Ráfagas: Tatiana Ángeles, cuentas pendientes
PACHUCA, Hgo., 27 de enero de 2017.- La idea de devolver a la ciudad algo de su esencia provinciana, por ejemplo, llamar a los barrios por su verdadero nombre y no endilgarle el término “colonia”, sería de efecto positivo para las actuales generaciones y de provecho para las futuras.
La ciudad de Pachuca adquirió fama como centro productor de plata, remontada desde la segunda mitad del siglo XVI hasta 1990, época en que paulatinamente los populosos barrios mineros perdieron su identidad.
La nueva administración municipal lanzó hace semanas la iniciativa para rescatar tradiciones y costumbres pachuqueñas, entre ellas la terminología de sus barriadas.
Esa propuesta saludable terminará con las aberraciones que leemos en los diarios, la correspondencia particular e incluso en el lenguaje oficial.
Al centro histórico de la ciudad lo denominan “colonia centro”, calificación absurda adoptada por funcionarios de distintas dependencias municipales y estatales, permitido, además, por la administración de Correos que debiera regular correctamente las zonas postales con los nombres originales de los sectores habitacionales.
Existe imparable perjudicial costumbre de llamar “colonias” a los barrios de El Arbolito, La Surtidora, La Palma, Patoni. Por eso resulta inconcebible permitir que se inscriba en la correspondencia la dirección de una persona con domicilio en la “colonia” Surtidora; “colonia” Nueva Estrella; “colonia” El Atorón.
El crecimiento de la ciudad ha traído consecuencias que ninguna autoridad ha remediado. Por ejemplo, la colonia Periodistas, que en 1970 abarcaba las calles Adrián Guerrero Díaz a la 16 de Enero, actualmente se extiende desde la avenida Madero hasta el bulevar Everardo Márquez.
La avenida Juárez pertenece ya a la colonia Maestranza, lo mismo que la avenida Revolución a la colonia Periodistas.
PRIMER CUADRO
Es impostergable que la presidencia municipal de Pachuca, en coordinación con oficinas afines pongan orden en la nomenclatura de la división postal de cada sector, con el propósito de que se respeten los nombres de los barrios, y de mayor importancia que se deseche mencionar “colonia centro” al centro histórico o en su defecto se use “primer cuadro” de la ciudad a los sectores comerciales de las calles de Guerrero, Morelos, Hidalgo, Matamoros, Allende, Abasolo.
Asimismo que los antiguos pueblos de Venta Prieta, San Antonio el Desmonte, Santa Matilde, Santiago Tlapacoya, villa Aquíles Serdán, densamente poblados y conurbados con la capital, tengan denominación especial y no la de “colonias” como se les designa desde la década de 1990 en que se inició el explosivo crecimiento demográfico de nuestra ciudad capital.