La suerte de Cuitláhuac, el indeseable
El expediente de las acusaciones sexuales contra al candidato/no-candidato/sí-candidato Félix Salgado Macedonio es apenas una pequeña parte del problema que ofrece Guerrero como desafío de Estado. Atrapado entre grupos de poder del PRI, del PRD y PRD-Morena, la entidad enlista una serie de problemas acumulables e interrelacionados: pobreza, represiones, saqueo, apropiación turística, guerrillas, cacicazgos criminales, explotación y narcotráfico estarían exigiendo un gobernador con una propuesta transformadora.
No hay señalamientos directos o investigaciones judiciales, pero la descomposición de Acapulco como centro del narco en la zona contaminada de seis estados directos y cuatro intermedios, comenzó en 1999 con hechos políticos verificables: el colapso del cacicazgo de los Figueroa, el salinismo circunstancial y la priízación del PRD con Zeferino Torreblanca Galindo y Angel Aguirre Rivero como gobernadores en el periodo 2005-2015, con la toma del poder municipal de Acapulco por el PRD de Zeferino-Alberto López Rosas-Félix Salgado Macedonio, éste último alcalde en 2006-2008, los años de auge del narco en el puerto.
Hoy Guerrero se debate en violencia por la disputa por el control del estado y sus zonas del narco entre el Cártel Jalisco Nueva Generación y el Cártel de Sinaloa del Chapo Guzmán, además de pequeñas bandas criminales articuladas a la amapola y la entidad como camino de droga hacia EEUU. La droga ha contaminado a organizaciones sociales como los normalistas, si se tiene una buena lectura del caso de los 43 de Ayotzinapa. Entre dieciséis y veinte cárteles y bandas se disputan el control criminal del estado, rebasando al gobierno priísta estatal de Héctor Astudillo Flores abandonado por Peña Nieto, copado por grupos perredistas-morenistas y lejos de la voluntad presidencial en turno.
En este escenario se debería debatir la candidatura de Morena al gobierno estatal, en tanto que se trata de la organización partidista que encabeza aún sin candidatos las tendencias de votos. Gobernadores y alcaldes en la historia moderna de Guerrero y Acapulco, desde 1951, han deteriorado las bases mínimas de gobernabilidad y tienen a la sociedad sometida a voluntarismo caciquiles de fuerza y muerte.
Si el espíritu simbólico transformador del ciclo Morena abría nuevas expectativas, la candidatura de Salgado Macedonio parece obedecer a circunstancias ajenas al colapso de gobernabilidad, viabilidad, desinstitucionalidad y Estado fallido de Guerrero. Y si se agrega el debate por acusaciones de agresiones sexuales abiertas, entonces Guerrero carece de alguna salida de corto plazo en los espacios de la 4-T.
Y en las variables de la crisis de seguridad se incluyen también pistas que llevarían a Genaro García Luna, cuya Agencia Federal de Investigaciones se vio involucrada en el ciclo de violencia que comenzó a comienzos de diciembre de 2005, un mes antes de la toma de posesión del alcalde Salgado, con un video de narcoejecución en la que participaron agentes policiales federales al lado de los criminales. Y de ahí hasta la fecha, Guerrero en una zona franca del crimen organizado.
Sin sociedad civil, con intereses económicos turísticos controlando la riqueza territorial de las zonas marítimas, con gobiernos estatales abandonados por el gobierno federal, el crimen y la violencia no deben explicarse en Guerrero por el clima, la baja calidad educativa, el desempleo y la desindustrialización, sino que responde más bien a su posición geográfica funcional a la droga, a la corrupción institucional, a la captura del Estado federal y al estatal por parte del poder corruptor de los cárteles y bandas y a la interrelación de la clase política con los intereses de los grupos criminales en activo y en expansión.
Junto con Tamaulipas, Jalisco, Chihuahua, Michoacán, Guanajuato, Zacatecas, Quintana Roo y San Luis Potosí, el estado de Guerrero reúne las condiciones para mostrarse como un narcoestado, con sus problemas añejos de guerrilla, violencia social, pobreza, desempleo. Sin tejido social, las redes políticas funcionan por las complicidades delictivas.
De haber racionalidad electoral, estaríamos debatiendo perfiles de candidatos en el escenario de la crisis de Estado fallido en Guerrero. Y si no los tiene la oposición o el PRI en el poder estatal, menos se perciben en Morena con Salgado Macedonio.
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Política para dummies: La política es reflejo de la realidad o maquillaje de los grupos de poder.
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