Subestimando a la presidenta
PACHUCA, Hgo., 26 de julio de 2018.- A cuatro meses de que concluya la gestión de Enrique Peña Nieto como presidente de México, la opinión pública se ha concentrado desde el 1 de julio a hablar sobre el próximo inquilino de Los Pinos, sin embargo, el mexiquense dejará un gobierno trastocado por una percepción negativa en la que resaltó la peor corrupción posible que no atacó verdaderamente los problemas de raíz del país.
Enrique Peña Nieto ganó la contienda electoral de 2012 cuestionado sobre un posible fraude en el famoso caso de Monexgate, además de haber sido el gobernador más visible en la historia de la televisión mexicana, sin embargo, el mexiquense arribó con un brillo distinto, pues fue la imagen más visible del llamado “Nuevo PRI”, en el que se encontraban los entonces los gobernadores Javier Duarte, Roberto Borge y César Duarte, quienes ahora son señalados por actos de corrupción que le duelen a los ciudadanos.
El mandatario logró en su primer año unir a las principales fuerzas políticas del país con el denominado “Pacto por México” y con ello impulsar las reformas estructurales que tanto Vicente Fox como Felipe Calderón no lograron implementar en sus administraciones y hasta anunció la creación de su proyecto transexenal, el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM), dejando en claro que el mexiquense logró en menos de dos años lo que los presidentes panistas no pudieron en 12 años.
Incluso la revista norteamericana Time le dedicó una portada en la que aparecía el presidente más joven de México en el Siglo XXI con la leyenda “Save México”, por lo que la luna de miel del gobierno peñista parecía larga y duradera, pero la noche del 26 de septiembre de 2014 estalló la primera gran crisis del sexenio que el gobierno federal nunca logró contener, pues la desaparición de 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa por policías municipales que trabajaron para los narcotraficantes y la nula respuesta de las autoridades fueron los detonantes de una molestia civil que es comparada con la noche de Tlaltelolco del 2 de octubre de 1968 que marcó el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz.
Aunque el gobierno peñista había logrado contener las críticas que se generaron por el caso Tlatlaya que se reveló en junio de ese año, el escándalo Ayotzinapa fue el peor problema que le pasó a la imagen del mandatario y en noviembre de ese año se dio a conocer el reportaje de la Casa Blanca por un equipo de periodistas encabezados por Carmen Aristegui, lo que desató más críticas hacia un gobierno debilitado.
En 2015 la fuga del líder del cártel de Sinaloa, Joaquín “El Chapo” Guzmán—mismo que fue detenido en los primeros meses del gobierno de Peña Nieto—del penal de máxima seguridad del Altiplano fue otro caso que debilitó más la imagen de Peña Nieto, cuyo colaborador más cercano, Luis Videgaray, fue señalado por otro caso de corrupción en la adquisición de una casa de lujo en Maninalco, Estado de México.
La manera en la que el gobierno de Peña Nieto no actuó ante las evidencias de corrupción en las que participaron varios gobernadores priístas fueron otras causas que provocaron la molestia de los ciudadanos, y la figura de Peña Nieto fue más debilitada con el caso del plagio del 30 por ciento de su tesis de licenciatura.
A los casos de corrupción también se revelaron el tremendo endeudamiento que adquirió el gobierno federal en la actual administración, la cual en su totalidad suma más de 10 billones de pesos, es decir, el 47,2 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) del país en 2017.
A estas situaciones también se sumaron el caso Odebrecht en el que apareció Emilio Lozoya, ex director de Petróleos Mexicanos (Pemex), quien habría aceptado sobornos de la empresa brasileña para obtener contratos en México.
Si los casos de corrupción no fueron suficientes, la matanza 11 personas en Nochixtlan, Oaxaca, durante una manifestación en contra de la reforma educativa, fue otro problema de la imagen gubernamental y con ello también se elevó la incidencia delictiva, pues 2017 fue el año más violento de la historia moderna del país al contabilizarse 25 mil 339 carpetas de investigación por homicidios dolosos.
Pero también se dio a conocer por medio del reportaje de “La Estafa Maestra” la manera en la que se desviaron al menos siete mil 670 millones de pesos a través de una serie de triangulaciones con empresas fantasma.
Con todos estos casos no es de sorprender que el PRI haya sufrido la peor derrota en su historia, rezagándose como la tercera fuerza política del país y con un presidente cuya imagen no sobrepasa el 20 por ciento de aceptación, es decir, la más baja de algún mandatario saliente que se tenga contabilizada.