Ráfagas: Tatiana Ángeles, cuentas pendientes
CIUDAD DE MÉXICO, 10 de julio de 2018.- Luego de la apabullante derrota del Partido Acción Nacional (PAN) en las elecciones del pasado 1 de julio en las cuales Ricardo Anaya Cortés perdió por una diferencia de 30 puntos ante Andrés Manuel López Obrador en la contienda presidencial, por lo que algunos militantes panistas se han cuestionado sobre el futuro del organismo creado por Manuel Gómez Morín.
Aunque Ricardo Anaya reconoció su derrota públicamente, en el equipo cercano del llamado “chico maravilla” se plantean la posibilidad de recuperar la dirigencia nacional del PAN después de separarse de su cargo para buscar la presidencia de la República, pero algunos consideran que el queretano ya no tiene cabida en dicho puesto y las pugnas internas por el control del partido han comenzado a moverse.
Mientras algunos gobernadores panistas han comenzado a acercarse con el equipo de transición de López Obrador, pues deberán negociar con el nuevo gobierno con la nueva administración federal para la gestión de los recursos públicos, lo que en el equipo cercano de Anaya se considera como una traición.
Pese a que Anaya manifestó en su última intervención pública que se consolidarán como una oposición responsable ante el próximo gobierno, pues el PAN se ubicará como la segunda fuerza política del país—mínima—ante una mayoría absoluta del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
Anaya tuvo que escalar de forma meteórica para obtener la candidatura presidencial, pero esta situación provocó inconformidad de algunos militantes, principalmente de los allegados al ex presidente Felipe Calderón, quienes han sido expulsados de Acción Nacional y curiosamente el único de los calderonistas que sigue en el partido es el propio ex mandatario federal.
Los gobernadores panistas de Querétaro, Guanajuato y Chihuahua comenzarán a disputarse el dominio del PAN cuyo todavía líder, Damián Zepeda, es uno de los personajes más cercanos a Anaya, y quien públicamente manifestaba que ganarían la presidencia de la República, aunque en ninguna de las encuestas el candidato panista logró posicionarse como un verdadero rival de cuidado para López Obrador.
El Partido Revolucionario Institucional (PRI) estará fuera de escena política durante los próximos meses, su derrota en todos los distritos electorales del país ha generado una crisis de reconfiguración que tardará, mientras que el PAN también deberá entender el proceso para deslindarse completamente de las decisiones que provocaron que la ciudadanía no confiara en ellos para el próximo sexenio.
Anaya y Barrales fueron los principales orquestadores del Frente por México, pero sus derrotas en los comicios electorales los ha debilitado políticamente y nuevos actores podrían emerger para rescatar lo que queda tanto del PAN como del Partido de la Revolución Democrática (PRD), el cual únicamente se ha convertido en un partido satélite que incluso está a la par de otros organismos que no han figurado como el Verde Ecologista de México (PVEM) y Nueva Alianza (Panal), por lo que las tribus perredistas tienen poco material político para negociar tanto en el Congreso de la Unión como en las cámaras locales donde también desapareció su presencia.
Como habíamos comentado anteriormente en esta columna, el calderonismo esperaba silenciosamente su retorno al control del PAN y una de las muestras más claras fue la renuncia de Margarita Zavala a la candidatura presidencial independiente, por lo que ahora comenzarán a mover hilos para tomar las riendas del blanquiazul en el siguiente sexenio.
Las heridas que provocó Anaya no han sanado y algunos de sus rivales esperaban su caída para la reconfiguración política del partido, ya que su rápido ascenso también provocará un descenso abrupto que ha involucrado al segundo partido más antiguo del país.
A pesar de que Anaya fue el segundo candidato presidencial más votado, tuvo un porcentaje menor que los demás candidatos panistas desde hace más de 30 años, superando a Josefina Vázquez Mota, Felipe Calderón, Vicente Fox, Diego Fernández de Cevallos y Manuel Clouthier, por lo que podrían los gobernadores panistas buscar el control de Acción Nacional.
Nota aparte: El senador Jorge Lavalle ha sido uno de los primeros panistas que ha criticado abiertamente la desastrosa derrota del PAN a cargo de Ricardo Anaya, por lo que se avecina una embestida de los gobernadores panistas por el control de Acción Nacional.