Ráfagas: Denuncian corrupción en Tribunal de Arbitraje Laboral
Twitter: @OswaldoRamirezG
<<No se puede ser y no ser algo al mismo tiempo y bajo el mismo aspecto>>
Aristóteles. Filósofo griego (384 a.C.-322 a.C.)
Ante la victoria de la “Cuarta Transformación” nadie vislumbraba que los cambios realmente serian significativos, sobre todo para el Conacyt. Algunos colegios, institutos y grupos de científicos e intelectuales sabían que sus dinámicas de trabajo se tendrían que ajustar. Desde finales de 2018 corrían rumores de que “se terminarían las becas” que “los alumnos de posgrado no podrían concluir sus estudios porque el gobierno iba a quitar esos apoyos”, entre muchos más. Cierto hubo ajustes y no cabe duda que se redujeron algunos fideicomisos. Sin embargo, aquellos que iniciaron sus estudios de posgrado en esas fechas no han dejado de recibir su beca, a pesar de que en algunos casos ha habido retrasos en el pago.
Tampoco hay un despido masivo de académicos o investigadores si no se alinean favor de las políticas de este sexenio. Es tal la trasparencia y libre expresión que algunos desangelados de las proezas de la 4T se dan su tiempo tuiteando críticas al sistema y que regularmente publican sus notas de opinión en periódicos como El Reforma, El Universal o La Silla Rota. Ello pese a que constantemente se victimizan en redes sociales. En lo personal celebro leer cada vez más la opinión de investigadores, colegas y académicos aun si ella es opuesta a la mía. Ojo, no hablo de los intelectuales orgánicos de esos ya he escrito en otra ocasión (aunque en cierto modo pudiese decir que estos son sus primos hermanos).
Quizás el único efecto negativo que han traído los ajustes del Conacyt de la 4T a este rubro es prescindir de asistentes, personal eventual y de confianza del cual, hay que decirlo, son la mano de obra fundamental de la mayoría de los investigadores, pues a cambio de aumentar su “productividad”, se otorgaban algunos estipendios mensuales. Eso sí, la gran mayoría acompañados de un ritmo de trabajo en donde las vejaciones verbales, insultos, acoso (sexual y/o laboral) y las cargas de neurosis y estrés varían según el carácter de cada investigador.
Volviendo al punto, nos debe quedar claro es que este tipo de instituciones cuyo origen data de finales de la década de 1970, con excepción de El Colegio de México (COLMEX) que se fundó en la década de 1940 y la que a diferencia de las demás, es una institución autónoma desde 1998. Los Colegios e Instituciones Educativas de Posgrado e Investigación están normados bajo el régimen federal. Son centros públicos constituidos bajo el mando de Conacyt, por lo tanto no son autónomos. Algunos de ellos con más independientes que otros y con un renombre que varía según las especialidades que ofrezca. Por mencionar algunos, El Instituto Mora, El Colegio Mexiquense, El Colegio de San Luis, El Colegio de Jalisco, El Colegio de Sonora, El Colegio de la Frontera Norte, entre otros.
Cabe señalar que debido a la naturaleza y origen de su creación, todos estos (incluyendo el COLMEX), son instituciones intelectuales elitistas. Históricamente han estado ligados a las cúpulas del poder; la mayoría de los investigadores militan activamente en las filas del PRI (algunos durante los sexenios panistas cambiaron su simpatía hacia el partido blanquiazul). Por lo general los fundadores tuvieron nexos estrechos con el PRI y en algunos casos antes o después gozaron de un puesto público en algún sexenio. En esta lógica todos los directores generales de estos centros de estudio son designados de manera directa por una junta de gobierno estatal y/o federal según sea el caso, a reserva de lo que indiquen sus estatutos que suelen variar de institución en institución. No obstante, en ninguno de los casos los puestos de mando, mesa directiva y dirección general son designados ni por consenso académico ni por votación de los alumnos.
Lo anterior desmiente el discurso que grupos de académicos de diferentes colegios, quienes juran y perjuran a través de infinidad de desplegados y oficios con firmas al calce “la no injerencia ni las designaciones de las que hace efecto la actual directora de Conacyt María Elena Álvarez-Buylla”, quien para efecto de sus funciones tiene esa facultad, salvo en el caso de El Colegio de México como dije antes.
En este sentido, el problema que derivó en la toma de las instalaciones del CIDE, desde el 29 de noviembre del año pasado con motivo de la designación de su nuevo director general, José Antonio Romero Tellaeche, quien relevó rotativamente según la designación de Álvarez-Buylla a Sergio López Ayllón de acuerdo a lo que estipulan sus normas internas. También es mentira como aseguraban algunos medios que este último había sido despedido de la institución. Lo que es más ni siquiera el cambio de dicha dirección fue una orden que viniese de Palacio Nacional.
Hablamos entonces que la toma de las instalaciones por parte de alumnos del CIDE, es un juego de poder donde los alumnos están siendo manipulados por intereses de terceros, pues desconocen en su mayoría los procesos y estatutos de la institución en la que toman clases. Legalmente la designación de Álvarez-Buylla es legitima según los estatutos del CIDE, ahora bien si estos quieren apelar a la autonomía tendrían que conformar un órgano colegiado y reformar sus normas, pero eso llevaría tiempo.
Por ello suena a broma aquellas consignas en las que pretenden hacer pasar al alumnado de esta como revolucionarios casi al nivel del Movimiento del 68 ¡Vaya broma de los medios! Una institución que es hija del sexenio de Luis Echeverría y que germinó en el seno de la burguesía política y clase acomodada.
Para quienes nunca habían oído hablar de este lugar ni saben a qué se dedica ¿Qué es el CIDE? El Centro de Investigación y Docencia Económicas, mejor conocido como CIDE por sus siglas. Este centro de investigación publico forma parte del sistema de Centros Públicos de Investigación del Conacyt. Fue fundado en 1974 cuanta con dos sedes una en la Ciudad de México y otra en Aguascalientes, sus instalaciones cuentan con licenciaturas, maestrías y doctorados en Economía, Políticas Públicas, Relaciones Internacionales, Historia, Derecho y Ciencia Política.
Edita varias revistas académicas; Gestión y Política Pública (revista de Administración Pública), Política y Gobierno (revista de Ciencia Política), Latin American Economic Review (revista de Economía) e Istor (revista de Historia), cae señalar que las dos últimas cuentan con un gran prestigio a nivel internacional.
Ahora bien, no se pone en duda la calidad de las investigaciones ni el nivel de los posgrados sino el sesgo de la situación actual que grupos internos y externos están llevando en dicha institución; de ahí salió el anterior director de Conacyt Cabrero Mendoza, durante el sexenio de Felipe Calderón (PAN) el CIDE se convirtió en su coto institucional preferido, por tanto la simpatía con ese partido está latente desde entonces.
Finalmente, personajes como Denise Dresser y Leo Zuckermann, representantes de la derecha mexicana actual, se han encargado de encender y desinformar la naturaleza real de esta institución, y la realidad es que se trata de un juego de poder en el que ciertos grupos quieren que las cosas sigan como antes con sus privilegios y presupuesto a placer.
A todo esto ¿Alguien huele algo de neoliberalismo por aquí? Porque a mí me llega el tufo hasta el calcañar. Quizás por esta vez sí tenga de darle la razón al 99% a nuestro Huey Tlatoani sobre las mafias académicas e institucionales que corroen a nuestro sistema educativo.
Las opiniones y conclusiones expresadas en el artículo son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente reflejan la posición de Quadratín.