Radar Político: Parra, se adorna…
Miscelánea, salud y política
Es tan ligera la lengua como el pensamiento, y si son malas las preñeces de los pensamientos, las empeoran los partos de la lengua: Miguel de Cervantes
La indignación ante el intento de desviar la atención por la falta de medicamentos en las instituciones de salud de México, especialmente despreciar el dolor que embarga a los padres de niños con cáncer, quienes desesperados luchan por evitar el dolor y la muerte de sus hijos por falta de fármacos oncológicos, ha ocasionado que crezca el grupo de personas que exigen la renuncia de Hugo López Gatell.
Diputados del PRD y del PAN coincidieron en que no es posible la permanencia en el servicio público de una persona insensible al dolor de niños enfermos de cáncer y sus padres, por lo que exigirán la renuncia del subsecretario de Prevención y Promoción a la Salud, así como comparecencias de los titulares de la SSA y de INSABI.
Sin embargo, esta solicitud fue cuestionada en la sesión de trabajo de la Segunda Comisión de la Comisión Permanente por la diputada de Morena, María de los Ángeles Huerta, quien exigió «no molestar al extraordinario funcionario».
Pero, qué dijo esta vez López Gatell, se preguntará usted, el domingo pasado en el programa El Chamuco TV, señaló que la supuesta escasez de medicamentos es usada por un grupo de 20 personas como narrativa golpista y guerra psicológica de la ultraderecha contra el gobierno federal.
Así, de ese nivel conspirativo clasificó el asunto para eludir el reclamo justificado de decenas de padres de pacientes oncológicos del sector salud a nivel nacional.
Los desesperados padres de niños con cáncer que desde 2019 se mantienen en pie de lucha para obtener los medicamentos necesarios para poder aliviar o paliar esta enfermedad, pidieron al Gobierno menos declaraciones y pronta entrega de los fármacos.
El cáncer no espera, las consecuencias son funestas, los sobrevivientes son un milagro, el desabasto de los fármacos oncológicos para niños y adultos y de muchos otros en el sector salud es real.
A lo largo de la administración de la 4T, en poco más de dos y medio años cuando menos se han registrado cinco desabastos, mismos que han generado movilizaciones de los familiares de los niños enfermos de cáncer, solicitud de amparos, huelgas de hambre y, en no pocos casos, dolor, desesperación y muerte.
Aunque López Gatell trató a su modo de rectificar y reclasificó el asunto como «queja legítima de los padres», insistió en que sus anteriores argumentos fueron malinterpretados e insistió en que «este dolor es explotado por grupos de interés…».
Hasta el presidente Andrés Manuel López Obrador admitió en su mañanera de ayer que de los 25 fármacos necesarios para tratar a los niños con cáncer faltan cuatro, dos de ellos los harán, a petición de nuestro gobierno, en Japón.
AMLO volvió a la carga en su argumentación repetitiva cuestionando cómo operaban los gobiernos anteriores para obtener los medicamentos, y refirió que hasta los adulteraban o era agua destilada , fake news, no comprobadas.
Lo importante es que se resuelva este grave problema de desabasto de medicamentos oncológicos que afecta a los niños con cáncer, pero también satisfacer los requerimientos de pacientes adultos y ancianos.
La insuficiencia de fármacos afecta también a enfermos de otros padecimientos como son los pacientes con cardiópatas, psiquiátricos, hipertensos, diabéticos o con insuficiencia renal, faltan implementos quirúrgicos, anestesia y hasta vacunas del esquema básico, entre otros.
¿Cómo es que llegamos a esta situación? Tras la escasez están las acusaciones de corrupción por parte del presidente AMLO en las compras consolidadas celebradas por el gobierno anterior con las empesas farmaceúticas, esto aún no se acaba de esclarecer.
El gobierno de la 4T desconoció compromisos anteriores e inició sus propios contratos, muchos de ellos fueron compras directas con proveedores diferentes -como el hijo de Manuel Bartlett-, sin cumplir muchos la norma ni entrar a licitaciones.
La pandemia desvió el interés hacia la atención de la emergencia sanitaria a nivel mundial. En el país no se habían hecho las compras anticipadas y no existían en el mercado excedentes, y por la austeridad tampoco había disponibilidad financiera suficiente para adquirirlos.
Regresando al caso de Gatell, la controversia ante sus dichos y acciones ha sido promovida ampliamente por el mismo subsecretario de Salud a cargo de COFEPRIS, quien a lo largo de su exposición ante los medios masivos como coordinador de las acciones de gobierno frente a la pandemia de Covid 19 se ha mostrado como un científico veleidoso.
