Ráfagas: Tatiana Ángeles, cuentas pendientes
PACHUCA, Hgo., 21 de junio de 2018.- La historia del sindicalismo minero se inició en Pachuca el 11 de julio de 1934. Aquí nació el Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos, Siderúrgicos y Similares de la República Mexicana (SNTMMSRM) con obreros de varios estados del país. Por derecho del alumbramiento a Pachuca le correspondió la Sección 1 y a Real del Monte la Sección 2.
RESEÑA CON JIRIBILLA
Al mismo tiempo comenzó la reseña de los dirigentes mineros, ascendidos por el Partido de la Revolución Mexicana (creado por Lázaro Cárdenas) a diputados locales y federales, premiados con canonjías diversas, entre ellos Serafín Macías, forjador del Grupo Unificador Social Minero que controló a miles de trabajadores en la década 1940-1950.
Cooptado por el Partido de la Revolución Mexicana (PRM) Macías fue diputado local e integrante del comité ejecutivo nacional del SNTMMSRM, pero una década más tarde fue derrocado de su liderazgo por un grupo antagónico mayoritario cuando suponía que nadie podía derrumbarlo.
HUBO DE DIEZ MIL MINEROS…
En las décadas de 1930 a 1950 seis empresas mineras, propietarias de decenas de minas, entre ellas la Compañía Real del Monte y Pachuca, empleaban alrededor de diez mil trabajadores, afiliados en las secciones 1 y 2 en las que obviamente elegían a sus representantes.
Al ser firmado el primer contrato colectivo el 1 de agosto de 1934, en presencia de Luis Guzmán Carreón, jefe del departamento consultivo del Departamento del Trabajo, firmaron como representantes de la naciente agrupación sindical, Vicente Chávez, Filiberto Ruvalcaba, Agustín Guzmán, J. Buenventura Lara, José Pérez Jr. y José G. Esparza.
Las empresas que contrataban a esos miles de mineros eran la Compañía Real del Monte y Pachuca, Negociación Minera de San Rafael y Anexas, S.A., Compañía Beneficiadora de Pachuca, S.A., Compañía Minera de Santa Gertrudis, S.A., Compañía Minera de Dos Carlos, S.A. y Compañía General de Inversiones Mineras, S.A. estuvieron representadas en la firma del contrato colectivo de trabajo por M.H. Kuryla, Louis Garbrecht y F. H. Walsh.
DE LÍDERES MINEROS A POLÍTICOS
Agustín Guzmán Velazco fue nominado primer secretario general de la Sección 1; posteriormente le sucedieron Daniel Olguín Díaz, José Pérez Jr., Serafín Macías, Ismael Villegas. En Real del Monte, en la Sección 2, Velino García y Manuel J. Trejo, entre los primeros de una treintena.
En 1937, al iniciar su mandato, el gobernador Javier Rojo Gómez supo controlar a la mayoría de las caciques regionales, y con buena visión política escogió a José Pérez Jr. como primer diputado local que representara al entonces cuantioso gremio minero ante la 34 Legislatura– 1937-1939–. Posteriormente, lo elevó a diputado federal (1940 – 1943).
Después, Rojo Gómez y subsiguientes gobernadores engolosinaron a los demás dirigentes mineros. Daniel Olguín Díaz lideró la Sección 1 en 1939. En 1940 fue presidente municipal de Pachuca. En 1943 diputado federal y en 1957 otra vez diputado local. Fungió como director de tránsito en el gobierno de Oswaldo Cravioto, sustituto del general Corona del Rosal.
Ismael Villegas, diputado local dos veces en 1941 y 1969. Diputado federal en 1974.
Velino García, de la Sección 2 de Real del Monte, ocupó una curul en la 37 Legislatura (1943); Serafín Macías, de Pachuca, en la 38 (1945). En la 39 (1948), Carlos Guzmán Velazco. Abundio Rodríguez, en la 41 (1954) y en la 42 Legislatura (1957) otra vez Daniel Olguín.
En 1960 en la 43 Legislatura, Lorenzo Flores Castillo. El siguiente, Samuel Centeno Rodríguez (1963); Juan Sánchez Roldán (1966). En la 46 Legislatura (1969), Ismael Villegas Rosas.
EFÍMERA DIPUTACIÓN
Luis Zúñiga Hernández, apodado el “Toro”, la 48 Legislatura (1975).
Jesús Macías Vergara (sobrino de Serafín Macías) representó al gremio minero por el distrito de Zimapán, en la 49 Legislatura en 1975.
Cada tres años, el sindicato minero tenía curules aseguradas, hasta la década de 1980 en comenzó la liquidación de obreros y el cierre de minas.
