Foro Público: El Salinismo regresa

CIUDAD DE MÉXICO, 17 de julio de 2018.- Este lunes René Juárez Cisneros abandonó la dirigencia nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI) tras la humillante derrota que recibió el organismo tricolor en la contienda electoral rezagándose como la tercera fuerza política del país, y su lugar fue ocupado por la ex canciller del gobierno de Enrique Peña Nieto, Claudia Ruiz Massieu, sobrina del expresidente Carlos Salinas de Gortari.

La también ex secretaria de Turismo federal será la responsable de dirigir al partido más antiguo del país que sufrió su derrota más dolorosa en la historia de forma temporal, por lo que algunos analistas políticos han contemplado que ha regresado el Salinismo como ocurrió durante el sexenio el exmandatario para reconfigurar al organismo tricolor.

René Juárez dejó la dirigencia nacional del PRI después de 75 días tras sustituir repentinamente a Enrique Ochoa Reza, luego de que el candidato presidencial José Antonio Meade no levantaba en las preferencias electorales, sin embargo, el ex gobernador de Guerrero tampoco logró recomponer el camino y a dos semanas de los comicios federales decidió dejar el cargo para dedicarse a sus labores como diputado federal.

Claudia Ruiz ya había desempeñado anteriormente un cargo de relevancia dentro de la estructura interna del PRI, pues tras dejar el gabinete de Peña Nieto fue la secretaria general del tricolor y ahora como máxima responsable del partido tendrá que fungir como oposición al gobierno emanado del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) hasta que se defina al nuevo líder del Revolucionario Institucional.

Ruiz Massieu se ha caracterizado por ser una de las políticas más hábiles en los últimos años, principalmente en el actual sexenio, donde ha ocupado algunas de las posiciones más importantes de la administración pública federal, aunque en las filas del priísmo hay malestar, tristeza, decepción y frustración por sufrir una derrota que se negaban a aceptar durante las campañas, aunque todas las encuestas mostraban una victoria irreversible de Morena.

A pesar de la caída del neoliberalismo que se reflejó en las pasadas elecciones, donde los ciudadanos optaron por otro modelo de política económica, el salinismo no pretende renunciar a mantenerse en la vida pública del país y durante los últimos meses de este año se mantendrá vigente.

Para el nuevo proceso de renovación de dirigencia nacional del PRI, varios personajes han manifestado públicamente sus intenciones de encabezar al Tricolor como el ex gobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz Ortiz; la ex mandataria de Yucatán, Ivonne Ortega; el gobernador de Jalisco, Aristóteles Sandoval; el ex gobernador de Coahuila, Rubén Moreira; entre otros, quienes han culpado a los allegados al presidente Peña Nieto de la derrota catastrófica del priismo en la contienda presidencial.

En 2016 ocurrió una situación similar, después de que el PRI perdió varias gubernaturas que habían sido bastiones del Revolucionario Institucional durante años como Durango, Quintana Roo, Veracruz y Tamaulipas, y Manlio Fabio Beltrones dejó la dirigencia nacional y su lugar fue ocupado por Enrique Ochoa Reza.

En el seno priísta el principal responsable de la derrota del PRI es Ochoa Reza, así como los exgobernadores priístas que han sido señalados de actos de corrupción como lavado de dinero y nexos con el crimen organizado, aunque hay poca autocrítica por los constantes escándalos de corrupción en los que participaron tanto los gobernadores como el presidente de la República.

Aunque algunos han considerado que Miguel Ángel Osorio Chong podría ser el ideal para hacerse cargo de la dirigencia nacional del PRI, el ex secretario de Gobernación será el líder de la bancada del Tricolor en el Senado a partir de septiembre con unos cuantos escaños.

Nota aparte: Los militantes priístas se han mostrado muy críticos al virtual presidente electo para exigir que cumpla con sus compromisos de campaña, pero esta postura no se aprecia con Peña Nieto, quien hasta el 30 de noviembre es el responsable del país y cuya labor fue castigada en las urnas el pasado 1 de julio.