Laboratorio Público/ 100 días
PACHUCA, Hgo., 1 de febrero de 2017.- Llegó la fecha, 5 de febrero de 2017, para celebrar los cien años de la vetusta, violada, estropeada y ninguneada Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos que en 1917 fue concebida como una de las más adelantadas del mundo y, hoy por hoy, pisoteada desde el presidente de la República hasta el servidor público de último rango.
Muchos de quienes nos sentimos orgullosos de ser mexicanos esperábamos que el gobierno de la República anunciara un programa conmemorativo digno del centenario.
Sin embargo, al iniciarse el año no hubo anuncios de ninguna índole y sólo en estos días, en algunos estados del país, se han realizado grises ceremonias previas a las que deben realizarse este domingo.
Sería encomiable para la mayoría de los diputados federales y locales de las 32 entidades que se recordaran y difundieran los discursos pronunciados por los constituyentes del 1917 durante los largos, acalorados y aleccionadores debates, en los cuales se hacía gala de lenguaje respetuoso y elegante.
LOS CASI 600 PARCHES A LA CARTA MAGNA
La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos contiene 136 artículos y 19 transitorios que en casi cien años ha sufrido más de 570 modificaciones o reformas, más las que se acumulen en los dos años que restan al actual presidente Enrique Peña Nieto.
De acuerdo con análisis realizados por personal de la Cámara de Diputados, publicados en 2016, los cataplasmas a la Carta Magna han sido los siguientes:
Durante el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa 110 artículos fueron alterados, sexenio que se distingue por el gran número de cambios aprobados por el Congreso de la Unión a 25 Artículos en 2007; 20, en 2008; 13, en 2009; dos, en 2010; 28, en 2011, y 22, en su último año de gobierno.
En ese orden le sigue el sexenio de Ernesto Zedillo, con 77 artículos reformados. El gobierno del fallecido Miguel de la Madrid se ubica en tercer lugar, con 66 artículos.
Los remiendos a la Constitución se iniciaron cuatro años después de su promulgación. En 1921, durante la Presidencia de Álvaro Obregón, se hicieron las primeras reformas. Se trató del artículo 14 transitorio y del 73. En el primero se suprimía la Secretaría de Justicia y el segundo se modificó en su fracción 27 para “establecer, organizar y sostener en toda la República escuelas rurales, elementales, superiores, secundarias y profesionales, de investigación científica, de bellas artes y de enseñanza técnica, escuelas prácticas de agricultura, de artes y oficios”.
Al final de su mandato, en 1924, Obregón había modificado ocho artículos. Su sucesor, Plutarco Elías Calles reformó 18. Emilio Portes Gil, cuyo mandato duró poco más de 2 años, cambió dos: el 73 y el 123.
Con Pascual Ortiz Rubio se reformaron cuatro; con Abelardo Rodríguez, 22; con Lázaro Cárdenas, 15; con Manuel Ávila Camacho, 18; con Miguel Alemán Valdés, 20; con Adolfo Ruiz Cortines, dos; con Adolfo López Mateos, 11; con Gustavo Díaz Ordaz, 19; con Luis Echeverría, 40; con José López Portillo, 34; con Carlos Salinas de Gortari, 55, y con Vicente Fox, 31.
En ese sentido, el artículo 73 ha sido alterado 65 veces.
Los artículos 3, 27 y 123, que garantizan el acceso a la educación, a la tenencia de la tierra y al trabajo digno han sido reformados ocho, 17 y 23 veces, respectivamente.
El siguiente cuadro estadístico:
BARRIOS, NO COLONIAS
El profesor y antropólogo Rafael Rodríguez Castañeda, pachuqueño de prosapia, aporta su criterio para eliminar la denominación de “colonia centro” al centro histórico de las ciudades.
Transcribo su mensaje:
Hola, Anselmo:
Tu más reciente columna, Colonias y viejos barrios, me hizo recordar un apunte que hace tiempo escribí. Creo que a raíz de que me hartó que en Radio Universidad fm dijeran que transmitían “desde la colonia centro” —porque efectivamente, mientras construían el nuevo edificio de Radio unam, ubicaron las transmisiones de frecuencia modulada en el viejo edificio que alguna vez ocupó la Prepa 2, en la calle de Licenciado Verdad.
Ese apunte lo transcribí hace dos años. Aquí te lo envío. La idea que plantea te puede servir para reforzar tu argumentación, si te propones volver sobre el tema.
EL CENTRO NO ES COLONIA
Una clase elemental de anatomía enseña a los niños que el cuerpo humano se divide en seis partes: un tronco y cinco extremidades. A saber: 1. Cabeza, 2. brazo derecho, 3. brazo izquierdo, 4. pierna derecha y 5. pierna izquierda. El tronco no es una extremidad.
Con el término ‘Colonia’ ocurre más o menos lo mismo. Originalmente fue el territorio fuera de la nación que lo hizo suyo. (Ej. La Nueva España fue colonia de España). Está claro que cuando una ciudad como la nuestra utilizó el término colonia como sinónimo de barrio —palabra que viene del árabe y que significa Exterior, propio de las afueras— lo hizo para denominar a las agrupaciones de casas que se iban conformando fuera del centro.
A los centros de las ciudades se les llama así por razones históricas, no geométricas. ¿Dónde estará el centro geométrico de la Ciudad de México? Quién sabe en qué colonia, pero el Centro Histórico no es colonia; es el centro.