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Libros de ayer y hoy
CIUDAD DE MÉXICO, 30 de agosto de 2016.- Todos estamos hartos de padecer abusos, inseguridad y agresiones a nuestro patrimonio por parte de los integrantes de la CNTE; pero cuando el gobierno de Enrique Peña Nieto actúa, lo juzgamos como represor.
Con los avances tecnológicos, en la actualidad cualquiera que posea un teléfono celular puede sacar video de algún abuso cometido por alguna autoridad y subirlo de inmediato a la Internet; y nadie puede negar que esto ha frenado conductas prepotentes de algunas de nuestras autoridades, así como que ha puesto punto final a muchísimos abusos que cometían amparados en la impunidad.
Hasta aquí muy bien; han existido muchísimos actos en que policías, soldados o marinos han abusado de su posición y ninguno de nosotros queremos que algún desgraciado con placa nos lastime o nos mate a algún amigo, hijo o hermano y que este tipo quede sin castigo.
Más no siempre es así, resulta que por oportunidad de filmación, o conveniencia de poder editarlo, a veces no se sube a la nube la información del evento completa y solamente se transmite una fracción de la misma que inculpa a la autoridad; y sobre esta fracción de información los ciudadanos que vemos el video sacamos conclusiones culposas de Uso Excesivo de la Fuerza, sin considerar lo que esa persona estaba haciendo para que se cometiera en contra de él, tal abuso de sus Derechos Humanos.
Pero para ser justos, también sería conveniente analizar el suceso ahora desde el punto de vista de la parte supuestamente agresora y hacernos la siguiente pregunta; ¿Qué actitud, en nombre del Uso Razonable de la Fuerza del Estado debería tomar algún policía, soldado o marino, cuando estando ya mentalmente desequilibrado por participar en lo que ya se convirtió en una trifulca, una turba enardecida les empieza a disparar, les lanza petardos con cristales, clavos y canicas (granadas), son quemados por bombas molotov y están siendo golpeados algunos de sus compañeros con barrotes tirados en el suelo.
Todos reclamamos al gobierno por sus excesos cometidos en materia de Derechos Humanos, mientras no sea nuestro cayo el que haya sido pisado. Existe otra multitud de eventos no filmados que no valoramos hasta que nos toca ser protagonistas; por ejemplo, que en alguna carretera de Michoacán, Oaxaca, Guerrero o Chiapas un grupo de maleantes nos detiene en nuestro carrito, golpean a nuestra esposa e hijos para bajarlos del auto y después lo queman; todo esto amparados en su protesta por la Reforma Educativa.
Verdad que variaría nuestra posición.
Resulta que en muchas ocasiones como ciudadanos cibernautas con acceso a la Internet, difundimos juicios selectivos con doble moral, dependiendo del lado en que nos encontramos ubicados; y peor aún es el caso de algunos periodistas de opinión que sin ponerse a razonar los probables escenarios, utilizan la pluma y satanizan a priori cuantos evento sucede, dándole además al artículo un tono picosito para lograr tener mayor audiencia, o para beneficiar posiciones de organizaciones radicales a las que son afines, o por tener ligas con algún partido político de oposición al que sirven para desacreditar la actuación del gobierno, sin medir las consecuencias.
Con lo dicho hasta aquí nos podríamos hacer ya el siguiente cuestionamiento ¿consideran que el gobierno de Enrique Peña Nieto no tiene capacidad poner en cintura a esos 3 mil revoltosos de la CNTE, que al amparo de la búsqueda de la derogación de la Reforma Educativa y protección de sus intereses personales lastiman personas, cierran carreteras, queman vehículos, acaban con economías locales y han dejado sin clases por más de 9 meses a muchísimos niños de los estados más rezagados de nuestra república?
Yo creo que sí y le sobra conque someterlos; pero eso precisamente es lo que están buscando los dirigentes de esa organización, que exista uno o diversos actos de contención gubernamental, para los cuales ya tienen programada una respuesta lo suficientemente violenta que pudiera generar a su vez más muertes y el consecuente juicio iracundo de la sociedad, como sucedió en el caso de Nochixtlan, Oaxaca del pasado día 19 de Junio.
Y aquí podría surgir otra consideración ¿Cuáles serían en su opinión las posibilidades de acción de Uso Razonable de la Fuerza que pudiera llevar a cabo el estado en contra de estos malhechores de la CNTE que están poniendo en jaque el bienestar e integridad de una buena parte de los mexicanos del centro y sur del país; y a su vez no ser llamado represor?
Pues por si les interesa, les doy mi punto de vista; una buena opción sería en primer lugar hacer una valoración imparcial de lo que significa una organización como la CNTE, que fines persigue y hasta donde está dispuesta a llegar para conseguirlos; en segundo lugar hacer una valoración del tipo y número de elementos con los que cuenta el estado para integrar los cuerpos de seguridad y ahí se darán cuenta de lo difícil que es contar en su totalidad con personal responsable, estable psicológicamente y de respuesta mental inmediata, máxime cuando es exigido a plena tensión al ser agredido; esta es una gran limitante y no es exclusivo de México, sucede en todas partes del mundo.
Y después de valorar la situación, en su caso sugerir alternativas coherentes de acción y no nada más hacer juicios de doble moral; porque si el estado actúa lo llaman represor y si no lo hace lo califican de ineficaz.
Pero lo que sí es muy importante considerar, porque al final es lo que está resultando, es que con nuestras criticas irresponsables (ya sea como ciudadanos críticos cibernautas o como periodistas de opinión), le estamos maniatando las manos al gobierno de Enrique Peña Nieto para cumplir con su deber de defender el bienestar y los Derechos Humanos de las mayorías de este nación.
O usted que opina.