Así no, presidenta
Twitter: @OswaldoRamirezG
Hace unos cuantos días fue desalojado el campamento fantasma del grupo opositor FRENA de la plancha del zócalo capitalino. Sobra decir que además de basura y la peste que generó dicho plantón, el pretexto para su retiro fue anticiparse por cuestiones de seguridad ante la movilización de grupos feministas con motivo al Día de la Mujer. Si buen este suena como un buen argumento surge otro cuestionamiento ¿Por qué no quedarse y sumar fuerzas en demandas y oposición al actual gobernó? ¿Acaso sabían algo que el gobierno no y prefirieron retirarse antes?
La implementación anticipada de vallas de seguridad por parte del gobierno capitalino ha sido interpretada según algunos como una “debilidad y cerrazón” de este gobierno ante a los problemas que aquejan a la sociedad, concretamente para este caso lo que refiere a la violencia hacia las mujeres. El argumento del gobierno sostiene que esta medida es un mecanismo para proteger el patrimonio histórico, además de evitar los enfrentamientos y más violencia entre ambas partes, en este caso sobre todo por parte de grupos feministas extremos. La jugada maestra de algunos grupos opositores infiltrados en grupos feministas le apostaba al enfrentamiento directo con reporteros y ciudadanos.
No obstante, el muro de contención ahora llamado “muro de la paz” sirve como mural en el que se han colocado fotos, flores, listones, peticiones, denuncias y demandas que buscan ser verdadero llamado para que la 4T detenga la violencia y la desaparición de mujeres. Esta acción sensibiliza y nos ayuda a repensar la situación, aun con todo y que los detractores tilden el muro de “represor” “señal propia de un dictador” “alcahuete del caso Salgado Macedonio”, por cierto de este último, del cual nuestro presidente debería tener el mayor tacto para generar una investigación y un cese de sus derechos políticos, en dado caso que se compruebe la culpabilidad del dicho diputado. Ahora bien, estamos por ver en unas horas si el “muro de la paz” y la estrategia ha sido eficaz. Por lo pronto, periodistas y medios ex chayoteriles se afinan las orejas y los colmillos para evidenciar cualquier error o contradicción del gobierno como un delito de pena de muerte.
Por otra parte, en El Salvador después de una semana de comicios electorales para elección de las municipalidades y el legislativo, el partido Nuevas Ideas, del cual el actual presidente Nayib Bukele es fundador logro obtener la mayoría. Al parecer la presión y proselitismo que ejerció en medios digitales (valiéndose incluso de youtuberos mexicanos), surtió efecto. Ello sin contar las continuas acusaciones e injurias que aseguraban que el Tribunal Electoral de su país (TSE) y los partidos tradicionales ejercerían un fraude en su contra, lo que le impediría tener mayoría a su favor en las cámaras el resto de su mandato.
Afortunadamente para él, la campaña mediática le dio resultado, a pesar de que el plan de control territorial y de pandillas, y el manejo de la pandemia sea un desastre. Las promesas de apoyo a sectores populares y vulnerables, pese a que este no sea del todo equitativo. Su discurso de austeridad gubernamental, el enfrentamiento constante en contra de los partidos tradicionales ARENA y FLMN culpándolos de la situación actual de su país, así como el control y apoyo por parte de los medios de comunicación, principalmente digitales le ha derivado en un sequito que defiende a capa y espada sus políticas públicas aun si estas son pésimas.
La presidencia de Nayib Bukele generó expectativas positivas al inicio de su mandato, a pesar de no contar con las mayorías se esperaba que su actuar fuera trasparente. Sin embargo, hay quienes piensan que el costo de frenar la violencia en ciertos sectores se debe a pactos de las pandillas con el propio gobierno. En cuanto a la libertad de prensa, prácticamente ha monopolizado las redes sociales salvadoreñas, al grado de que si alguien se atreve a cuestionar sus políticas es amenazado, amedrentado o desaparecido “misteriosamente”. La principal crítica de sus detractores es la de que muchos de los funcionarios que acaban de ganar las elecciones por parte de su partido “Nuevas Ideas” provienen de los partidos tradicionales, son personas de un pasado político dudoso o bien son fieles a los caprichos de su presidente.
Dicho todo lo anterior ¿No les parecen coincidentes algunas características con el contexto actual de México? Tal pareciera que entre este presidente milenial (de tan solo 39 años de edad) y nuestro huey tlatoani, se pintan condiciones sociopolíticas similares. Con las reservas de que son dimensiones nacionales diferentes, el rumbo de ambos están trazados por dos cosas; por las promesas (in)cumplidas y las expectativas creadas, y dos, por la tentativa en generar a corto plazo gobiernos autócratas.
Andrés Manuel López Obrador, un tanto autócrata y un tanto necio. Pacifista al grado de preocuparnos por su desfachatez ante las ardides de la oposición. Curioso que la pandemia y el entramado sociopolítico le impidan realizar al cien por ciento sus propuestas de campaña, él tiene otros datos y confía en que MORENA, el partido que ha fundado y que lo llevo al poder solucione sus diferencias; pero será difícil con tanto chapulineo PRIANista de por medio. Este año se efectuarán elecciones y quizás sea un gran albur que lo lleve a la omnipotencia de México o a un estancamiento mayor del que se encuentra ahora.
Nayib Bukele, nepotista, autócrata y carismático. Ahora que al fin le sonríen todas las condiciones sociopolítica ideales esperemos que no tenga pretexto para cumplir las propuestas que desde hace tres años le ha aplazado al pueblo salvadoreño, aunque según expertos será difícil con las condiciones contextuales actuales, las que lo acercan más a general cambios en su beneficio perpetuándose en el poder quizás un periodo más.
En fin, hombres excepcionales, líderes coincidentes a su manera, que sin importar su edad, marcan la pauta en las agendas políticas de sus respectivos países. Habrá que ver si sus acciones futuras los definen como verdaderos dictadores o un completo fiasco. Buen lunes.