LOS GRUPOS DE PODER
Los fundadores de la Sección 1 de Pachuca, Daniel Olguín, José Pérez Jr., Ismael Villegas, Serafín Macías, crearon dentro de la Sección 1 el Grupo Unificador Social Minero que negociaba, para su beneficio, ínfimos aumentos salariales y peores prestaciones del contrato colectivo del trabajo, que nunca conformaron a la mayoría de trabajadores.
Serafín Macías mantuvo durante una década el control del Grupo Unificador mediante el mañoso arreglo de las asambleas donde se elegía a dirigentes sindicales y se discutían a modo los exiguos aumentos salariales.
La amañada estrategia consistía en que la Compañía Real del Monte permitía que los trabajadores salieran una hora antes de la reglamentaria. Así que de 3 a 6 de la tarde, antes de las asambleas, los trabajadores se hartaban en los “enchilones”—barbacoa, carnitas, pulque, tequila–, donde se les aleccionaba para el voto mayoritario. Ebrios, votaban y vitoreaban a quienes les recomendaban.
COMENZÓ EL DERRUMBE DE SERAFÍN
En 1953 surgió el Frente Minero, encabezado por L. Dorantes y Eduardo Vergara, que manejaron la dirigencia seccional corto tiempo hasta que en 1956 apareció el Grupo 11 de Julio encabezado por Serafín Macías, que aún era trabajador de la Compañía.
LA ACCIÓN CÍVICA HIDALGUENSE
En 1957 varios comerciantes afiliados al Partido Acción Nacional (PAN) capitaneados por el latifundista urbano Rosalío Flores Copca, patrocinaron la agrupación Acción Cívica Hidalguense cuyo principal reclamo era el abastecimiento de agua potable en los barrios altos de la ciudad.
Acción Cívica Hidalguense organizó mítines y marchas en las que participó Serafín Macías, adherencia que le resultó perjudicial pues el movimiento en pro del agua aumentó porque la carencia del líquido era general en Pachuca, además intentó utilizar a los mineros, lo cual incomodó a las autoridades.
SEMBRADORES DE MARIGUANA
En una fecha imprecisa, agentes de policía solicitaron al líder Macías los acompañara para que se entrevistara con funcionarios del gobierno del estado, que obedecían órdenes del gobernador, general Alfonso Corona del Rosal.
En el trayecto, alguien “sembró” carrujos de mariguana en los bolsillos del líder minero. Cuando los policías lo revisaron delante de sus superiores, encontraron la droga. Las órdenes fueron contundentes: consignarlo ante las autoridades judiciales.
¿QUIENES ARMARON LAS ARGUCIAS?
¿Quiénes fueron los funcionarios que obedecieron las órdenes superiores del general Corona, quien exclamó, molesto, ante subalternos: aquí no quiero “acciones cívicas”?
En el primer año del gobierno de Corona del Rosal hubo dos procuradores de Justicia: el licenciado José Castillo Tielemans, que renunció para obtener una senaduría y después la gubernatura de Chiapas. Lo relevó el licenciado José María Sepúlveda.
También hubo dos jefes de la policía judicial, Balmore Mariel, hijo del general revolucionario Francisco de Paula Mariel, y el policiólogo Agustín Icazbalceta, quienes tenían a su cargo sólo una decena de agentes.
Dos exlíderes, compañeros de Serafín Macías, se movían en esos años en la esfera política: Daniel Olguín Díaz e Ismael Villegas Rosas.
LA JIRIBILLA DEL OCASO DEL LÍDER
El diario El Sol de Hidalgo publicó la noticia acerca de la “captura” del dirigente del Grupo 11 de Julio, reporteada por el jefe de redacción Ladislao Reséndiz. Poco después, Serafín Macías recuperó su libertad bajo caución. En mucho tiempo no se supo de sus actividades gremiales. Se ocupaba en algo diferente para sobrevivir. En 1963 su hogar se enlutó. El conductor inexperto de un automóvil que circulaba por las calles de Lorenzana atropelló y mató a uno de sus hijos.
Macías se evaporó del ámbito laboral. Nada se sabía de él. Macías ya no era útil al sistema político que lo encumbró. Dicho sistema lo hizo caer y lo enterró.
EL NUEVO “REDENTOR”
A consecuencia del arrojamiento de Serafín Macías, en 1957-58, el Grupo 11 de Julio fue dominado por el ex minero Ismael Villegas Rosas, prepotente en influencias políticas y económicas gracias a la concesión de minas- terreros donde atropelló continuados años los derechos de decenas de obreros, viejos y jóvenes, a quienes otorgaba sueldos inferiores al de un minero sindicalizado, les negaba las prestaciones elementales: servicio médico, vacaciones. Ese patrón expoliador fue fundador del Sindicato Minero.