importancia de proteger los derechos de los niños y niñas y denunciar cualquier forma de trabajo infantil que se presente en nuestro entorno así como participar activamente proponiendo ideas o soluciones para atender esta sentida problemática.
En una reciente charla, a propósito de la presente entrega, que sostuve con algunos colegas (a quienes agradezco profundamente sus conocimientos y críticas), surgieron algunas propuestas de solución, entre las que destaco:
Sin embargo igualmente es indispensable reflexionar sobre la idea de que si no se erradica el trabajo infantil en el mundo, se presentarán escenarios preocupantes en el corto plazo. Algunos de los escenarios posibles son los siguientes:
El trabajo infantil es una problemática que afecta a la consecución de varios de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. La erradicación del trabajo infantil es un desafío complejo, pero es fundamental para avanzar hacia un futuro más justo, equitativo y sostenible para todos. Debemos trabajar juntos para proteger los derechos de los niños y promover su bienestar y desarrollo integral, garantizando así un futuro más próspero para todos. De no hacerlo se presentarán escenarios preocupantes que afectarán a los niños, las familias y las sociedades en general. Es importante tomar medidas efectivas para erradicar esta práctica y garantizar un futuro más justo y próspero para todos los niños del mundo. Con el compromiso y la colaboración de los gobiernos, las organizaciones y la sociedad en su conjunto, podemos trabajar juntos para garantizar que todos los niños tengan acceso a una infancia segura y sin trabajo.
Festejar el “Día del Niño” México es una oportunidad para reflexionar sobre la importancia de proteger los derechos de los niños y niñas y trabajar juntos para erradicar el trabajo infantil en todas sus formas. Debemos asegurarnos de que los niños y niñas puedan disfrutar plenamente de su infancia, su educación y su desarrollo, y garantizarles un futuro digno y justo.
“Muchas de las cosas que nosotros necesitamos pueden esperar, los niños no pueden, ahora es el momento, sus huesos están en formación, su sangre también lo está y sus sentidos se están desarrollando, a ellos y ellas nosotros no podemos contestarles mañana, la respuesta que esperan es: hoy” - Gabriela Mistral (poetisa, diplomática, profesora y pedagoga Chilena. Premio Nobel de Literatura en 1945).
Nos saludamos en la próxima.
Las opiniones y conclusiones expresadas en el artículo son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente reflejan la posición de Quadratín.