Ráfagas: Voracidad panalista
Ante la poco probable eventualidad de que Marcelo Ebrard rompa con el Partido Morena, son muchos los militantes y políticos que hoy colocan al ex canciller en calidad “de traidor”.
Por eso, exigen unidad, reclaman respeto a las “reglas del juego” y hasta le llaman mal perdedor a Marcelo.
Sin embargo, pocos recuerdan que a lo largo de tres décadas y ante el fraude en materia político-electoral, López Obrador siempre hizo lo mismo que hoy intenta Marcelo Ebrard.
¿Por qué, entonces, muchos en Morena hoy crucifican a Marcelo? ¿Será que a dirigentes y militantes de Morena les gusta el viejo refrán que alude “a los bueyes del compadre”?
Pero si dudan que López actuó igual que hoy actúa Marcelo, vamos a las pruebas.
¿Recuerdan todas las ocasiones en que López Obrador dijo haber sido víctima de un fraude? ¿Recuerdan los gritos y sombrerazos del tabasqueño a lo largo de tres décadas, por todo el país?
¿Recuerdan cuando desertó del PRI tabasqueño por no haber conseguido la candidatura al gobierno estatal? ¿Recuerdan los éxodos de Tabasco al DF y los plantones en el Zócalo, en repudio al supuesto fraude cometido por Roberto Madrazo en su contra?
¿Recuerdan cuando López ordenó bloquear el Paseo de la Reforma y el Zócalo por la derrota que le propinó Calderón? ¿Recuerdan la campaña de odio orquestada por AMLO durante años y la ruptura del PRD –para dar paso a la mafia llamada Morena–, luego de la derrota frente a Peña Nieto?
Si recuerdan todo lo anterior, sin duda llegarán a la conclusión de que un eventual y poco probable rompimiento de Marcelo Ebrard frente a Morena y ante López Obrador y su candidata presidencial, no sería más que más de lo mismo que, por décadas, llevó a cabo el hoy presidente.
El problema, sin embargo, es que López no ha respetado ni respetada nada ni a nadie; no tiene palabra, no tiene amigos, no sabe de gratitud y sólo vive para él y en su mundo sólo existe su interés, su conveniencia y, sobre todo, sólo vale su opinión.
En cambio, Marcelo siempre ha sido un político timorato, temeroso y sin agallas. Y, por esa razón, siempre ha sido mangoneado y marginado para alcanzar la anhelada cúspide del poder.
Pero ahora vamos al otro extremo. ¿Imaginen, por un momento, la forma en que habría actuado Obrador si estuviera en el lugar de Marcelo?
Para responder la interrogante anterior sólo basta recorrer la historia de AMLO en calidad de priista, perredista y luego fundador de Morena.
Basta recordar que Obrador es capaz de hacer alianzas con Dios y con el Diablo; con los barones del crimen y con presidentes como Zedillo. Y basta recordar que López no es más que un “ladrón de cuello sucio” que ha vivido de la extorsión, el chantaje y la complicidad con algunos de los más aberrantes crímenes sociales.
Basta recordar que traicionó a todos; a Cárdenas, a Rosario Robles, a Los Chuchos, a Marcelo y… a muchos mexicanos que creyeron en él.
Lo cierto es que, si Marcelo quiere seguir los pasos de López ante el engaño y la traición de su “amigo”, está muy lejos de contar con los arrestos indispensables para ello.
Y es que, junto con el desaparecido Manuel Camacho, Marcelo no solo se dejó engañar por Carlos Salinas, sino que lo engatusaron, tanto Obrador, Mario Delgado y no pocos gobernadores de Morena que le juraron lealtad y que, al final lo traicionaron, junto con muchos de sus más cercanos, quienes ante la debacle de Marcelo se apresuraron a declarar que no dejarían Morena.
Eso sin contar con el hecho de que Marcelo sabe que, si decide retar a su “amigo” López Obrador, no sólo será expulsado del Paraíso, sino que será perseguido y colgado en la plaza pública.
Pero esa cobardía de Marcelo la señalé aquí el 9 de junio del 2023, en el Itinerario Político titulado “¿Romperá con Obrador el timorato Marcelo?”.
Así lo dije: “La pregunta anterior resulta obligada. ¿Por qué?
“Por un feo antecedente en la presidencial de 2012, cuando López Obrador hizo trampa y convenció a Marcelo para quedarse con la candidatura presidencial, por segunda ocasión consecutiva.
Sí, a finales de 2011, el poderoso jefe de gobierno del DF, Marcelo Ebrard, tenía todo para convertirse en candidato presidencial, por encima de Obrador. Sin embargo, Marcelo se acobardó al último momento, a pesar de tener en sus manos las pruebas de las raterías cometidas por AMLO y por Claudia, en la gestión al frente del DF, de 2000 a 2005.
“Sí, se trataba de pruebas no sólo del robo en los llamados “Segundos Pisos”, sino de la extorsión a trabajadores del GDF y a muchos grupos empresariales; saqueo ordenado por AMLO y operado por Claudia y que pudieron haber llevado a prisión al ex jefe de gobierno y a su mano derecha.
“Sin embargo, y a pesar de haber ganado la encuesta, Marcelo se acobardó y, al momento de tomar una decisión que habría cambiado la historia de México, prefirió dejar pasar a López, con la promesa de que sería el siguiente presidente.
“Por eso, 12 años después de aquella traición partidista, obliga preguntar si ahora sí, Marcelo se comportará como un verdadero “animal político” –en rigor aristotélico–, y mostrará las agallas para imponer su candidatura a un tirano llamado López Obrador.
“¿O será que, por el contrario, de nueva cuenta Ebrard terminará por doblar brazos y piernas?” (FIN DE LA CITA)
Derrotado y viejo, hoy Marcelo Ebrard está de nueva cuenta ante el umbral de la historia y, por eso, obliga preguntar de nuevo: ¿Volverá a doblar los brazos y las piernas?
Al tiempo.
Las opiniones y conclusiones expresadas en el artículo son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente reflejan la posición de Quadratín.