(W) Ecos Sindicales: Operación Panal
PACHUCA, Hgo., 14 de marzo de 2019.- Pachuca, capital del estado, asiento de los poderes ejecutivo, legislativo, judicial y municipal es una ciudad en anarquía: decenas de miles de pachuqueños carecen de servicios básicos; la autoridad municipal está desprovista de autoridad; la alcaldesa y los miembros del ayuntamiento no existen. La huelga de trabajadores sindicalizados cumple hoy 24 días, hecho insólito en 150 años de vida institucional.
Esos 24 días han pasado en blanco para dos decenas de regidores que supuestamente representan a varios membretes mal llamados partidos políticos y que constituyen el ayuntamiento.
Nadie sabe dónde están y como se llaman los diputados locales, electos abrumadoramente por el efecto AMLO en julio del año pasado, sedicientes miembros de Morena.
Sólo los parientes conocen a los supuestos representantes populares de los dos distritos federales electorales de Pachuca, pertenecientes también a Morena, que sólo sirven de comparsas para vigilar la imagen del jefe que los encaramó y sentó en las curules.
Hay dos personajes que gozan refocilados en escaños del Senado. Uno se llama Julio Menchaca: del otro, ni quien se acuerde. Ninguno ha alzado la voz en esas tres semanas.
Esa nada nueva molicie de los padrecitos de la patria chica (Hidalgo, estado) y de la patria chica, chica (Pachuca, ciudad capital) junto con la total indiferencia de las autoridades de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial emanadas del Partido Revolucionario Institucional -PRI- han creado el novísimo ambiente de anarquía corporativa en la Bella Airosa.
¿Por qué los pachuqueños no han reaccionado como posiblemente hubiera sucedido en una ciudad capital de otro estado de nuestro país?
Una razón fundamental es la pasividad. Estamos acostumbrados a que nuestras autoridades hagan lo que les plazca. De nada sirven las protestas ante figuras decorativas.
De hecho y está comprobado, Pachuca no necesita gobierno, se gobierna solita. La presidenta municipal no ha sudado estas semanas. El dinero cae automáticamente en las arcas proveniente de las multas de los parquímetros; el servicio de limpias funciona más o menos porque está concesionado.
La policía municipal muerde, reparte mordidas y levanta infracciones para la jefa Yoli. De qué serviría que se preocupara o acongojara.
el panteón municipal es negocio de los camposanteros- enterradores, porque el administrador del cementerio y sus muchachitos (sindicalizados) cobran, y cobran muy bien, fuera de nómina. ¡Imagínense!, ¿un panteón en huelga?
Por ello es fácil razonar que en Pachuca nada sucede, nada se nueve porque está “gobernada” por dos partidos políticos. Uno, el PRI, resentido por la aplastante derrota que lo eliminó después de 90 años de poder omnímodo, en acción revanchista deja nadar en el lodo al PAN, su contrario por antonomasia.
La autoridad administrativa de Pachuca, encarnada en Yolanda Tellería, una panista a ultranza sólo da palos de ciego ante el beneplácito de sus opositores priistas.
Botón de muestra vergonzante
Reproduzco a continuación la queja de un pachuqueño:
“Soy Marco Antonio Cruz Barrera Mendoza, de 56 años, residente de Pachuca. El miércoles, 20 de febrero de 2019, fui detenido, como a las ocho de la noche, por tres oficiales de la patrulla placas HC105A2 de la policía municipal, en las calles de Abasolo y Jiménez debido a una discusión que sostenía con tres jóvenes.
“Tuve la osadía de sacar mi celular para sacar fotos a la patrulla y a los oficiales que llegaron en una forma agresiva; uno de ellos me golpeó en el costado derecho (costillas), doblándome. Me pusieron esposas y en todo el camino hacia la secretaría de Seguridad Municipal de Pachuca un policía me estuvo pisando las manos por lo cual llegue a la cárcel municipal con las manos hinchadas que verificó el médico de guardia a quien le explique la agresión del policía, le pedí que lo pusiera en el dictamen médico, me dijo que no y por eso no lo firmé.
“Dentro de la galera también fui agredido por otro oficial, quien al ver a una de mis hijas que fue a verme y luego que ella se retiró, dicho policía se acerca y me dijo: “Ya, suegro, no sea chillón”. Eso me sacó de mis casillas y le menté la madre, por lo cual me saco de la galera para agredirme y ayudado por dos policías más me sometieron esposándome de nuevo. Ese oficial volvió golpearme en el rostro con unas esposas. En el separo no hay cámaras.
“Después de obtener mi libertad, pagando una multa, acudí ante el ministerio público que levantó la carpeta número 12-2019-02683, asentando abuso de autoridad, robo y lesiones y lo que resulte contra los policías Modesto Hernández del Valle, José Manuel Aguilar Nava, Federico Schoeder Ruiz de la patrulla HC105A2
“Pido que se le haga un llamado a la presidente municipal de Pachuca Yolanda Tellería que frene esta clase de agresiones en contra de los ciudadanos de Pachuca”.