(W) Ecos Sindicales: Operación Panal
En los próximos días podría quedar libre Mario Aburto Martínez, el asesino confeso de Luis Donaldo Colosio.
Lo anterior significa que, de los 45 años de prisión a los que fue condenado, alcanzará la libertad antes de cumplir 30 años en la cárcel.
Sin embargo, a pesar de lo escandaloso del asunto, Luis Donaldo Colosio Riojas, hijo del malogrado candidato presidencial, ha preferido guardar silencio.
¿Por qué el silencio del hijo de Colosio, hoy convertido en un mediocre alcalde de Monterrey?
¿Es casualidad la liberación anticipada de Mario Aburto Martínez, o será parte de los mensajes y/o distractores del oficialismo ante la complejidad de la sucesión presidencial?
Lo cierto es que no debemos olvidar que, en política, nada es casual sino causal. Es decir, que todo tiene una causa y busca un efecto.
Por eso volvemos a las preguntas: ¿Qué hay detrás de la liberación anticipada del criminal confeso de Colosio? ¿A quien le sirve y para qué, la liberación de Mario Aburto?
¿Seguirá callado el hijo del candidato presidencial asesinado? ¿O lo veremos estallar contra El Poder Judicial, como suponen en Palacio que lo hará en cualquier momento?
Pero vamos por partes.
Seguramente muchos recuerdan que la imagen se repitió millones de veces en todo el mundo.
Todos vieron el momento en que la mano derecha del criminal, que sostenía la pistola justo en la cabeza del hombre asesinado, jalaba el gatillo de un disparo que sería fatal.
Segundos después, el criminal era sometido y también todos vieron su rostro; conocieron al asesino y se enteraron que se llamaba Mario Aburto Martínez quien, por razones que nunca han sido aclaradas, decidió matar al entonces más aventajado aspirante presidencial mexicano.
¿Quién y por que se ordenó el asesinato de Luis Donaldo Colosio? ¿Qué se buscaba con la muerte del que apuntaba para convertirse en el último presidente del siglo XX mexicano?
¿Realmente se trató de un crimen ordenado desde el propio poder y con la complicidad de las instituciones del Estado?
Lo cierto es que en su momento fue uno de los crímenes políticos más difundido en medios y hoy, a casi 30 años del asesinato de Colosio –cometido el 23 de marzo de 1994–, en cualquier momento el criminal confeso pudiera ser liberado, mientras que nadie sabe a ciencia cierta quién y por qué motivo fue asesinado Colosio
¿Y por qué Aburto Martínez podría alcanzar la libertad, a pesar de que todos vieron que fue él quien disparó en la cabeza de Luis Donaldo Colosio?
La respuesta sería de risa loca, de no ser porque es una tragedia. Resulta que casi 30 años después del crimen, un tribunal descubrió fallas procesales y posible tortura, lo que dejaría en libertad al responsable confeso de uno de los mayores magnicidios de la historia mexicana.
Pero más allá de las razones por las que Colosio Riojas –hoy alcalde de Monterrey–, decidiera guardar silencio, lo cierto es que la liberación anticipada de Aburto y la exhibición pública de “una justicia de quinta” parecen ser un eslabón más de la cadena tejida por el oficialismo en sus afanes por debilitar la confianza en el Poder Judicial.
Y es que el Judicial, es uno de los Tres Poderes de la Unión que aún no ha capturado el oficialismo y al que no dejará de perseguir el presidente López Obrador, ya que es, en los hechos, el último dique de contención para evitar el golpe mortal que pretende asestarle a la democracia esa mafia llamada Partido Morena.
Por eso la hipótesis de que el mensaje va en dirección al debilitamiento de la credibilidad del Poder Judicial; un descrédito estimulado desde Palacio, junto con el recorte del presupuesto y con el robo del dinero de los fideicomisos de los trabajadores de todo el sistema de justicia federal.
En efecto, todo indica que se pretende que los ciudadanos se formulen las siguientes preguntas y que la conclusión sea que el Poder Judicial –como hoy lo conocemos–, debe desaparecer.
Así, con la liberación anticipada de Aburto, muchos se preguntarían lo siguiente: ¿Qué clase de Poder Judicial es el mexicano, si luego de 29 años un tribunal colegiado se percata que existieron fallas procesales en el juicio de uno de los mayores criminales mexicanos, como Mario Aburto?
¿Quién puede confiar en un Poder Judicial, como el mexicano, incapaz de castigar de manera correcta y apegada a la legalidad, al criminal confeso de Luis Donaldo Colosio?
Sí, pronto conoceremos “la mano que mece la cuna” detrás de la liberación anticipada del criminal confeso de Colosio.
Al tiempo.
Las opiniones y conclusiones expresadas en el artículo son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente reflejan la posición de Quadratín.