Ráfagas: Saqueo en Tepeji
Primero las preguntas.
¿Por qué el terrorismo criminal apareción sólo en los estados de Jalisco y Guanajuato?
¿Por qué en dos entidades –Jalisco y Guanajuato–, que no son gobernadas por el partido oficia, motejado como Morena?
¿Por qué los criminales apuntaron sus actos de terror en dirección a la quema de una treintena de tiendas de la cadena Oxxo, y no en otros establecimientos “de convenincia”?
¿Cuál es el verdadero mensaje de las bandas criminales, en los actos de terror desatados en Jalisco y Guanajuato?
¿Y, por qué, el presidente mexicano nunca se atrevió a llamarle a la violencia criminal, por su verdadero nombre; terrorismo?
Lo cierto es que le pueden llamar como gusten y manden, tanto el presidente de los mexicanos, como los gobernadores de Jalisco y Guanajuato.
Sin embargo, los hechos violentos que vivieron los ciudadanos de esas dos entidades –la noche del martes 9 de mayo del 2022–, no tiene más nombre que el de “terror”.
En efecto, se trata de actos terroristas desatados por grupos del crimen organizado quienes, de esa manera, le demuestran al Estado mexicano su poder, su capacidad destructiva y, sobre todo, su eficacia para provocar miedo generalizado entre la población
Es decir, se trató de hechos de violencia extrema, pensado, preparado y llevado a cabo por matarifes criminales, sólo con la finalidad de provocar terror entre la población indefensa; cuidadanos de Jalisco y Guanajuato.
Miedo social que, a su vez, consigue que en el imaginario colectivo del ciudadano se fije la idea de que en esos dos estados del país ya no manda el poder del Estado mexicano –poder político, policíal y autoridad electa de manera legítima–, sino que el mandón y el verdadero poder fáctico es el de las bandas criminales.
En realidad el mensaje, el altoparlante de fondo para ciudadanos y para las autoridades, es que el crimen organizado no sólo controla esas ciudades de Jalisco y Guanajuato, sino que es capaz de rechazar a las fuerzas federales y, sobre todo, se da el lujo de quemar vehículos, incendiaron comercios, bloquear carreteras y convertir en un infierno esos “terrotirios” del crimen.
Dicho de otro modo; en el México de López Obrador hemos llegado al extremo de que las bandas criminales se valen del terrorismo lanzado contra los ciudadanos, a manera de mensaje para exhibir quién manda en aquellas entidades –como Jalisco y Guanajuato–, en donde curiosamente los gobiernos no pertenecen al partido oficial, Morena.
Y es que para nadie es un secreto que con los alcaldes, gobernadores y hasta con el dueño de Morena, las bandas criminales “ya tienen arreglado el negocio”.
Por eso, en un “paso adelante”, los barones del crimen parecen empeñados en exhibir no sólo “la espiral de ingobernabilidad” de la gestión de López Obrador y la debilidad de gobiernos como los de Jalisco y Guanajuato, sino que alardean de que le hacen “el trabajo sucio” al presidente mexicano contra sus enemigos.
¿Cómo qué las bandas criminales le hacen el trabajo sucio a AMLO?
En efecto, pero antes vienen de nuevo las preguntas obligadas, en especial porque muchos saben que López Obrador es uno de los más insistentes adversarios del regiomontano Grupo Femsa; la empresa dueña de los llamados “Oxxos”.
¿Por qué en los ataques criminales ocurridos en Jalisco y Guanajuato, los criminales centraron sus actos violentos y de terror en la quema de por lo menos 30 tiendas Oxxo?
¿Es casualidad que las bandas criminales solo hayan atacado a los “Oxxos” y no a otras “tiendas de conveniencia”?
¿Por que el ataque selectivo sólo contra la cadena de tiendas Oxxo?
Está claro que quemar una treintena de tiendas de la cadena Oxxo no tiene más explicación que un nuevo mensaje enviados por los jefes de las bandas criminales –que provocaron el terror en Jalisco y Guanajuato–, a la regiomontaja empresa Femsa.
Y es que para nadie es un secreto que López Obrador “les ha cantado pleito” a los dueños de Femsa, mientras que los amigos del presidente, los grupos criminales, “hacen el trabajo sucio” de prender fuego a por lo menos 30 tiendas de esa cadena de conveniencia.
Sin duda un mensaje de terror criminal sólo visto en las dictaduras.
Sin embargo, lo que no sabe el presidente mexicano, sus aliados y corifeos, es que como parte del T-MEX, “el terrorismo” lanzado contra Fremsa y sus tiendas Oxxo, no sólo es un delito internacional sino que es monitoreado por todo el mundo; y que el mundo entero está atento al trato del gobierno mexicano a los empresarios que se oponen a las locuras de Palacio.
Pero el mandatario mexicano tampoco entiende que la practica del “terrorismo” –como el que desataron las bandas criminales en Jalisco y Guanajuato la tarde del pasado martes–, es motivo suficiente para que el gobierno de Estados Unidos considere en serio una intervención contra los grupos terroristas mexicanos; los mismos que quemaron camiones, autos y tiendas en el bajío mexicano.
Es decir, que el presidente mexicano parece dispuesto a estimular la intervención del gobierno de Estados Unidos, para luego invocar al nacionalismo de las masas y, con ello, provocar el arranque de su dictadura.
Sí, de ese tamaño son los delirios de poder del presidente mexicano.
Al tiempo.
Las opiniones y conclusiones expresadas en el artículo son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente reflejan la posición de Quadratín.