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Libros de ayer y hoy
PACHUCA, Hgo., 11 de octubre de 2018.- El diputado federal de Morena Cipriano Charrez Pedraza es prototipo del político ladino completo: humilde y audaz; miente y sonríe; cambia de chaqueta y sonríe; se emborracha y sonríe; soporta crudas de 72 horas y sonríe; se esconde como niño travieso al ocasionar una muerte; reaparece contando mil historias, sonriendo; dícese inocente de un crimen y sonríe; le echa la culpa a su pobre chofer y sonríe; reparte amagos y miedos y sonríe.
Una ficha técnica señala: CH.P.C. (Charrez Pedraza, Cipriano), indígena otomí; convenenciero hñañu; remedo de cacique señor de horca y cuchillo del Valle del Mezquital; camaleón priista, perredista, panista, morenista.
PROCURADURÍA TEMEROSA DE LA JUSTICIA
A Charrez la procuraduría de Justicia de Hidalgo, temerosa de la justicia, sólo lo menciona en sus informes con las iniciales C.CH.P. porque, según se argumenta, señalar al interfecto por su nombre completo es violar la nueva justicia penal.
Charrez es un político bellaco completo al estilo de los diputados y senadores priistas que durante 89 años pasean su impunidad por todo el territorio nacional: robar, mancillar honores, sobornar, matar, mentir. Hacer gala del fuero, de impunidad.
TODO MUNDO PIDE JUSTICIA
Como todo mundo sabe, la semana pasada el diputado de marras “presuntamente” (¿) provocó un choque al conducir, ebrio, una camioneta que embistió, por alcance, a un automóvil tripulado por un jovencito. El vehículo se incendió y el ocupante murió quemado.
Sin embargo, Charrez, político pérfido completo que durante “los últimos veinte años se ha dedicado a servir a los demás”, dice, huyó, dejando abandonada a su víctima. ¿A esa conducta cómo se le denomina? ¡Cobardía!, ni más ni menos.
El diputado Charrez fue fotografiado en la escena trágica. Los videos captados fueron difundidos por las redes sociales.
Transcurridas más de 72 horas después del crimen ese modelo de político marrullero envío mensajes por tuiter, responsabilizando del crimen “a su chofer”.
DIPUTADO DISPARA: “YO NO FUI”
Existen muchos sucesos en que políticos responsables de hechos delictuosos se escudan en otras personas a su servicio para que éstas respondan judicialmente.
En cierta tarde- noche, de un año de la década 1960, en el interior del antiguo bar “Toluco” ubicado en un local de la plaza Independencia, donde actualmente funciona una tienda Elektra, se suscitó una riña entre Ismael Villegas, tres veces diputado, y un estudiante de medicina apodado “El Miki” (Miguel Angel Licona islas).
Ismael Villegas era arquetipo del político malicioso completo: fundador del sindicato minero en 1934, diputado local dos veces y diputado federal. Adinerado contratista de terreros, paniaguado de la compañía minera Real del Monte y Pachuca, usufructuaba seis minas- terreros: El Cuixi, San Anselmo, Lobo uno, Lobo dos, Dos Carlos y San Rafael.
Villegas, sin ser trabajador minero en activo, ostentaba en la década de 1960 la paternidad del Grupo 11 de Julio, adueñado de la Sección 1 del Sindicato Minero: ponía y quitaba dirigentes con la aquiescencia del amo nacional del gremio, Napoleón Gómez Sada—padre del actual senador de Morena, Napoleón Gómez Urrutia.
“EL MALAYO” NO DISPARÓ
En la discusión sostenida entre Villegas y El Miki intervino el corpulento minero guardaespaldas de Villegas, Leopoldo García “El Malayo”, se enfrentó a puñetazos con el estudiante, quien lo derribó varias veces.
Al ver que El Malayo perdía la pelea, el tres veces diputado sacó una pistola y apuntó hacia “El Miki” quien trató de escapar hacia la calle, recibiendo un balazo en el tobillo derecho.
El Miki afirmó en la averiguación previa que Ismael Villegas le había disparado; por su parte, “El Malayo” se declaró culpable ante el ministerio público afirmando que él había accionado la pistola. La procuraduría de Justicia, procurando justicia a su modo, consignó ante el juez al inocente Malayo, encubridor del ex líder minero, recibiendo como premio la mina – terrero El Cristo, de leyes pobrísimas, de apenas 100 gramos por tonelada.
¿Se repetirá el caso de impunidad Villegas–Malayo con el caso Charrez– chofer?