Libros de ayer y hoy / Mendicidad en México, ¿explotación de familiares?
El medio que asegura que todos los contratos celebrados con las instituciones públicas condicionan la libertad editorial, omitió decir no solo que también los tiene, sino que hace décadas que los practica. Es más, en su entorno familiar hay una dependencia cuasi total, allí sí, del erario
Mediante una editorial firmada por el pseudónimo de ’Jorge Montejo’, su autor Julio Gálvez publicó un par de textos de los que, sin prueba alguna, asegura que los medios de comunicación que celebran contratos de publicidad con las instituciones públicas necesariamente tienen un sesgo editorial. El problema está en que bajo esa premisa’ El Nuevo Gráfico’ que encabeza, usando el mismo calificativo que empleó, sería incluso más ’chayotero’ que la gran mayoría de los que señala, pues llevan décadas viviendo del erario, desde los gobiernos priistas y hasta la fecha.
Pero la cosa no se quedaría ahí, porque si Julio Gálvez y El Nuevo Gráfico entienden que no existe una separación entre espacios publicitarios y línea editorial en un medio, al menos para ellos, mucho menos podría hablarse de independencia alguna si prácticamente toda su familia directa se ha visto beneficiada del ’Gobierno’ con espacios en la función pública e incluso con notarías, es decir, que allí sí que habría conflicto de interés a través de dichas prebendas.
Los contratos
En la Plataforma Nacional de Transparencia (PNT), aparecen los últimos contratos celebrados por El Nuevo Gráfico con Gobierno del Estado. Anteriormente, las herramientas tecnológicas no hacían públicos los celebrados en años anteriores al 2016, quedando sin poderse consultar.
Si sólo tomamos 2 de los 9 disponibles, se observa que en mayo de 2021, es decir, durante el gobierno de Omar Fayad, vía Adjudicación Directa “El Nuevo Gráfico de Hidalgo” recibió 120 mil para la difusión de una sola campaña.
Ya con Julio Menchaca como gobernante, se observan otros, como el de 278 mil 400 por la misma vía.
Para obtener dichos montos, “El Nuevo Gráfico” y/o “El Nuevo Gráfico de Hidalgo”, designan a Norma Iliana G. M., tía de Julio Gálvez, para firmar los contratos. El RFC empleado para tales menesteres es el GARN621101NP4.
Y es que aunque la intención es hacer pensar que se trata de dos medios distintos, o que uno es la escisión del otro, ambos presumen los mismos orígenes, mantienen prácticamente el mismo nombre, el mismo aniversario, son controlados por la misma familia, e incluso se acompañan a la hora de realizar relaciones públicas, como se observa en la siguiente foto donde el equipo directivo sale sonriente con Omar Fayad y con Laura Vargas, mostrando que en la práctica, se tratan exactamente de lo mismo.
Si bien para la mayoría de los medios los ingresos recibidos provienen de la venta de espacios publicitarios, para el caso específico de “El Nuevo Gráfico”, estos conllevarían el compromiso de hacer propaganda de por medio, de involucrar y condicionar su línea editorial; al menos eso es lo que aseveró Julio Gálvez al referir en sus textos que los pagos se tratan de “chayote”, práctica que realizan en el medio que encabezan no sólo desde el Gobierno de Fayad, sino desde la fundación del semanario por parte de su abuelo Julio José, como claramente se evidencia en la última sección de este documento.
Sobre la dependencia familiar con el poder
Pero El Nuevo Gráfico no sólo ha abusado por décadas del “chayote” -según su misma concepción-, sino que en su caso particular, se han visto beneficiados a manos llenas del erario y tienen conflictos de interés que de hecho, allí sí, condicionan su labor de comunicación -que no periodística, porque no podría calificarse así-.
Del medio El Nuevo Gráfico, condescendiente con el Sistema desde su concepción y con el que a la fecha celebran contratos, han dependido sus abuelos Julio José y María del Consuelo como fundadores.
Además, Aida, Julio Alejandro, Patricia Elizabeth y Norma Iliana, hijos de Julio José y María del Consuelo (todos con apellidos G. R.), también colaboraron en algún momento con el semanario oficialista.
Aida y Norma Iliana siguen colaborando como directora y editora, respectivamente, del medio.
Pero la cercanía con el poder va más allá de meros convenios del medio, sino que la red familiar, sólo en su línea directa, se extiende a por lo menos 3 notarías.
En la Notaría 1 de Mixquiahuala por ejemplo, Fernando Fidel es notario adscrito y la titular, es su hija Norma Angélica, para que todo quede entre familia. Pero la madre de Norma Angélica, a su vez esposa de Fernando Fidel, de nombre Aida, es adscrita de la Notaría 2 del mismo distrito judicial.
