(W) Ecos Sindicales: Razonamiento Matemático
El gobierno del estado gastará este año 78.6 millones de pesos para alimentar a 4 mil 150 internos de 12 centros de readaptación social, tres cárceles distritales y del centro para adolescentes.
Esa nota tan simple, publicada hace días por la reportera Lourdes Naranjo, nos da ligera idea de cómo se crean los negocios turbios en las prisiones de todo tipo en México. Presentamos recopilación de diversos datos y comparación de cifras.
Por ejemplo, en 2009, en Hidalgo funcionaban doce “cerosos” con una población de 1,800 reos. El costo por mantenimiento de cada uno, según se informó, era de 75 pesos al día (2,250 pesos al mes, sólo en alimentos). Mensualmente el gasto del gobierno ascendía a 4 millones 50 mil pesos y al año, de 48 millones 600 mil pesos.
En 1998, el entonces director de Prevención y Readaptación Social del gobierno, Francisco Sánchez Márquez, informó: “Cada preso le cuesta al gobierno hidalguense unos diez mil pesos anualmente (…) debido a que deben cubrirse gastos de alimentación, educación, además de que las prisiones generan gastos por consumo de agua, electricidad, custodios, personal administrativo y demás”.
Lo mismo, pero en el D.F.
En la ciudad de México, en 10 centros de reclusión, con una población de más de ocho mil presos, de acuerdo con datos de la dirección general de Reclusorios en 1997, cada interno costaba 85 pesos diarios en promedio; al año, representaban más de 30 mil pesos; es decir, se gastaba más en mantener a un delincuente que a un estudiante.
En abril de 2006, el secretario de Seguridad Pública estatal, Marcos Souverbille, una de cuyas responsabilidades era mantener constante vigilancia en las cárceles distribuidas en la entidad, con una población de más de 2 mil reclusos el gasto de manutención oscilaba en 200 mil pesos diarios.
La dieta carcelaria
Durante décadas, la dieta para miles de reclusos poco ha variado: En la mañana, café negro y un bolillo; al mediodía, sopa aguada, guisado y frijoles, diez tortillas y agua de sabor. En la merienda, café negro y un bolillo. Esta alimentación es de todos los 365 días del año, y se reparte parejo: lo mismo a un ratero que a un homicida; a un violador que a un asaltante; a un secuestrador o al narcotraficante.
Sin embargo, en todas las cárceles del país existen distinciones de las que sólo pueden disfrutar los que pagan determinadas cuotas a la dirección de los penales, ante lo cual surge la pregunta: ¿Deveras esos reos de tan distinta calaña comerán o comen esa frugalidad, estando acostumbrados a otra clase de viandas?
Cuentas claras de cada día
Por una razón lógica, sin necesidad de recurrir a libros de contabilidad de las prisiones, se deduce que, si se preparan alimentos para, digamos, 1000 reos en Pachuca, y solamente los consumen 500 0 600, entonces sobró comida: mucha sopa, mucho guisado, muchos frijoles, muchas tortillas; mucho café y muchos bolillos.
¿Qué se hace al otro día? ¿Se vuelve a preparar comida para 1000 personas? ¿Se tendrá que tirar a la basura lo que sobró, o darles los desperdicios a los cerdos de alguna granja cercana?
Y esto podría suceder al tercer día, cuarto, quinto, al mes, es decir, la producción de la cocina será la misma para los 1000 habitantes de la prisión.
Es de dominio público que tan sólo en el Centro de Readaptación Social de Pachuca funcionan instalaciones de “distinción” que las habitan quienes pagan cuotas mensuales para no mezclarse con la población general.
Además, una cifra indeterminada de reclusos consume alimentos preparados por sus familias o en restaurantes, así como en tienditas dentro del penal que, pese a estar prohibidas funcionan con la anuencia de las autoridades penitenciarias.
Mas de 236 mil reclusos sinproducir, comen sin trabajar
En 2017, se divulgó que México ocupaba el séptimo lugar a nivel mundial en población penitenciaria y destinaba un gasto federal de 4.6 millones de pesos al día, es decir, mil 679 millones al año. Para las cárceles estatales, la erogación de 32.4 millones de pesos representaba un gasto total anual de 11 mil 800 millones. En total, 13 mil 505 millones al año.
En 2016, en México hubo un registro de 236 mil 886 internos, de los cuales poco más de 45 mil del fuero federal y casi 192 mil del fuero común.
¿INSUMOS O COMIDAS?
El contrato para proporcionar tres comidas al día a las 4 mil 150 personas encarceladas en la entidad fue mediante convocatoria que la oficialía mayor del gobierno estatal emitió en febrero de este año, con la licitación pública nacional número EA-913003989-N8-2019.
De acuerdo con el fallo celebrado el 28 de febrero, la adjudicación fue para el licitante Insumos y Suministros Especializados de Hidalgo por 78 millones 632 mil 208 pesos, sin IVA incluido; debido a que “cumplió con las especificaciones legales, técnicas y económicas requeridas; además de presentar un precio aceptable”, cita el documento.
Primera pregunta: ¿quién es el dueño de “Insumos y Suministros Especializados de Hidalgo”? ¿Por qué no se publican los nombres de ese o sus representantes para que se aclare que no hay conflicto de interés con funcionarios del gobierno estatal?
Según las bases de la licitación, la entrega de los suministros se inició el primero de marzo y finalizará el 31 de diciembre de 2019, en los 16 centros de reclusión de la entidad.
Segunda pregunta: ¿Quiénes son los cocineros y dónde se preparan las comidas? ¿La empresa Insumos y suministros especializados de Hidalgo, paga a los cocineros que elaboran los alimentos?
El informe oficial dice que “Los insumos para la elaboración de desayuno, comida y cena deberán contener diversidad productos: frutas y verduras, cárnicos y abarrotes?
Tercera pregunta: En las cárceles, el director tiene subalternos que lo auxilian en diversas tareas ¿quién de ellos controla la entrega de las verduras, las frutas, las carnes y los abarrotes? ¿Qué se hace con las comidas sobrantes que no son del gusto de quienes prefieren comprar alimentos fuera de las prisiones?
El documento expone que la convocante (oficialía mayor) solicitará semanalmente al proveedor adjudicado, mediante un requerimiento de forma escrita, la lista de productos y cantidades que abastecerá en cada punto de entrega, durante todos los días de la semana.
Cuarta pregunta: ¿De verdad la oficialía mayor del gobierno estatal llevará registro, estricto, de lo que se dice en el párrafo anterior?
Además, se afirma que “el licitante debe contar con un sistema RVA (rastreo vehicular automatizado) en cada una de las unidades que serán utilizadas para la entrega; así como una plataforma de pedidos web, en el que el contratante genere sus requerimientos y pueda consultar registros históricos de entrega-recepción de insumos en cada uno de los puntos de entrega”.
Tantos requisitos abruman. La empresa debe contar con una flotilla de vehículos y tantos choferes como sean necesarios para viajar de Pachuca a Huejutla, Tenango de Doria, Tula y otros municipios donde funcionan las prisiones con los 4 mil 150 hambrientos reos.