Desde el principio, fue titubeante para adoptar las medidas prudentes aconsejadas por la OMS respecto al uso de cubrebocas para prevenir el contagio, de plano olvidó su origen científico y abrazó la causa del gobierno austero y republicano, por lo que recomendó no usar pruebas de detección. Esta situación fue cambiando, pero nunca para lograr realizar las mínimas acciones recomendadas a nivel internacional.
Optó por verse como un militante ideologizado, un zalamero empleado del presidente AMLO, acorde con las exigencias de lealtad por encima de aptitud o experiencia que exige el titular del Ejecutivo Federal. Recordemos lo dicho al mandatario ante su renuencia de adoptar restricciones preventivas : «La fuerza del presidente es moral, no es una fuerza de contagio». Frase para la historia.
Realmente son innumerables las citas y conductas en que incurrió que ameritaban su renuncia, como mostrarse en público sin cubrebocas estando enfermo de Covid o recomendar «¡Quédese en casa!», mientras él vacacionaba en la playa.
Ni siquiera fue reconvenido por sus superiores: ni el secretario de Salud, ni el presidente López Obrador lo han llamado al orden por sus excesos y errores, pero nunca es tarde si el gobierno decidiera recuperar la confianza ciudadana y poner fin a las confrontaciones partidistas.
El pasado 11 de junio salió del aire la transmisión diaria desde Palacio Nacional para informar sobre la pandemia SARS-COV-2, mucho se habló de que fue a causa de los insistentes cuestionamientos por la aprobación de COFEPRIS de la aplicación de la vacuna Cansino en connacionales sin la certificación respectiva. El subsecretario mostró enojo, pero no claridad en su argumentación.
Según su propia evaluación, ante la baja constante de muertes y contagios y los avances en la vacunación en todo el país, luego de más de un año de conferencias vespertinas, la pandemia ya estaba bajo control.
Lamentablemente, antes de concluir junio, ante el repunte de casos, «terminará la semana con 15 o 18 %», y la presencia de nuevas cepas de Covid-19, más resistentes y perniciosas, López Gatell anunció su regreso, ahora con conferencias semanales, los días viernes, desde la Secretaría de Salud.
De acuerdo con un estudio de Bloomberg a nivel mundial, México frente a la pandemia está en el lugar 34 de 53 países, se consideró que presenta buenos índices de reapertura económica, pero bajo índice de vacunados.
La mayoría de los científicos insiste en señalar que es necesario acelerar la vacunación para lograr el 70% de personas inoculadas mayores de 12 años, y con ello alcanzar la inmunidad de rebaño antes de que llegue el póximo invierno, meta que haría posible controlar la pandemia de Covid-19 en México y el mundo.
Qué bueno que las naciones ricas, como Estados Unidos y Gran Bretaña, han modificado su impulso inicial de acaparar la producción de vacunas para proteger a sus poblaciones, y ahora participen con la OMS en el reparto en todos los países pobres y en vías de desarrollo.
En el mundo actual, interrelacionado y global, la meta para superar la pandemia debe contemplar a las tres cuartas partes de habitantes del planeta, lo antes posible, advierten los especialistas, ya que si llega el invierno la situación se tornará más difícil.
Hoy, la pandemia de Covid-19 con sus nuevas cepas, entre ellas la Delta, se mantiene con guadaña en mano como la principal amenaza en contra de la humanidad, coinciden especialistas internacionales.
En nuestro país es tiempo de redefinir la estrategia seguida para evitar se presente una nueva ola descontrolada de casos de Coronavirus. Nuevamente habrá que prever la emergencia que se avecina, considerar que el personal de salud está agotado y merece consideración, habrá que designar y equipar hospitales para que estén listos para atender a los enfermos.
Pero, lo más más importante, más allá de los buenos deseos preelectorales, hay que acelerar la vacunación en nuestro país, cumplir con la vacunación diaria de un millón de personas que anunció el presidente López Obrador como meta hace un mes, misma que no se ha cumplido. Se calcula que sólo existe alrededor del 15% de población vacunada con cuadro completo.
Además, debe lanzarse una nueva campaña, atractiva y propositiva sobre retomar las medidas preventivas, incluyendo la compra gubernamental de pruebas de detección, como lo recomiendan las autoridades mundiales de salud.
Ante la necesidad de intensificar acciones en todos los frentes del sistema de salud, bien podría pensarse en un relevo en el manejo de la pandemia, un científico apartidista, una mujer o un hombre serio…, sería lo ideal, sin el cansancio que provocan las confrontaciones por falta de empatía con los enfermos o la opacidad en la compra de medicamentos e insumos para la salud y vacunas anti-Covid.