Por otro lado Patricia Elizabeth es titular de la Notaría 7 de Tulancingo ; antes fue notario su esposo Herón, y notario adscrito su hijo Orlando.
No conforme con que 2 de sus tías, sus dos esposos, además de 2 de los hijos de estos, es decir, dos de sus primos, fueran beneficiados con una notaría, el mismo Julio Gálvez participó en el proceso para hacerse de una patente, aprovechando que la Ley del Notariado para el Estado de Hidalgo no prohíbe que estas sean acaparadas por familias enteras.
Tras no salir beneficiado y perder la impugnación por irregularidades en el proceso -que como siempre que se trata de patentes notariales, las hay-, comenzó a escribir sobre toda la serie de canonjías y relaciones con el poder que limitan la obtención de una patente, pese a que eso mismo que acusa, ocurre en su entorno familiar.
“En un esfuerzo por combatir la corrupción y reformar los sistemas que han perpetuado privilegios injustificados… Claudia Sheinbaum Pardo, tiene en mente una serie de reformas significativas que impactarán directamente al gremio notarial… busca eliminar los privilegios ilegítimos que han caracterizado a los grupos notariales. Las reformas propuestas tienen como objetivo principal desmantelar los privilegios de los notarios en los estados, considerados ilegítimos e injustificados, muchos de ellos con patentes regaladas por los gobernadores en turno como pago de favores políticos….”, escribió en su columna titulada “Fin de privilegios: Notarios se convertirán en servidores públicos”, omitiendo por supuesto, que al menos 6 de sus familiares directos se han visto beneficiados del sistema notarial y sus lagunas, aspirando él mismo al ser el número 7.
Sobre sus familiares no mencionados, su primo Pablo Fernando se desempeña como asesor también en notarías familiares, Herón ha ostentado diversos cargos como servidor público de primer nivel, su hermana Michel colabora en Nuevo Gráfico, y por último, su prima Fernanda María del Consuelo también ha laborado en notaría y en la administración pública.
Es así que contando a sus dos abuelos, sus 4 hijos y sus respectivas parejas, y los 7 nietos totales, incluyendo a Julio, solamente uno de sus tíos no ha tenido que ver con el medio que recibe recursos públicos, con la función pública o con las notarías otorgadas por los gobiernos priistas.
Y aunque lo anterior, en general, no tendría por qué influir en la línea editorial de El Nuevo Gráfico, es el mismo Julio Gálvez quien ha escrito que recibir recursos del erario, de cualquier tipo, condiciona la independencia cuando se trata de medios de comunicación.
Tan sólo uno de sus 3 socios en el despacho CIS, Hans Christian, labora al mismo tiempo como servidor público, por lo que 2 de los 4 personajes que encabezan el grupo -incluyendo a Julio-, tendrían vínculos con las instituciones públicas al mismo tiempo que se desmpeñan.
El legado de Julio José Gálvez Méndez
Con la experiencia que da la vida pero siendo diestro con el manejo de la cámara, el nombre de Julio José G. M. aparece en la primera edición del semanario de Mario Ramírez Espinosa conocido como “Hidalgo Gráfico”, siendo él jefe de fotógrafos en 1956.
Dos años después, en 1958, aparece el primer número del semanario denominado “Nuevo Gráfico”.
Pero tras la escisión, el cambio no sólo fue de nombre.
Ya bajo la dirección de Julio José, desde su primer y más importante número se retrataría exactamente lo que sería la publicación durante las décadas siguientes.
Porque más allá de errores elementales que no cometería un periodista, como lo son el no acentuar palabras como “Gráfico” o “Revolución”, el escribir “Bien Venido” en lugar de “Bienvenido”, contrario al titular combativo que hizo Hidalgo Gráfico para definir su línea editorial, en el caso de El Nuevo Gráfico se actuó conforme al manual de los medios propagandistas: adulando al presidente Adolfo López Mateos, primer priísta del país, con una de sus mejores imágenes ocupando casi la totalidad de la plana, tomando una cita textual -sin entrecomillar- de una de sus frases, y reforzando la zalamería con un mensaje de bienvenida a quien encima aludieron como “Don Adolfo”.
En dicha época, no precisamente una de las más brillantes del periodismo, los comunicados oficiales, la propaganda y la línea tirada desde Gobierno se firmaba como si fuese contenido editorial y no como se hace ahora (boletín, comunicado, inserción, etc.).
Y aunque nunca cambiaron la línea editorial descrita, compartida con el resto de medios, el sello particular fue el de una redacción no más exquisita que una tarjeta informativa de la extinta Dirección Federal de Seguridad (DFS), combinada con la valentía de no usar correctores pese a la falta de destreza ortográfica como se lee en la siguiente selección de escritos en el medio publicada por ellos mismos de manera reciente: